Hole – Live Through This: 30 años del auge de Courtney Love, la muñeca rota por excelencia

Si Live Through This hubiera sido grabado por Nirvana estaríamos hablando de un disco capaz de mirar de tú a tú a Nevermind y a In Utero sin problema alguno. Se suele decir que lo compuso todo Kurt Cobain, y la verdad es que todo suena a los mejores Nirvana, pero esa teoría es absolutamente machista a la vez que menosprecia a una banda que nos alegró la mitad de los 90 por méritos propios. Hole fueron muy grandes y Courtney Love es toda una heroína digna de tragedia griega. La palabra heroína en este caso abarca ambos significados que tenéis en mente…  Momento traumático y agridulce para Courtney pues llega a ser una rutilante estrella de la música que acaba de perder a su marido y padre de su hija Frances. Y además… está enganchada a todo tipo de sustancias.

Live Through This aparece una semana después de que Cobain se suicide y el disco es una importante evolución respecto a su disco de debut Pretty on the Inside. Se alejaba de su anterior obra, más orientada al punk rabioso y a los gritos desgañitados constantes, además del aura típica del grunge de la época. Aquí todo es más melódico, maduro y orientado a la banda de su marido. El estilo estaba claramente en auge y las discográficas querían firmar a su grupo grunge a toda costa. Sino que se lo pregunten a Madonna y a Candlebox… A David Geffen la cosa le salió muy bien, pero le costó un adelanto de un millón de dólares para hacerse con Hole.

El disco

“Violet” abre el disco y un poco ya ejemplifica todo lo que está por venir. Canción brillante en su aparente sencillez, con una Courtney Love que saca todo el partido posible a su personal garganta, siendo expresiva y con el grupo cumpliendo de forma magistral en las cumbres y valles de un grunge de autor. Es todo puramente 90’s y no queda para nada muy lejos de la brillantez de Nirvana. En terrenos más pausados y melancólicos nos topamos con una “Miss World” de aires etéreos y dejes más Smashing Pumpkins. La composición brilla y la canción transmite de una forma intensa y certera.

El “Plump” huele a espíritu adolescente y se basa en un riff base dejando momentos en los que Love canta y se desgañita y otros más instrumentales. Suena el grupo realmente eléctrico y contundente. Es un poco (bastante) la fórmula de Nirvana, pero el combo consigue darle su personalidad propia y los juegos de intensidad en la batería de Patty Schemel son un logro. Y es que el disco suena perfecto y hay que citar aquí al productor Paul Q. Kolderie. Una de mis grandes debilidades es el “Rock Star”, con ese inicio interrumpido por dos veces y con la Courtney más Cobain posible. Tema estelar con parones y arreones que suena a himno generacional y que te puede sintetizar el sonido de los 90 en si mismo. Gloriosa…

“Jennifers Body” es otro de los grandes momentos del disco, con un ritmo ¾ y tirando de decibelios y pura actitud. Firman un estribillo muy conseguido y estamos ante un clásico más en un disco que destaca por la enorme cantidad de buenos temas. El bajo de Kristen Pfaff es muy audible y presente. “Doll Parts” es el rutilante single del disco y una canción icónica y bonita. Cantada con aparente desgana, lo cual vuelve a ser muy Cobain y tirando de acústicas y de sutileza. Mención especial a la dicción de Love reforzando tónicas y siendo elegante en las átonas. Por canciones como esta les amamos especialmente.

“Credit in the Straight World” es de las más contundentes y eléctricas en sus poco más de tres minutos. Inicio onírico entre brumas y efectos para luego firmar un tema que demuestra el enorme nivel que gastaba el combo de Patty Schemel. Atrapa y convence con los guitarrazos de Eric Erlandson y los detalles técnicos de bajo tan medidos. “Asking for It” es templada y funciona a medio tiempo. Remarcable línea vocal y expresiva voz triste en un tema que suena, un poco, a esa aura del Unplugged de Nirvana. La gran balada llega con el sugerente título “Softer, Softest”, tan sencilla como funcional y bella a la vez. Esos coros dulcifican esa base minimalista y el grupo puede mostrar posibilidades en otras tesituras.

“She Walks on Me” es otro de los grandes logros de esta obra. Destaca por el riff machacón y porque Courtney se desgañita con un megáfono en mano. Demostraba la gran viuda del grunge que estaba contra muchos de los postulados de los movimientos feministas. “I Think I Would Die” posee un título profético y no casa especialmente con la madre primeriza en la que se había convertido la señora Love, pero ella era indomable y rebelde a pesar de la aparente belleza del tema. Completa el disco “Gutless”, con una batería muy a lo Dave Grohl y enfocada al grunge más típico a la vez que conecta con su anterior disco.

Veredicto

La muerte hizo acto de presencia en el planeta Seattle y los decesos de Cobain antes del disco y de la bajista Kristen Pfaff dos meses después de que Live Through This saliera al mercado, marcaron un punto en el que el grunge como tal terminó y ya empezamos a hablar de post grunge. Courtney cumplía el sueño de hacerse famosa, nada mal para una niña que había sufrido abusos, violencia y le tocó vivir entre familias cambiantes y casas de acogida. Con sólo decir que su padre compró dos rottweilers para poner un poco de paz en el seno familiar, creo que ya doy bastantes pistas de cómo era su mundo…

La foto de esa Courtney de niña, descalza, con camisa de franela que aparece en la contraportada muestra a nuestra protagonista con una mirada de ambición, pero también de dolor. Todos los males y desgracias que padeció fueron el motor para salir adelante y llegar hasta la cima. Quien crea que debe su mérito al mero hecho de que se casó con el gran mártir del grunge va muy desencaminado. El problema de Courtney fueron las múltiples adicciones, una infancia traumática y a que posteriormente empieza una trayectoria errática con peleas, escándalos, moda y faceta de actriz. Siempre quiso ser famosa y Live Through This deja claro que lo fue por méritos propios.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.