La música, como forma de expresión artística, tiene el poder de abordar temas profundos y controvertidos que a menudo resuenan en la conciencia colectiva. En el vasto panorama del metal, la canción «Davidian» de la banda Machine Head destaca como un himno incendiario que no solo marca un momento icónico en la historia del metal, sino que también se adentra en un acontecimiento trascendental: el asedio de Waco.
Esta canción, un verdadero estandarte del género, no solo representa una muestra impresionante de la destreza musical de la banda, sino que también sirve como un recordatorio de cómo la música puede servir como vehículo para explorar cuestiones profundas y polémicas de la sociedad. En este artículo, exploraremos en detalle la canción «Davidian», su conexión con el asedio de Waco y el impacto duradero que ha tenido en la música.
Machine Head y el groove metal
Machine Head se formó en Oakland, California, a principios de los años 90 y rápidamente se convirtió en una de las fuerzas más influyentes en la escena del metal. Su álbum debut, Burn My Eyes, lanzado en 1994, marcó un hito en la historia del metal y ayudó a definir un subgénero conocido como groove metal. Para comprender su impacto, es esencial contextualizar la época y la escena musical en la que emergieron.
A mediados de la década de los 90, la música rock y metal experimentaba una evolución. El metal estaba saliendo de la era del hair metal y del thrash metal, y los músicos estaban ansiosos por explorar nuevos territorios sonoros. En este contexto, Machine Head surgió con un enfoque único que fusionaba la ferocidad del thrash metal con ritmos pesados y groovy. Esta mezcla dio lugar al groove metal, un subgénero que enfatizaba los riffs de guitarra pegajosos y las estructuras rítmicas contagiosas.
Machine Head estaba liderada por el carismático vocalista y guitarrista Robb Flynn, quien había pasado tiempo en bandas como Vio-lence y Forbidden. Junto a él se encontraban el bajista Adam Duce, el batería Chris Kontos y el guitarrista Logan Mader. La combinación de talento y la visión creativa de Flynn resultaron en una formación poderosa.
Burn My Eyes se gestó en medio de una atmósfera de cambio en la escena musical. Bandas como Pantera y Sepultura estaban explorando territorios similares, incorporando elementos groove a su música. Sin embargo, Machine Head logró un sonido distintivo y fresco con su enfoque crudo y apasionado.
El álbum se grabó en 1993 en los Fantasy Studios en Berkeley, California, y se lanzó en agosto de 1994 a través del sello Roadrunner Records. Desde el impactante riff de apertura de «Davidian» hasta la complejidad lírica de canciones como «Old» y «A Thousand Lies», Burn My Eyes resonó con una audiencia sedienta de metal que buscaba algo nuevo y emocionante.
Machine Head no solo destacó por su música, sino también por sus letras. Las letras de Robb Flynn a menudo exploraban temas profundos, desde la lucha interna hasta la crítica social y política. Este enfoque lírico resaltaba la madurez de la banda en un momento en el que muchas letras de metal eran superficiales.
El éxito de Burn My Eyes catapultó a Machine Head a la vanguardia de la escena metal de los años 90. La banda se embarcó en giras intensas, compartiendo escenario con otros grandes nombres del metal y ganando una base de leales fans. Su influencia en la música solo creció con el tiempo, y el álbum se considera ahora un clásico del metal moderno.
Machine Head emergió en un momento crucial en la evolución del metal, y este álbum solo fue el primer paso de una carrera duradera y exitosa para la banda, cuyo impacto en el mundillo del metal continúa siendo innegable.
Cuestión de amor/odio: Burn My Eyes, el debut de Machine Head
Burn My Eyes es el álbum debut de Machine Head, lanzado en 1994. Este álbum no solo estableció a la banda como una fuerza poderosa en la escena del metal, sino que también contribuyó significativamente al desarrollo del género del groove metal. Con una fusión magistral de elementos de thrash metal y groove metal, Burn My Eyes es un disco atemporal que sigue siendo una obra maestra dentro del género. Pero no por ello agrada a todo el mundo, pues tiene casi tantos detractores como amantes.
