Himnos del Rock: «Salir» de Extremoduro

Pues así, sin darnos cuenta, hoy cumple 25 años Canciones Prohibidas (1998), uno de los discos más queridos de Extremoduro. En el séptimo disco de la banda de Roberto “Robe“ Iniesta encontramos instrumentaciones que nunca con anterioridad se habían escuchado en sus discos, con presencia de secciones de viento y cuerda. Con Iñaki ‘Uoho’ Antón ya incorporado como guitarrista oficialmente, Joseba Irazoki, al bajo, y Cantera a la batería (suyo sería el puesto ya para siempre).

Canciones prohibidas (1998) marcó el inicio de una banda que se alejaba cada vez más del rock más simple y rudimentario y trabajaría a partir de este momento sobre estructuras complejas y multi-instrumentadas.

En este disco hay dos de los himnos que han trascendido como capitales en su discografía hasta la fecha: “Salir” y “Golfa”. Aunque también residen algunas canciones fenomenales como “Esclarecido” o “Villancico del rey de Extremadura”.

Si alguien ajeno a la banda es capaz de citar una de las canciones más famosas de Extremoduro, el 70% dirán “Salir”. El 30% restante dirá “So payaso”. Aunque si habláramos de Canciones perfectas, todos escogerían “Dulce Introducción al caos” de su obra maestra La ley innata (2008). A partir de esta estadística tan poco experta, voy a tratar sobre este Himno del Rock: “Salir”.

“Salir” abre Canciones prohibidas con sus 5:18 minutos de duración. Y sí, el nombre de la canción es “Salir”, no “Salir, beber”. Que conste en acta, señoría. Con estos 5:18 minutos de duración, “Salir” está por encima de la media de duración de las canciones hasta la fecha pero estará por debajo de la media a partir de ese momento, pues la banda empezó a trabajar en canciones más largas y complejas.

Todo arranca con un punteo ya icónico de guitarra de Iñaki “Uoho“ Antón entonando la melodía que se irá repitiendo con diferente intensidad durante la canción. A los 15 segundos entra la maltrecha voz de Robe recitando pausadamente la entrada:

“Tú, harta de tanta duda
Yo de preguntarle al viento
Tú, ¿que dónde conocí a la luna?
Yo, ¿que en qué coños ocupo el tiempo?”

Una entrada ya marca de la casa, con estas menciones a la luna y al viento, dos elementos que frecuentan en el vocablo de Robe.

Y ya sin respirar entra el estribillo, la primera en toda la frente. Un estribillo, el primero en formato acústico, de esos que todo el mundo canta a pulmón, todo el mundo conoce y todo el mundo ha hecho suyo en algún momento de la vida.

“En salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente,
Y llegar a la cama y joder, qué guarrada sin ti”

Tras una bella e icónica melodía de guitarra, teclado y algo de batería entra el poeta Robe a recitar una de las más bellas canciones de «amor urbano» que uno pueda recordar. Pasar la noche de tripis y rayas pero llegar a casa y no encontrar a tu amada en la cama, “menuda guarrada” que diría Iniesta.

Curiosa la estructura de “Salir”, después de la primera entrega del estribillo entran los instrumentos en tromba, creando una melodía preciosa y armoniosa que se extiende hasta los 1:30 segundos, momento en que entra la primera estrofa con los épicos versos “Ya no me acuerdo de na / Que todo era de colores / ¿Dónde estarán los besos? / Se los han quedao las flores”. Metáforas o idas de olla de Robe, da igual, un sinsentido que cobra todo el sentido del mundo cuando las pones en boca del de Plasencia.

A partir de ese momento repetimos estructura de estrofa y estribillo, mismo riff, misma composición una y otra vez. Pero cuando nadie se lo espera vuelven a sorprendernos con un párrafo recitado casi en formato acústico, solo acompaña una tenue guitarra:

“Para algunos, la vida es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos. Yo más humilde soy y solo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo me transporte mecido hasta el siguiente.”

Tras esta inesperada sección se repite tres veces más el estribillo y también repiten la tercera estrofa. Todo fundido en un final ralentizado.

Es evidente que no es una de las mejores canciones de Extremoduro pero si que ya mostraba cierta evolución hacía lo que iría viniendo más tarde en los posteriores discos. “Salir” es seguramente la canción más representativa de carácter festivo de los extremeños. Un estribillo que conoce todo el mundo aunque no sean seguidores de la banda. Solo por este hecho uno puede considerar esta canción un Himno del Rock.

Beto Lagarda
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