Hace ya tiempo, meses, que los madrileños anunciaron su retirada por motivos personales. Hace ya tiempo, meses, que sabemos que los Big Four del deathcore nacional iban a quedarse en trío. Hace ya tiempo, meses, que se sabe que Hummano se iban a enfrascar en una última gira nacional para darnos las gracias a todos por la paciencia demostrada durante estos último años. Por todos es sabido que una gira, cualquiera, tiene en Barcelona una cita que siempre, por el motivo que sea, acaba siendo especial… y en esta ocasión esta máxima también se cumplió.
Bolu2 Death
Estos onubenses, nacidos en 2009, han pasado de anécdota a algo mucho más serio y elaborado en poco más de ocho años. Con cuatro álbumes de estudio grabados hasta la fecha, siendo Spiral (2018) su obra más reciente, han tenido tiempo de tocar todos los palos, desde el flamencore de sus inicios, hasta el metalcore que practican en la actualidad, sin olvidar esas pinceladas tan características de electrocore, me atrevería a decir, andalú y embrutessío.
Sus enérgicos directos son siempre contundentes y brutales, y si no estás acostumbrado a ellos, te pueden dejar un poco descolocado, por lo menos al principio. Pero si una cosa positiva tienen estos tipos es que, con solo un par de temas, ya te tienen bien agarrado por los huevos, los cuales no te sueltan hasta bien entrada la madrugada. Violación sonora en toda regla, vamos. Es por ello que solo unas horas antes del bolo en la Rocksound, y tras anunciar su incorporación in extremis, a última hora, la curiosidad me empezó a picar más y más. Poco conocía de ellos, la verdad. Para mí no eran más que una versión andaluza de Attila… salvando las distancias, pues que te comparen con los de Atlanta, en según que contexto, situación o medio, puede incluso resultar ofensivo. Pero no es este el caso, pues a mí me gustan, pero no dire cuánto; no veas la de palos que me caen (casi) a diario en la puta redacción. Bueno, redacción, lo que se dice redacción, no tenemos, pero las hostias me caen igual.
Pues eso, que su actuación no dejó indiferente a nadie… entre otras cosas porque allí no éramos más de seis o siete personas (¡palabra!) cuando empezaron a sonar los primeros acordes de «Nace, Crece y Muere», tema que también abre su última entrega musical. La evolución es más que evidente, hecho que también queda ampliamente demostrado en la siguiente en caer, «We Bleed, We Fight».
Poco a poco fueron cayendo temas de más antigua factura, de entre los cuales destacaría la cachonda y festiva «Dance-Core Party», que creo que es el tema que mejor define el espíritu de la banda: un sonido poderoso que recoge, a partes iguales, potencial core y una base electrónica que, aunque sutil, le aporta a la mezcla el toque original del que otras bandas del gremio carecen.
En general, un muy buen concierto… en familia.
Setlist Bolu2 Death:
(0)
Nace, Crece y Muere
We Bleed, We Fight
Jugando a Ser Dios
Hasta Fallecer
#Shit
Dance-Party Core
Todo y Nada
I Am Doomed
La Estamos Liando
Dualitas
Human Ashtray
Ya se sabía que los de Girona iban a acompañar a los madrileños en su bolo de despedida ante sus fans catalanes. El ahora trío, tras la marcha de Herpress Demosca hace unos meses, se plantó en medio de la Rocksound sin bajo, pero no por ello su sonido se vio afectado. Estos berracos son capaces de despertar a una manada de mammoths en plena siesta post-glacial, a base de blast beats por doquier, riffs infernales y unos berridos (amb accent gironí) que para sí quisieran muchos yankees.
Human Ashtray, una de las bandas más brutas (y brutales) del panorama catalán. Los de Girona practican un brutal death metal que combina técnica, velocidad y descontrol (dentro del control) a partes iguales. William (voz), Xevi (guitarra) y Ciri (batería), se pegaron una farra en forma de concierto demostrando que son unos jefes y que en esto de aunar «tecnicidad» y caos sonoro hay pocas bandas estatales que les soplen a la nuca.
No recuerdo si ya se habían dejado caer por la capital catalana con anterioridad para presentarnos su más reciente obra, su brillante Exile (2017), pero gran parte de su repertorio se centró en éste, con alguna que otra incursión en su Pripyat de 2012. Ruido de nivel, aderezado con una técnica y velocidad difíciles de ver hoy en día… a no ser que vayas a un bolo de Aborted, una de las más claras influencias de la banda.
