Immortal – Sons of Northern Darkness: 20 años de tinieblas en el norte

Ficha técnica

Publicado el 4 de febrero de 2002
Discográfica: Nuclear Blast Records
 
Componentes:
Abbath Doom Occulta (Olve Eikemo) - Voz, guitarra, bajo (canciones 2-8)
Horgh (Reidar Horghagen) - Batería
Iscariah (Stian Smørholm) - Bajo (solo en "One by One")
Demonaz (Harald Nævdal) - Letras

Temas

1. One by One (5:00)
2. Sons of Northern Darkness (4:47)
3. Tyrants (6:19)
4. Demonium (3:57)
5. Within the Dark Mind (7:32)
6. In My Kingdom Cold (7:17)
7. Antarctica (7:13)
8. Beyond the North Waves (8:07)

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Engendrados en las frías tierras del norte de Europa, Immortal ha sido una de las bandas más influyentes e importantes que se han encargado de forjar la identidad de ese misantrópico monstruo que llamamos black metal. ¿Podríamos imaginar la escena black metalera sin ellos? Por supuesto que no. Las cosas hubiesen sido muy diferentes, así que demos gracias de que las cosas hayan sido tal y como fueron.

Sons of Northern Darkness (2002) es uno de esos discos memorables, un monumento al black metal y a toda su estirpe. Un trabajo incomparable y brillante dentro de la larga trayectoria de los noruegos. Y se trata de un disco muy curioso, pues es el primero que grabaron para la discográfica Nuclear Blast (y no sería el último) -dejando a un lado a los franceses de Osmoses Productions-, quienes se encargaron de darle a su sonido una genialidad y limpieza gloriosa, haciéndolos sonar pulcros sin perder su estilo y ese toque de oscuridad que tanto amamos de Los Inmortales. A su vez, trabajaron junto al grande de Peter Tägtgren, guitarrista y fundador de Hypocrisy, quien, por cierto, ya había colaborado con los de Bergen desde At the Heart of Winter (1999).

Del invierno a la oscuridad

Immortal es semejante a un tanque de guerra con cada uno de sus álbumes: son brutales, llenos de férreas y poderosas municiones y qué decir de ese sonido blindado que los caracteriza. Esos coqueteos entre el thrash metal, el death metal y ese toque de tinieblas en sus obras las vuelve bastante interesante.

Para poder entender este Sons of Northern Darkness, habría que remontarse hasta el At the Heart of Winter y pasar por el Damned in Black (2000), en los cuales podemos escuchar un hartísimo de riffs de lo más lindo que poco a poco fueron evolucionando en complejidad y que en este Sons of Northern Darkness terminan por perfeccionar y, como he mencionado, la magia del sello alemán es más que notorio haciendo brillar más el trabajo de edición en cada canción, volviéndolo épico en su sonido y fondo. Vamos, que es un disco redondo que saboreas de inicio a fin.

También hay que decir que durante el periodo de finales de los 90 a principios de los 2000, el black metal se estaba posicionando entre uno de los favoritos de la comunidad metalera, poniendo en el estandarte alto a bandas como Cradle of Filth o Dimmu Borgir, entre otras, y dejando a algunas de un lado de manera momentánea, pero Immortal siempre se han enfocado en lo importante: la música antes que la crítica y precisamente éste álbum es un ejemplo de ello, demostrando su madurez y que su creatividad estaba a tope; creando canciones tan buenas que difícilmente puedes brincar en el estéreo (al menos, yo no puedo).

Otra cosa a notar aquí es que Immortal no ha sido una banda con una formación estable y, como se sabe, hace unos años que Abbath dejó la banda a pesar de ser uno de los fundadores del grupo debido a problemas legales que tuvieron lugar entre 2014 y 2016, y no es el único que ha pasado por las filas de los inmortales. Demonaz tuvo que dejar la guitarra un tiempo debido a una tenditis aguda, aunque siguió colaborando con las letras; a su vez, el bajista Iscariah dejaría la banda tras terminar de grabar el álbum, siendo que solo tocó el bajo en «One by One», la primera canción del plástico. En fin, podríamos enumerar a todos los que han pisado los escenarios con Immortal, pero no viene al caso. ¡Ah, por cierto! Recordemos que tras éste álbum, tuvieron un prolongado silencio de siete años hasta All Shall Fall (2009), siendo el último trabajo de Abbath y Demonaz juntos.

Quienes protegen sus heladas tierras…

Sons of Northern Darkness aparece luciendo una portada en tonos azules dejando clara esa frialdad tan característica de aquellas bandas provenientes de aquellas latitudes del mundo; una portada que nos recuerda, sin mediar palabra, a esa de Fighting the World (1987) o a la bizarra foto que usaron en su Anthology de 1997 Manowar, aunque a diferencia de ellos, los miembros de Immortal buscaron, en cierta manera, darle un toque menos teatral, si bien el resultado también luce un poco extraño. Seamos honestos: no es la mejor portada que han hecho los noruegos. Pero, por fortuna, la portada no refleja el contenido del ákbum, así que no juzguemos a éste «libro» por su portada.