Una de las principales quejas de la mayoría de las personas a las que no les gusta este álbum es que no es verdadero thrash metal. Esto es cierto, no es thrash metal en absoluto, y el verdadero problema aquí es que esta gente esperaba algo diferente a lo que obtuvieron.
Este álbum deja de lado muchas de las características tradicionales del metal: guitarras complejas, canciones largas (alargadas hasta la extenuación) y las reemplaza con una total agresión sin paliativos. No hay complicidad ni mierdas por el estilo aquí, esto es metal simple y llanamente, y un claro ejemplo de ello es su tema inicial, protagonista de este escrito, «Davidian». Riffs simples, bajo y voces limpias pero agresivas que conforman una canción implacable y monstruosa. Temas posteriores, como «Old», «A Thousand Lies» y «A Nation on Fire», incorporan elementos más melódicos, pero utilizan una fórmula similar. Las canciones fluyen perfectamente, sin cosas irrelevantes de por medio que perturben la escucha.
Sin embargo, tengo algunas quejas sobre este álbum. La primera es que algunas canciones tienen intros de relleno innecesariamente largas. Ejemplos de esto son «I’m Your God Now», que tiene aproximadamente un minuto de bajo repetitivo antes de que comiencen las voces, y «Blood for Blood», que cuenta con 48 segundos de estúpidos chillidos antes de que la canción comience de verdad. Otra es que algunos de los solos no son demasiado buenos. Mientras que canciones como las ya mencionadas y «Death Church» tienen buenos solos que se ajustan al ritmo y la melodía de la canción, otras, y en particular «Davidian», están demasiado afinadas y suenan más como un dron. Mi última queja es la pista número 10, «Real Eyes Realize Real Lies», claramente de relleno.
Considerándolo todo, creo que este es un gran álbum, y si tienes la mente abierta y no esperas thrash metal, puede que te guste. Bastará con que escuches solo un par de canciones antes de comprarlo… oi, Beto?
A pesar de todo y de tod@s, Burn My Eyes es un álbum que sigue siendo influyente en la escena del metal incluso décadas después de su lanzamiento. La voz carismática de Robb Flynn y la habilidad de la banda para crear riffs memorables (los que sí lo son) son elementos que destacan en todo el álbum. Las letras profundas y a veces políticas añaden una capa adicional de significado a la música.
Este álbum es un testimonio del impacto duradero de Machine Head en el metal, y su capacidad para combinar la agresión del thrash con la groovy, lo que lo convierte en un hito en la historia del género. Burn My Eyes sigue siendo un disco esencial para cualquier amante del metal y un testimonio del poder y la pasión que el género puede transmitir.
La reunión del lineup original en 2019 y la posterior gira fallida
A finales de marzo de 2019, coincidiendo con el 25º Aniversario de la publicación de Burn My Eyes, Robb Flynn reunió a tres cuartos del lineup original de la banda (a todos menos al bajista Adam Duce) para comenzar a ensayar de cara a una inminente gira. La salida de Adam Duce en 2013, fue resultado de diferencias personales y profesionales dentro de la banda. Aunque no se proporcionaron detalles específicos en ese momento, las tensiones habían estado aumentando entre Duce y Flynn, durante un período de tiempo antes de su salida.
Las diferencias creativas y personales son una razón común detrás de las salidas de miembros de bandas, y en este caso, parecía haber discrepancias en la dirección musical y la dinámica interpersonal dentro de Machine Head. Después de la partida de Duce, Jared MacEachern se unió a la banda como nuevo bajista y ha estado tocando con Machine Head desde entonces.
