El tema “Born to Be Wild”, de Steppenwolf, se eleva como uno de los estandartes del más ingobernable rock ‘n’ roll; una música ésta que salta y se mueve como un ágil felino con siete vidas y que siempre resucita y retorna, aunque muchos la hayan considerado finiquitada en tantas ocasiones.
La letra
«Get your motor runnin’ / Haz que tu motor arranque
Head out on the highway / Sal a la autopista
Looking for adventure / En busca de aventuras
In whatever comes our way. / En cualquier manera en que vengan.Yeah, darlin’, gonna make it happen / Sí, cariño, hagamos que ocurra
Take the world in a love embrace / Toma el mundo en un abrazo amoroso
Fire all of your guns at once / Dispara tus armas a la vez
And explode into space. / Y explota en el espacio.I like smoke and lightnin’ / Me gustan el humo y los relámpagos
Heavy metal thunder / Un trueno de metal pesado
Racing with the wind / Echando una carrera con el viento
And the feeling that I’m under. / Y la sensación de que estoy debajo.Yeah, darlin’, gonna make it happen / Sí, cariño, hagamos que ocurra
Take the world in a love embrace / Toma el mundo en un abrazo amoroso
Fire all of your guns at once / Dispara tus armas a la vez
And explode into space. / Y explota en el espacio.Like a true nature’s child / Como un verdadero hijo de la naturaleza
We were born, born to be wild / Nacimos, nacimos para ser salvajes
We can climb so high / Podemos escalar tan alto
I never wanna die. / Nunca quiero morir.Born to be wild / Nacido para ser salvaje.
Born to be wild. / Nacido para ser salvaje.»
La canción
Las piezas de este rugiente motor comenzaron a montarse cuando los hermanos canadienses Dennis y Jerry Edmonton (en realidad, se apellidaban McCrohan), los cuales tocaban en una banda de rock psicodélico llamada The Sparrows (“Los Gorriones”), se trasladaron desde su base en Toronto hasta el San Francisco más lisérgico, en el año 1967. Una vez allí, compartieron cartel en los distintos clubes con, por ejemplo, Grateful Dead, Janis Joplin, Country Joe and the Fish, Quicksilver Messenger Service, The Doors o Jefferson Airplane; nada más y nada menos. Efectivamente, aquellos chicos provenientes de Canadá se integraron en el sonoro ambiente “fumeta” de la California de la época. Entonces, Dennis Edmonton adquirió un Ford en el concesionario y comenzó a conducirlo a través los parajes naturales de Los Angeles. Esa honda sensación de albedrío recorriendo las carreteras que atraviesan montañas y valles angelinos, le iluminó a Dennis la escritura de la letra de “Born to be wild”.
En concreto, amalgamando la tabla periódica de elementos con el fragor de su coche durante una jornada en que le sorprendió un cielo plomizo seguido de una tormenta, al propio músico se le ocurrió el verso “truenos de metales pesados”: ¡era la primera vez que alguien usaba el termino “heavy metal” en una canción! Sin embargo, algún crítico musical ya había recurrido a ese mismo término para definir las notas de Jimi Hendrix, en 1967 y aún antes, el escritor William Burroughs, ya había estrenado dicha frase en sus novelas, La máquina blanda (1961) y Nova Express (1964), para hacer algunas alusiones indirectas sobre las drogas. Sea como fuere, aquellas palabras fueron el chispazo para ese tipo de sonido “metalero” que se desencadenaría (y evolucionaría) pocos años después.
Como añadido, el mismo Dennis Edmonton en otra ocasión que paseaba por Los Angeles, se fijó en una ventana de una casa donde colgaba una pancarta con un dibujo de una motocicleta envuelta en llamas, todo lo cual provenía del subsuelo y con un mensaje destacado que decía “BORN TO RIDE” (“Nacido para cabalgar”). De tal modo, la semilla compositiva quedó plantada.
