Espectacular cuarto disco de los suecos Houston y de su AOR de manual. En esta entrega son capaces de hechizarte a base de excepcionales canciones cargadas de coros y teclados y que parecen salidas de telefilms de acción de los 80, con el reverb de la batería subido y esa sensación de felicidad y de tiempos mejores.
Una de las piezas claves de que el resultado sea tan excelso es la presencia de todo un ex del grupo como es Ricky Delin en materias de producción, que incluso ha ayudado a componer el disco. Todo eso unido a la mano y toque especial que gastan los de Frontiers en el hard rock melódico, pues ya tienes la tormenta perfecta, y de verdad que en materia compositiva están de cine.
Ya en la apertura con “She Is the Night” te dan ganas de volver a ponerte hombreras y creparte el pelo puesto que es un título tremendamente adictivo, con el teclado de Delin en bucle. Hank Erix transmite muchísimo con su voz y hace. Un single en potencia y obligado para todos los fans de Survivor que haya leyendo por aquí. Pero hablando de singles, el que lo fue al momento es “You’re Still the Woman”, una canción en la que Carl Hammar juega a ser un poco Neal Schon y lo hace con mucha clase y gracia. Quizá peque un poco de previsible.
Un servidor se derrite por la almibarada y pegadiza “Hero”, que casi parece imposible que sea compuesta y ejecutada en 2021, pues estamos ante los Journey más inspirados y gloriosos, pero… ¡son Houston! Se agradece que en “A Lifetime in a Moment” se acerquen a la orilla de Alan Parsons, pues suman más cuerdas a su arco y reparten juego de influencias. A nivel de letras van apareciendo palabras que son claves en el género como: Señorita, Jukebox, Refugee… La verdad es que los homenajes lo son en toda regla.
Les funciona de maravilla la envolvente “Heartbreaker” con el machacón teclado que acompaña un medio tiempo en el que Lundström marca los tiempos con elegancia. Quizá no es tan lograda como las anteriores, pero funciona perfectamente para este disco. Aquí no hay relleno. Los juegos de puente-estribillo siguen estando bien presentes en “Storyteller”, muy sedosa y con aires de telefilm de mediodía en 1983, después del Falcon Crest.
Hay muchas canciones, pero pasan como un suspiro y no son excesivamente largas, lo cual es un gran acierto. Muestra de ello es “Heart of the Warrior”, pero servidor se decanta por la juguetona “Until the Morning Comes”, dotada de mucha seda y satén, además de mucha musicalidad. “I Will Not Give Into Despair” es otra buena muestra de calidad e inspiración, pero hablaríamos de un disco que empieza de 10, baja un poco y termina de excelente.
Y es que el final del disco es realmente logrado, especialmente por la inclusión del tema más directo y rockero del disco: “Such Is Love”. Cadenciosa, potente y con coros respondiendo a la voz solista mientras Lundström marca el paso. “Into the Air” es una gran despedida, positivista y muy bien llevada, con todo el sabor de los 80 y con un crescendo en el que apoya un piano totalmente Reo Speedwagon. Hay almíbar… pero los melocotones son de Calanda.
Si te gustan Toto, Journey, Foreigner, REO Speedwagon, Survivor o los Houston de sus dos primeras entregas estás ante un disco de obligada escucha. Han abandonado un poco la llamada evolución y los devaneos progresivos para volver al A.O.R. de toda la vida, el mismo que les puso en el mapa. IV es un discazo y una sorpresa de verdad, pues creía que tardaría mucho en volver a escuchar una obra de este estilo y que me hiciese “tilín”.