Meses más tarde, en enero de 2014, Duce presentó una demanda contra los miembros restantes de Machine Head (Flynn, Phil Demmel y Dave McClain) alegando infracción de marca registrada, incumplimiento del acuerdo de asociación y difamación, entre otras cosas. Un año y medio más tarde, la demanda ya se había resuelto.
Pero bueno, polémicas y malos rollos aparte, Logan Mader y Chris Kontos estaban in y la cosa funcionaba muy bien y los temas, aparte de haber envejecido de puta madre, sonaban de fábula 25 años después. El propio Logan Mader dijo en su día:
«¡Es un gran honor para mí participar en la celebración del 25 cumpleaños de Burn My Eyes! Es difícil creer que esto esté sucediendo realmente. Siento que me tocó la lotería de guitarristas…. ¡otra vez! El hecho de que este álbum siga siendo relevante hoy en día tiene mucho que ver con el hecho de que Robb ha mantenido viva y fuerte a la banda durante dos décadas y media. ¡Estoy muy agradecido por todo esto!»
Por su lado, Chris Kontos también se hizo eco del sentimiento y afirmó:
«¡Esto es absolutamente alucinante! Tocar estas canciones nuevamente después de 23 años es simplemente increíble. El hecho de que hayan pasado 25 años y Burn My Eyes siga siendo relevante y venerado es, cuanto menos, una lección de humildad. Hacer una gran gira mundial para celebrar el disco es una excelente manera de reconocer el legado del pasado y el futuro de Machine Head. Tengo muchas ganas de compartir estas canciones con los fans de la banda de todo el mundo. ¡Hasta pronto!»
La gira, que tenía que llevar a la banda por todo el mundo, tuvo que ser cancelada en 2020 debido a la crisis del Coronavirus que azotaba (y azota) al mundo. En ese momento, se asumió que esos shows finalmente se llevarían a cabo una vez que la banda pudiera regresar a la gira, pero finalmente la banda decidió abandonar sus planes de reanudarlos justo cuando la pandemia parecía estar desacelerando. Así que en algunos países europeos, incluido España, Australia, Japón, Sudamérica… nos quedamos sin gira.
Así pues, en junio de 2021, Flynn decidió dar por finalizadas las celebraciones del 25º Aniversario de Burn My Eyes. Después de intentar atar todos los cabos sueltos para poder terminar la gira, simplemente había demasiadas restricciones globales. Además de ello, estaba el tema de la logística. Recordemos que cada espectáculo de esta gira especial constaba de dos partes: en la primera parte, Flynn y MacEachern actuaban junto a Kiełtyka y Alston, mientras que la segunda parte se interpretaba Burn My Eyes íntegramente, con Kontos y Mader. El hecho de que el guitarrista Wacław «Vogg» Kiełtyka (Decapitated) viviera en Polonia, el batería Matt Alston (Sanctorum) en Alemania y Jared MacEachern y Robb Flynn en California, impedía que la cosa tirara para adelante.
«Let freedom ring with a shotgun blast»
Si bien hoy en día a tod@s nos encanta gritar a pleno pulmón eso de «Let freedom ring with a shotgun blast!», la primera encarnación no fue tan amenazante ni tan genial. O, como ya dijera en su día el propio Robb, era «jodidamente horrible».
A Logan Mader, guitarrista de Machine Head por aquél entonces, se le ocurrió el riff de introducción que pegaba bastante con uno que Robb Flynn tenía en mente, que, por cierto, es una copia de un riff de Exodus; os invito a adivinar cuál, si bien es difícil de adivinar pues Flynn decidió «camuflarlo un poco» para ocultar las pruebas.
Ambos empezaron a improvisar y a definir un poco la letra pero sin tener nada en mente y/o configurado. El vocalista simplemente se dedicaba a expulsar palabras por su boca, lo que fuera que le viniera a la mente, y por alguna razón la cosa empezó a tomar forma, hasta el punto de creer estar pariendo algo muy bueno. Ambos lo pensaron, de hecho… pero el subidón solo les duró tres semanas.