Cuando, en 1967, Dennis Edmonton presentó la hedonista canción a las conservadoras discográficas americanas, todas ellas la desestimaron. Entonces, el mismo Dennis abandonó The Sparrows y se auto-colocó el alias artístico de Mars Bonfire para iniciar una carrera en solitario, así que echó en el buzón de su hermano, Jerry Edmonton, una maqueta con una desnuda y acústica versión inicial de “Born to Be Wild”. La anécdota es que, previamente, Dennis ya la había probado él solo y a todo volumen con su guitarra eléctrica pero debido al estruendo sónico que armó le echaron de su apartamento alquilado, así que él mismo registró una demo con una versión más suave. Sin embargo, los restantes The Sparrows recuperaron la actitud agreste, recia y aventurera de la canción, a través de sus nuevos componentes como su guitarrista Michael Monarch o del bajista Ruston Moreve, además de los que ya estaban de antes en el grupo como John Kay con su ronca voz, Goldie McJohn a los teclados y el propio Jerry Edmonton a la batería.
En consecuencia, mientras la banda (con el propio John Kay al comando) ensayaba éste mismo corte y otras primeras canciones en su garaje de San Francisco, en 1967, un vecino les estaba escuchando como tocaban e, inmediatamente, éste último les ofreció un contrato para que trabajaran para él; aunque sugiriéndoles al grupo de que convirtieran su repertorio en algo más granítico y enérgico y de que mutaran el nombre de la banda a Steppenwolf (“El lobo estepario” debido a la novela de Herman Hesse). Se trataba de Gabriel Mekler, un productor de la indispensable discográfica de Los Angeles, Dunhill Records. Una vez fichados Steppenwolf por dicha corporación californiana, la misma no consideró que el hard–rock–blues “Born to Be Wild” poseyera potencial como primer single y, de momento, se publicaron antes los temas “A Girl I Knew” y “Sookie, Sookie” en ese año 67.
Sin embargo, a la totalidad de las emisoras les agradó mucho más el tercer sencillo, “Born to Be Wild” y resultó la que acabaría radiándose sin descanso, disparándose, al final, dicho corte hasta el número 1 en Canadá y el número 2 en las listas oficiales Billboard, en Estados Unidos; todo ello en 1968.
La canción alcanzó una notoriedad histórica cuando, ya en 1969, se convirtió en el tema central de la lujosa banda sonora de la película Easy Rider (en España traducida como “Buscando mi destino”), acerca de dos bohemios motoristas sin ataduras, encarnados éstos por Peter Fonda y Denis Hopper (éste último también director de la cinta y el que, precisamente, eligió todos los temas para la citada B.S.O.). Debido a la tremenda repercusión del propio film, los acordes y la letra del corte “Nacido para ser salvaje” se asociaron para siempre con las típicas ensoñaciones utópicas y rockeras de los años 60 como el contracultural hippismo o los estupefacientes como el LSD.
Sin embargo, el mismo vocalista de Steppenwolf, John Kay manifestó, públicamente, acerca de la intemporalidad de “Born to Be Wild”:
“Cada generación piensa que nació para ser salvaje e identifican esta canción como su himno.”
En particular, resultó adoptada con tal condición, sobre todo, en las atmósferas moteras.
Diferentes versiones
Con los años se han sucedido infinidad de versiones, donde sobresalen, por ejemplo, las de Wilson Pickett (1969), Slade (1972), Blue Öyster Cult (1975), AC/DC (1975), The Cult (1987), INXS (1993), Bruce Springsteen (1993), Ozzy Osbourne (1994), U2 (1997) Slayer (2002), Vargas Blues Band (2002), Status Quo (2003) o Adam Lambert (2009); entre muchos otros/as.
Distinciones
En el apartado de distinciones, la revista Rolling Stone la situó entre las 500 mejores canciones de todos los tiempos y aunque toda la obra de Steppenwolf no entró Rock and Roll Hall of Fame, sí que, en 2018, “Born to be wild” se coló en ese prestigioso museo, de manera suelta.
Conclusión
Aunque nuestra memoria no debe extraviar nunca que Steppenwolf compusieron otras canciones tan sumamente válidas y suculentas como “Magic Carpet Ride”, “Rock Me” “Don’t Step on the Grass, Sam”, “The Pusher” o “Jupiter’s Child”; entre otras, también se ha de mostrar la evidencia de que fue “Born to be Wild” la que se impulsó hacia los terrenos de la memoria colectiva, es decir, hacia la absoluta aceptación de diversos tipos de públicos.