“The Boys Are Back in Town” de Thin Lizzy fue el primer tema que me vino de inmediato a la mente (y al corazón) al leer sobre el estreno de esta nueva sección, Himnos del Rock. Como tal, no falla nunca en los directos de esta banda, reservándolo para uno de los últimos lugares del setlist, habitualmente en los bises. Muchas cosas se pueden contar sobre “The Boys Are Back in Town”, destacando como principal que la banda estuvo a punto de dejarlo atrás en la inclusión de sus temas para el álbum Jailbreak (1976). Fue la insistencia de la discográfica y management los que hicieron que finalmente entrara en la selección. ¿Os imagináis lo que hubiera representado para la humanidad no haber lanzado este tema, que ha acabado siendo el más conocido de la banda? Y esta no es la primera carambola atribuible a “The Boys Are Back in Town”, parece que el destino le tenía reservado un lugar privilegiado y volvió a jugar en su favor por las Américas, tierra que Thin Lizzy no conseguía conquistar hasta la fecha. Se cuenta que un par de DJ’s de Louisville (Kentucky) quedaron prendados del tema y lo radiaban a todas horas, consiguiendo un efecto réplica en otras estaciones de radio aumentando de esta manera exponencialmente la notoriedad de la banda en su país y las ventas de Jailbreak. Thin Lizzy llevaban seis años (y seis trabajos) intentando despegar y fue finalmente “The Boys Are Back in Town” el catalizador que les dio el impulso definitivo. De no haber sido por ello, la continuidad de la banda como tal hubiera quedado amenazada y la historia tal y como la conocemos, para bien o para mal, hubiera sido bien distinta. Parece que se encontraban de gira por América cuando el manager de la banda les anunció el éxito de uno de sus temas, que, para su sorpresa, fue este “The Boys Are Back in Town” que nos ocupa.
Tal es la popularidad de este tema (la revista Rolling Stone la situó en la posición 272 en la edición del año 2021 de su lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos) que se le conocen innumerables versiones, entre ellas las de Wilco, The Cardigans, Bon Jovi o Huey Lewis (amigo personal de Phil Lynott), por citar algunas. La banda sonora de la película Detroit Rock City (1999) incluyó también una versión a cargo de Everclear. Disney Pixar no le pasó por alto el gancho de este tema y lo utilizó en los trailers de presentación de sus films de animación de Toy Story (1995). Algunos anuncios televisivos lo han utilizado como reclamo a su vez, por la red encontraréis curiosamente al menos un par de fast food, supongo por su carácter alegre, el que invita a salir de fiesta y descuidar una cosa tan mundana como es la alimentación.
Asimismo, el ámbito deportivo se ha hecho suyo este tema. En Irlanda, tierra natal de Thin Lizzy, es habitual reproducirla durante los partidos de rugby (deporte muy popular en este país), y clubs de fútbol (Luton Town) y cricket (Essex Country) la han adoptado como himno.
Llega el momento de analizar la canción en sí. Compuesta por Phil Lynott e interpretada por él mismo al bajo y las voces, si en algo destaca es por ese aire festivo que transmite en su totalidad. La dupla a las guitarras, marca de la casa, a cargo Brian Robertson y Scott Gorham brillan como siempre y lo hacen como nunca. Phil Lynott quería ser recordado como poeta, como contador de historias, como un trovador romántico de su época y resulta curioso que es precisamente su tema más icónico el que más le aleja de ese sentimiento profundo del que tanto gustaba. Porque si de algo habla “The Boys Are Back in Town” en esencia es del buen rollo, de la fiesta, de salir por ahí a despreocuparse de todo y pasarlo bien. Poesía también es saber ensalzar un sentimiento tan básico como el de la diversión. Puede darse por satisfecho pues con este tema lo logra con éxito sobrado, tal y como le ha reconocido la historia.
He tenido la suerte de escuchar este tema cinco veces en directo (por desgracia nunca a cargo de Phil Lynott, no llegué a tiempo), dos en sala interpretado por John Sykes a las voces y tres por Ricky Warwick en festivales. Es increíble ver como tan solo sonar los primeros acordes la gente enloquece, cantando y bailando como si no existiera un mañana. La energía que irradia lo inunda todo. Nada puede salir mal en ese momento.
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!