Pero, ¿qué es lo que decía la canción al principio? «Davidian» llegó bastante tarde en el proceso de escritura. Probablemente fue una de las últimas canciones que la banda escribió para el disco. Todavía no habían firmado ningún contrato con ninguna discográfica cuando la escribieron, y la primera vez que la tocaron en directo fue en un almacén en Oakland propiedad de una amiga de la banda, así que querían que la cosa fuera épica y genial; un fiestón, vamos. Era verano, así que hacía mucho calor, y tocaron en el estacionamiento que estaba en la entrada a ese almacén.
Durante su actuación, llegó el momento de interpretar la recién gestada «Davidian», y llegó el momento del ahora célebre estribillo, que al principio rezaba: «Get the fuck up to a bone breaking groove» («Levántate a un ritmo que rompe huesos»). De forma casi inmediata, el propio Flynn se dio cuenta que la cosa no funcionaba y que esa frase dicha en voz alta «apestaba», por lo que decidieron cambiarla. Cuando lo hicieron, no quería que tratara de nada en particular, pero el vocalista se inspiró en todo el asunto de Waco.
Trazando el oscuro legado: los Davidianos y Waco
La secta de los Davidianos, también conocida como el Movimiento Davidiano, es un grupo religioso sectario fundado por David Koresh (cuyo nombre real era Vernon Wayne Howell) en la década de 1930. El grupo se hizo más ampliamente conocido en la década de los años 90 debido a un trágico y violento enfrentamiento con las autoridades federales en su sede cerca de Waco, Texas, en 1993.
El movimiento Davidiano tiene sus raíces en la década de 1930, cuando Victor Houteff fundó la Asociación Davidiana de los Adventistas del Séptimo Día en California. Houteff afirmaba ser el profeta Davidiano y que tenía una interpretación especial de las enseñanzas adventistas. Después de la muerte de Houteff, el liderazgo del grupo pasó por varias manos hasta que David Koresh se convirtió en el líder en la década de 1980.
Koresh cambió su nombre legalmente de Vernon Wayne Howell a David Koresh. Él afirmaba ser el Cordero de Dios y el profeta final. Bajo su liderazgo, los Davidianos se mudaron a una propiedad conocida como el Mount Carmel Center, cerca de Waco, Texas.
El enfrentamiento más conocido y trágico de los Davidianos tuvo lugar en 1993 cuando el Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives (ATF) intentó ejecutar una orden de registro en el ya mencionado rancho. El enfrentamiento resultó en un tiroteo y la muerte de varios agentes federales. Como resultado, se desató un cerco de 51 días que culminó con un incendio en el complejo y la muerte de aproximadamente 76 miembros de la secta, incluido David Koresh.
Las creencias de los Davidianos eran una mezcla de interpretaciones especiales de la Biblia y las enseñanzas adventistas del séptimo día. Koresh afirmaba ser el único profeta y líder espiritual y enseñaba que solo a través de él se podía alcanzar la salvación. El grupo practicaba la poligamia, y Koresh tenía múltiples esposas, incluyendo algunas menores de edad.
Después de los trágicos eventos en Waco, la secta de los Davidianos se fragmentó en varias facciones y perdió gran parte de su influencia. Las lecciones aprendidas de Waco llevaron a una revisión de las tácticas utilizadas por las agencias federales en situaciones de asedios.