«One by One» es la punta de lanza de estos gélidos hombres. Es el tema más thrasher del álbum y con una característica de que va a velocidades inalcanzables. Contiene pasajes vertiginosos donde brillan los instrumentos con un esplendor sonoro impactante. La guitarra de Abbath lanza riff tras riff y la contundencia del bajo de Iscariah vuelve más redondo el tema, mientras que la batería parece que se desmorona de la santa paliza que le propina Horgh. Un tema que va directo a la cara. Una gran manera de iniciar un álbum impecable. Desde mi opinión, es una canción cuya estructura, de cierta manera, no «cuadra» con los demás cortes pues, desde mi punto de vista, carece de la epicidad que le imprimieron a las demás canciones. Sin embargo, eso es lo que vuelve a esta «One by One», una pieza clave y una gran apertura. Sigamos viendo qué más…

Tremenda es la introducción de batería en el tema que le da nombre al álbum. «Sons of Northern Darkness» tiene un poder tremendo cuya base rítmica es devastadora. Esos poderosos riffs de Abbath, junto a su voz, reinan a lo largo de la canción y no pasa para nada desapercibido también su trabajo en el bajo. La batería de Horgh hace maravillas aquí. La influencia del thrash metal es latente en ciertos pasajes y el solo de guitarra es una joya. Abbath suena tan temible a las voces como en cada pieza.

«Tyrants» es el corte que más me enajena del álbum y el que más me impresiona, pues cada vez que la escucho no puedo dejar de imaginar a los antiguos guerreros de los que hablan sus canciones, montando sus corceles directos a la temida batalla. Ese riff que nos adentra en este gélido tema contiene brutalidad al mismo tiempo que un toque épico que me hace pensar en The Lord of the Rings. Sus notas disonantes a medio tema, nos sirven de puente para un descanso auditivo que se rompe cuando la salvaje voz de Abbath grita con un sentimiento que te evoca a un momento álgido del combate, y luego retoma ese riff tan inconfundible y glorioso. Debo decir que, en mi opinión, ese riff es la base fundamental del tema y sin él, no sería lo mismo.

Sin darnos tregua, Immortal nos traen «Demonium», un tema veloz que destroza todo a su paso. Horgh es un maestro en las percusiones, hace temblar su instrumento con la embestida que le propina y el trabajo de Abbath en cuanto a los riffs con su guitarra, la redondez de su bajo y su voz, proyectan oscuridad en el tema. El tema más corto del plástico y uno de los más contundentes. «Within the Dark Mind» da inicio a la segunda mitad del álbum; se inician los temas largos. Su apertura es muy buena, te hace hacer ese headbanging de manera alocada hasta que los tempos de la canción se mueven cuando Abbath comienza su recital. Horgh en su batería alienta e tema siempre hacia adelante y muy dinámico, nunca se queda estancado. Tras escuchar este tema solo queda una cosa por decir: Abbath es un puto genio.

En «In My Kingdom Cold» las disonantes notas de guitarra abren paso a la feroz batería de Horgh que golpea tan rápido como puede esos tambores sin perder ese toque de brutalidad. Los riffs de Abbath son una maravilla y esos requintos que se aprecian a los largo del tema hacen que sea muy interesante. Un tema épico y, simplemente, hermoso. Lo mejor del tema viene hacia la mitad del mismo, con un tempo más lento y golpeado, siendo los tambores de Horgh los que imprimen una cadencia de lo mejor en ese interludio. Un buen tema lovecrafniano. «Antarctica» abre con el soplido del solitario viento y unos sintetizadores misteriosos que dan paso a la llegada de todos los instrumentos que golpean de frente. Casi hasta los dos minutos y medio escuchamos a Abbath con sus guturales dándole ese toque nuevamente tan especial y helado al tema. «Antarctica» cuenta con uno de los interludios más interesantes que nos han presentado aquí, y lo que es mejor: hacen de lo que escuchamos sea algo misterioso.

Con el sonido del agua corriendo y una guitarra que sutilmente hace sus melodías disonantes, tenemos al último corte de este Sons of Northern Darkness, «Beyond the North Waves». Con un inicio lento en donde Horgh deslumbra con su doble bombo y la atmósfera creada hace que uno pueda sentir ese frío que imprimen los noruegos a sus trabajos sin caer en lo oscuro totalmente, más bien en lo épico. La voz de Abbath es formidable y sigue sobre la línea a los instrumentos hasta que el tema se acelera y con ese cambio de ritmo y ahora parece que galopa sobre los acordes. Los últimos minutos son lo mejor del tema, una forma excelsa de terminar una canción. Un corte seleccionado correctamente para cerrar un material de semejante calibre.

Lo que digo es que…

Immortal creó con este Sons of Northern Darkness un monumento no sólo al black metal, sino a la música extrema en general. Es bastante épico que da la sensación de adentrarse de forma sonora a las sagas nórdicas y escuchar cada pasaje es como estar en una batalla narrada en ellas. Sin duda, Sons of Northern Darkness forma parte de lo mejor que estos hombres del norte tienen en su discografía. Tal vez la mano de Demonaz se pueda apreciar más allá de su colaboración con las líricas de los temas, tal vez debió haber contribuido con alguna que otra idea musical, quien sabe. Lo que sé es que Immortal perdió parte de su esencia cuando Abbath dejó la banda, aunque no del todo, pues el último trabajo de los inmortales es muy bueno también, aunque sería genial vernos colaborar de nuevo en el futuro, pero mientras, hay que apreciar este Sons of Northern Darkness y a esperar que Immortal no guarde silencio por tantos años más.