Hummano
Existen relaciones de todo tipo. Las hay de las de llevar el desayuno cada día a la cama. Las hay de las de pasear por el bosque cazando mariposas juntos. Las hay de las que se empieza follando día sí y día también. Pero también existe la monotonía en la vida de pareja… y el aburrimiento. Lo que tenía que ser una bacanal de ruido y decibelios acabo más bien pareciendo un funeral. La que tenía que ser la última gran farra de los de Tres Cantos en la Ciudad Condal, pues recordemos que esta era su última visita ever, acabó por convertirse en una reunión de colegas y de allegados, porque ahí estábamos Science of Noise, un par de chicas que no se pierden ni uno de los bolos de la Rocksound, los golfos de Stained Blood… y poca cosa más. Pero aún así, aunque los allí presentes sabíamos a lo que íbamos, no estuvimos (o no supimos estar) a la altura. Se dice que una relación está abocada al fracaso cuando una de las dos partes no tira del carro, y esa noche los que fallamos fuimos nosotros, no Hummano. Y no es por falta de interés, ni de ganas. Se sabe que el público catalán no solemos ser muy dados a expresar abiertamente nuestro agrado en público, pero de ahí a pasarnos todo el bolaco con los brazos cruzados viéndolas caer…
Pero muy a pesar del poco o nulo feedback, Sito, Fer, Alfon, Pablo y… ¿acaso no es ese Rafa Weber?, demostraron su poderío y dejaron claro que, antes que ellos, hay otras muchas bandas que deberían replantearse eso de dejarlo. Efectivamente, Adrián, el batería titular no estaba presente esa noche, según palabras del propio Pablo «porque es un desgraciao», y fue brillantemente (teniendo en cuenta que solo ensayaron juntos los temas una vez) sustituido por el ex Blaze Out… quienes, por cierto, están ya liados con su nueva obra. A lo que iba. Que los catalanes queremos a los madrileños aunque a veces no se note, y esa noche no solo no se notó sino que incluso parecía más bien todo lo contrario.
Como viene siendo común en esta gira de despedida, la banda abrió fuego con «Black Mirrors», «Prophet of None» y «Stench of the Earth», que también abren su más reciente Genocide (2017), dejando claro que su maquinaria sigue perfectamente engrasada y que son un maquinón sobre las tablas. Hummano 3 – 0 Público. A partir de ese momento, empezaron a alternarse los temas más nuevos con «clásicos» de la banda». “Bitch-Slap” fue la primera en caer… y me pareció entonces percibir algo de movimiento entre el respetab… oh, wait. No. A ver, me cago en la puta. Que era ese el momento de dejarse las cervicales a ritmo de «Get the fuck up. Go!» Nada, que no había manera.
La banda, pero muy especialmente su vocalista Sito, ya se empezaba a oler el percal: nuestra farra de despedida, nuestro baño en cerveza barata, va camino de convertirse en una reunión más de la Conferencia Episcopal, pero con menos niños. Pero ni tras ser insultados en reiteradas ocasiones por la bestia de Pablo, «¡Vamos, joder, hijos de puta!», los allí presentes nos dignamos a movernos un ápice de nuestro metrito cuadrado. A “No Gods, No Masters”, primer single extraído de Genocide (2017), le siguió otro clásico, “Fucking Dogstyle”, que estoy seguro que en cualquier otro lugar y/o situación los bailoteos del público hubieran hecho temblar los cimientos de la sala de turno.
La recta final, las cuatro últimas canciones que la banda jamás iba a perpetrar en Barcelona, se inició con “S.N.A.F.U.” para, acto seguido y entre caras de circunstancias, pues se les notaba que eso no era lo que esperaban encontrarse, atacar con “Omphaloseptic”, “King Cobra” y, como no, dejando “Cumming in the Face of” para el final de los finales.
De este bolo de despedida de Hummano en Barcelona me quedo con tres cosas. La primera, que es una pena que una banda como esta tenga que colgar los guantes y que se les va a echar mucho, mucho de menos. Ellos han sabido aportar humor y cachondeo a un género tan testosterónico como es el deathcore, y saber que solo les volveremos a ver en vivo dentro de veinte o treinta años, cuando se reúnan de nuevo por aquello de la pasta, el sexo y el vicio… me parte el alma. En segundo lugar, el currazo de Rafa tras los parches, pues el papelón que se le vino encima lo pasó con nota. Y, por último, no puedo dejar de pasar esta ocasión de pegarnos una buena colleja. Quizá alguien que nunca se ha subido a un escenario no sabrá de lo que hablo ni a qué me refiero, pero estar ahí arriba tratando de contentar al personal es mucho más difícil de lo que pueda parecer a simple vista. No se trata solo de chulear a la peña en plan «yo tengo una banda y tú no». Hay mucho sacrifico, sudor y quebraderos de cabeza antes y después de cada bolo y mientras uno no sea un Axl Rose de la vida, el resto de bandas, el 90% de las existentes, lo hacen todo por y para nosotros, el (gran) público. Compremos sus álbumes, gastemos 15 € más en el stand del merch y, por encima de todo, mostremos respeto… un respeto que creo que no les mostramos a estos tíos.
Setlist Hummano:
Black Mirrors
Prophet of None
Stench of the Earth
Bitch-Slap
No Gods, No Masters
Fucking Dogstyle
S.N.A.F.U.
Omphaloseptic
King Cobra
Cumming in the Face of
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.