Pero como suele suceder (casi) siempre, hay quienes discrepan de la versión oficial, ejercicio este que deberíamos aplicarnos tod@s y cada un@ de nosotr@s siempre. Sí, de aceurdo, los Davidianos eran unos bichos raros religiosos, y sí, tenían armas que, por lo visto, eran completamente legales. David Koresh dijo a los investigadores de la ATF que podían ir al rancho y examinar todas y cada una de las armas de fuego y los documentos legales, pero se negaron… sospechosamente. Poco después llevaron a cabo un allanamiento a la propiedad. Nadie sabe quién disparó primero, pero lo que aquí realmente importa es que todo ello finalmente provocó la muerte horrible de cientos de personas, muchas de ellas niños y niñas inocentes que fueron quemados vivos ante la posibilidad de que hubiera algunos rifles automáticos sujetos a impuestos escondidos en el recinto. La ATF estaba en racha después de haber asesinado poco antes a la esposa y al hijo de un hombre durante el célebre Asedio a Ruby Ridge, cuando los agentes del United States Marshals Service (USMS), iniciaron acciones para detener y arrestar a Randy Weaver bajo una orden de detención después de que no compareciera por cargos de armas de fuego. Pues bien, parece que para compensar esa «pesadilla» ayudaron a inventar, con algunos medios de comunicación cómplices, historias sobre abuso infantil de las que nunca ha habido evidencia para que parecieran más heroicas. Es más, los agentes de la ATF incluso se tomaron fotos orgullosos unos de otros de pie en medio de los escombros en llamas sobre los restos de las mujeres y los niños y niñas que acababan de masacrar.
La letra
«Blind man, ask me forgiveness
I won’t deny myself Disrespect you have given Your suffering’s my wealthI feed off pain, force fed to love it
And now I swallow whole I’ll never live in the past Let freedom ring with a shotgun blastBurn my fist to the concrete
My fear is my strength Power, rage unbound because Been pounded by the streetsCyanide blood burns down the skyline
Hatred is purity The bullet connects at last Let freedom ring with a shotgun blastScarred
Scarred Scarred ScarredScarred (pour the salt in the wound)
Scarred (pour the salt in the wound) Scarred (pour the salt in the wound) Unscarred»
Interpretación de la letra
La letra de «Davidian» es intensa y está llena de emociones negativas como la ira y el sufrimiento. A lo largo de toda la canción, el narrador expresa una actitud desafiante y endurecida hacia la vida y las adversidades a las que se ha enfrentado.
«Blind man, ask me forgiveness
I won’t deny myself Disrespect you have given Your suffering’s my wealth»
La canción se inicia con el narrador negándose a renunciar a sus principios a pesar de la falta de respeto que ha experimentado, encontrando cierta riqueza en el sufrimiento ajeno. El narrador se muestra como una figura fuerte y desafiante, dispuesto a enfrentar y superar las dificultades. Se habla de la fuerza que proviene del miedo y el sufrimiento.
«I feed off pain, force fed to love it
And now I swallow whole I’ll never live in the past Let freedom ring with a shotgun blast»
Con lo de «I feed off pain, force fed to love it» («Me alimento del dolor, me obligan a amarlo»), el narrador sugiere que ha experimentado tanto dolor que ha aprendido a encontrar poder en él, incluso llegando a amarlo o a aceptarlo como parte de su existencia.
Acto seguido viene una línea que puede interpretarse como una expresión de resolución y fortaleza, como si el narrador estuviera dispuesto a enfrentarse a cualquier desafío sin reservas: «And now I swallow whole» («Y ahora trago entero»).
Para cuando llegar el final de la estrofa, el narrador parece decidido a no quedarse atrapado en los eventos pasados o en las heridas anteriores. En lugar de eso, busca avanzar y vivir en el presente, lo cual se desprende del verso «I’ll never live in the past» («Nunca viviré en el pasado»).
«Let freedom ring with a shotgun blast» («Deja que la libertad suene con una ráfaga de escopeta»). Esta célebre línea final es una declaración de liberación y poder, sugiriendo que la búsqueda de la libertad y la autenticidad está marcada por una explosión de energía, como side una ráfaga de escopeta se tratara, siendo esta la primer referencia más o menos directa a los sucesos que meses antes tuvieron lugar en el Mount Carmel Center de Waco, Texas.
