Tras sorprender y enamorar en la escena underground nacional con el oscuro, melancólico y duro Cuerpos en sombra (2021), Ikarie está de vuelta con su segundo disco titulado Arde. El sexteto de Barcelona presenta el segundo elemento de una ambiciosa trilogía que arrancó dos años atrás. La banda aborda con precisión y descaro el abuso y sus víctimas féminas. Un tema aún tabú en nuestra sociedad. El sufrimiento y el dolor constantemente silenciado y desatendido por la ciencia, nuestras instituciones y representantes políticos, lo que significa que tampoco sabremos reconocernos como tales y ahí radica su gravedad.
En Cuerpos en sombra, la banda nos ofreció una clara exploración sobre este dolor. Un dolor en parte autobiográfico con el que la banda abordó mediante varios personajes hundidos y sus respectivos fantasmas. La historia de un recorrido vital de varias generaciones de mujeres, y por tanto de sus familias, pasando por muchos de estos dolores inconfesables que necesitamos nombrar para que dejen de repetirse una y otra vez, tan lenta y reflexivamente como la música que hacemos.
Ahora, en Arde, este dolor se transforma en una rabia transformadora. Aunque se mantiene la denuncia y el lamento, ahora el formato empleado para la ejecución es hacer arder todo para empezar de nuevo. Una metamorfosis que vemos reflejada a través de pasajes de la historia, víctimas y personajes paradigmáticos que ejemplifican muy bien el concepto de “banalidad del mal” de Hannah Arendt. Como sociedad estamos formando parte de eso, y por eso, es una llamada a la revolución.
Arde arranca con “Sacrificio”, una canción preciosa instrumental que usa un piano como hilo conductor, una gran entrada a lo que va a acontecer segundos más tarde cuando estalla ya Arde. “Santa sangre” es el primer corte ya con todos los conceptos que nos son familiares. Pesadez, oscuridad, voces cavernosas. Todo ello adornado por una musicalidad mucho más intensa que en su disco debut. Porqué si hay algo que salta a la vista en Arde es que a nivel musical la banda ha dado un salto de calidad remarcable. Sin perder el hilo, seguimos hilvanando en “Santa sangre” pues aún queda por destacar el pasaje melódico luminoso de su ecuador que va contrastando fuertemente con las voces. La canción habla del infanticidio y los asesinatos de mujeres en Latinoamérica.
Sigue la perfección sonora con “La Sed”, una canción ambiciosa de estilo fúnebre. Pausada y calmada, dura como pocas. Tanto ésta como “Santa Sangre”, la banda nos muestra un duelo por los que gastaron sus buenas vidas en el camino de la libertad y la paz.
En “40 días” Ikarie nos muestran en formato instrumental la aterradora imagen de la violación en grupo y el asesinato de la estudiante japonesa Junko Furuta. Pero si hay una canción que domina el registro por encima del resto es “Surcos (Ciutat morta)”, canción que más allá del homenaje a Patricia Heras, víctima del sistema y arrojada al suicidio, es la canción más perfecta que han creado estos artistas. El death doom ejecutado como clamor hacia la justicia y en por de un mundo mejor labrado con una musicalidad oscura, dura, condescendiente.
Tras otro pasaje instrumental aterrizamos en “Tomie” que sigue con la dinámica anterior pero en ella añaden unos pasajes poéticos de Marco Antonio Raya que dotan de cierta mística a la canción. Seguimos con “Arde”, la canción que da nombre al disco, instrumental y quizás la mejor de ellas.
Entrados en la recta final lo hacemos a lomos de “Titane II” en la que emplean elementos del post rock en formato doom. Pesada y épica, llena de atmósferas sobrecargadas. Y para rematar, un piano de triste efecto nos da el colofón final en “Flores en el asfalto”.
Como único pero, quizás han abusado demasiado de estos pasajes cortos e instrumentales que rompen un poco el foco de atención. Pero Arde es un disco maravilloso en todas sus facetas. Vemos a una banda creciendo en todos los aspectos. El poderío de lo que expresa va más allá de la música o de las canciones, la feraz crítica social que escupen hace reflexionar como nunca al espectador. Ikarie acaban de publicar su ópera prima. Y solamente es la segunda parte de la trilogía…