«Burn my fist to the concrete
My fear is my strength Power, rage unbound because Been pounded by the streets»
El primer verso evoca una imagen de intensidad y determinación, como si el narrador estuviera dispuesto a enfrentar cualquier desafío, incluso si eso significa causarse daño en el proceso, para acto seguido sugerir que su miedo (el del narrador) se ha convertido en una fuente de poder, posiblemente impulsándolo a enfrentar situaciones difíciles con valentía y resolución.
La «rage unbound» («rabia desatada») sugiere que el narrador está impulsado por una intensa furia que le motiva a actuar con determinación.
El verso final «Been pounded by the streets» («(He sido) golpeado por las calles») sugiere que el narrador ha experimentado dificultades y desafíos en su vida, posiblemente en el contexto de vivir en un entorno urbano difícil.
En conjunto, estas líneas capturan la sensación de lucha, perseverancia y determinación que impulsa la canción.
«Cyanide blood burns down the skyline
Hatred is purity The bullet connects at last Let freedom ring with a shotgun blast»
La línea inicial utiliza una imagen poderosa para evocar una sensación de destrucción y caos. La referencia al cianuro sugiere veneno y mortalidad, mientras que a continuación la canción parece sugerir que el odio es una emoción pura y cruda, que puede ser una fuerza poderosa para el narrador.
El verso «The bullet connects at last» («La bala conecta finalmente») puede interpretarse de manera simbólica, como si el narrador finalmente hubiera encontrado un camino para expresar su furia y su dolor de manera efectiva.
Finalmente se repite lo de «Let freedom ring with a shotgun blast»…
«Scarred
Scarred Scarred ScarredScarred (pour the salt in the wound)
Scarred (pour the salt in the wound) Scarred (pour the salt in the wound) Unscarred»
La repetición de «Scarred» («Cicatrizado») sugiere la persistencia de las cicatrices, ya sea emocionales o físicas, y la idea de que estas marcan al narrador de una manera profunda.
«Pour the salt in the wound» («Vierte la sal en la herida») no es más que una metáfora que significa agregar más dolor o sufrimiento a una situación ya de por sí dolorosa. Puede indicar que el narrador está dispuesto a enfrentarse y soportar más sufrimiento.
La canción acaba con «Unscarred» («Sin cicatrices»). Esta última palabra puede ser interpretada de varias maneras. Puede sugerir la posibilidad de sanación o la esperanza de encontrar una forma de liberación o redención después de enfrentarse al sufrimiento y las cicatrices.
«Davidian» está directamente relacionada con los sucesos en Waco, Texas, con la secta de los Davidianos. La canción lleva el nombre de David Koresh, el líder de la secta, y sus letras hacen referencia a los eventos en Waco. La canción expresa la ira y la frustración de Robb Flynn en relación con estos eventos y es una forma de comentar sobre la tragedia y la violencia acontecida.
Conclusión
«Davidian» de Machine Head es una canción que representa una parte significativa de la historia del metal moderno. La inspiración detrás de la canción provino de los trágicos eventos del asedio de Waco en 1993, en el que se enfrentaron las fuerzas del gobierno de los Estados Unidos y una secta religiosa liderada por David Koresh. Robb Flynn, el vocalista de la banda, quedó profundamente impactado por estos sucesos y canalizó esa experiencia en la creación de la canción.
La intensidad de «Davidian» se refleja en su música y letras. La canción es conocida por su ritmo pesado, poderosos riffs de guitarra y la voz apasionada de Flynn. Las letras tratan temas de resistencia y lucha, lo que la convirtió en un himno para aquellos que buscaban una salida para sus frustraciones y deseos de rebelión en el mundo del metal.
Aunque la historia detrás de «Davidian» es seria y triste, la canción logró conectar con una audiencia que buscaba una forma de expresar sus emociones y sentimientos. Machine Head demostró su capacidad para transformar una tragedia en una obra de arte poderosa que sigue siendo influyente en la escena del metal hasta el día de hoy.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.