Un año más, el circo organizado por Impericon se dejaba caer por nuestro país, y allí estuvimos, en la Sala Razzmatazz 2, para dar buena cuenta de ello, en una tarde-noche de lo más… desangelada, y eso que el cartel de este año era de los mejorcitos de los últimos años. Coño, con la de chicha que hubo en todo momento sobre el escenario…
Lorna Shore
Ante unos cien asistentes, los del Condado de Warren saltaron al escenario cuando eran poco más de las 17:00. Los problemas técnicos que tuvo uno de sus guitarristas, Connor Deffley, durante su primer tema no presagiaban nada bueno, pero la banda salió del paso con gran maestría, si se me permite la expresión, descargando un deathcore muy técnico con elementos de tech, thrash ennegrecido y metalcore, muy en la onda de bandas como Cattle Decapitation, Thy Art Is Murder o Rings Of Saturn.
La media hora que estuvieron sobre las tablas estuvo marcada por dos aspectos: un par de fans entregadísimos que estaban en primera fila, que incluso ayudaron a Tom Barber, vocalista del quinteto, a cantar “Denounce The Light” y, precisamente el vozarrón que este individuo lleva dentro. De entre todas, destacó su hit “FVNERAL MOON” pero, ni aún así, el público parecía estar demasiado interesado en lo que allí estaba sucediendo… excepto ese par de muchachos. Quizá era todavía demasiado pronto. Una auténtica lástima.
Setlist Lorna Shore:
Godmaker
Denounce The Light
Grimoire
FVNERAL MOON
Flesh Coffin
Polaris
Los aussies menos conocidos de la velada, salieron a escena poco minutos más tarde. Es de agradecer que los cambios entre banda y banda fueran fluidos y rápidos. Después de calentarse un poco el ambiente, la multitud estaba (aparentemente) hambrienta de más, y qué mejor para satisfacer el hambre que Polaris, desde la soleada Australia, una formación que dará que hablar.
Tras el lanzamiento de su álbum debut The Mortal Coil (2017) justo dos días antes, a estos chicos se les veía con unas ganas inmensas de agradar en la Ciudad Condal… aunque su actuación se viera limitada a unos míseros veinticinco minutos. Aún así, aún lo apretado de su show, nos ofrecieron el primer (y creo que único) wall of death de la velada. Temas como el inicial “Lucid” y el favorito de los fans, “Regress”, que abre su EP del pasado año The Guilt & The Grief, los allí presentes se dejaron el alma cantando con sus corazones junto con el líder Jamie Hails. La pegadiza y rítmica “The Remedy” marcó el final de su actuación, no sin antes marcarnos todos el típico “make some noise”…
Setlist Polaris:
Lucid
Regress
Hold You Under
Consume
The Remedy
Kublai Khan
Ya con algo más de 200 asistentes, los tejanos Kublai Khan asaltaron el escenario casi sin previo aviso. Portadores de algunas de las líneas de bajo y riffs más pesados que escuchamos durante toda la noche, Matt Honeycutt & Co. nos desgarraron el alma con un potente y compacto sonido gracias a canciones como “The Hammer” o “The Guilty Dog”.
Kublai Khan es una banda que no tiene ningún problema en cantar canciones sobre temas tan desgarradores como el racismo, la adicción y la depresión; toda una bocanada de aire fresco en la industria de la música. Su hardcore sin paliativos les hizo alzarse con el premio a la mejor actitud de la velada, y fue de las pocas bandas que consiguió contactar de verdad con el respetable. Hasta Tom Barber, vocalista de Lorna Shore, se animó a subirse al escenario con ellos en la inicial, tras la intro “The Eyes Up”, “The Hammer”, tema incluido en su más reciente trabajo discográfico Nomad (2017).
Los de Sherman no era la primera vez que nos visitaban, pues ya se dejaron caer por aquí hace un par de años junto a Obey The Brave, Malevolence y Napoleon, tal y como ellos mismos se encargaron de recordarnos… de la misma forma que reiteraron que «there is no place like in Barcelona, my favorite city in this tour»; habrá que fiarse, ¿no? Total, ellos dicen lo que está en su corazón para expresar lo que sienten, lo que son y lo que representan. Gran show.
Setlist Kublai Khan:
Eyes Up
The Hammer
Life For A Life
The Guilty Dog
Balancing Survival And Happiness (Part I)
B.C.
Ghost Pains
Antpile
Sworn In
Los siguientes en descargar fueron los impactantes Sworn In, cuyo vocalista Tyler Dennen, envuelto en todo momento en unas luces rojas muy en la onda del artwork que rodea su último trabajo All Smiles (2017) y que me jodieron bastantes fotos, y sus secuaces trajeron una implacable mezcla de angsty metalcore y mathcore a una sala que ya presentaba un mejor aspecto, la verdad. Tras un inicio algo estático de la mano de la nueva “Cross My Heart”, y mostrarse algo distantes, grandes himnos como “Endless Grey”, con su grito inicial de «Help!», resonaron por todos los rincones, donde “Mindless”, con un Tyler estirado en el suelo, convirtió la pista de baile en una zona de guerra con circle pits que se abrían de izquierda a derecha. Sworn In saben cómo montar un show increíble y, con suerte, no pasará demasiado tiempo hasta que les volvamos a tener por aquí.
Setlist Sworn In:
Cross My Heart
Endless Grey
Don’t Look At Me
Hypocrisy
Mindless
Snake Eyes
Chelsea Grin
Hasta aquí la primera parte del festival, la reservada a aquellas bandas “menores”. Ahora tocaba encarar la recta final del Impericon con los pesos pesados de la velada.
La medalla de bronce se la llevaron Chelsea Grin, un grupo de deathcore de Utah que nunca jamás ha de tomarse a la ligera y que era la segunda vez que nos visitaba en menos de un año. Brutalizando cada segundo de su set de poco menos de treinta y cinco minutos, pudimos sentir como nuestros globos oculares temblaban en sus órbitas por culpa, entre otras cosas, de esa afinación de las armas de destrucción masiva, envueltas en purpurina de colores, que portaban Harmond, Jones y Flinn. Lo más destacado fue su canción final «Skin Deep», de su más reciente obra Self Inflicted (2016), que rompió una nueva herida en una audiencia ya de por si bastante magullada. Ritmos dentro de la convencionalidad de lo que es el deathcore más de manual. Su segundo álbum, My Damnation (2011) del que, curiosamente no tocaron ni una sola canción, también muestra influencias de doom y black metal en algunas canciones. Y eso que hubo un pequeño y efímero espacio para temas viejos, como las iniciales “Desolation Of Eden” o “Recreant”. Pero, a partir de la tercera canción, solo sonaron temas de Self Inflicted. Send echaron de menos temas como «Lifeless» o «Don’t Ask, Don’t Tell».
Setlist Chelsea Grin:
Desolation Of Eden
Recreant
Broken Bonds
Say Goodbye
Strung Out
Clickbait
Skin Deep
Deez Nuts
La penúltima banda de la noche no fue otra que Deez Nuts, quienes definitivamente trajeron una muy, muy necesaria dosis de fiesta a una noche, en líneas generales, bastante deslucida y fría.
Los de Melbourne no dejaron de acribillarnos con una canción tras otra. Por culpa de temas como “Purgatory”, de su más reciente Binge & Purgatory (2017) o “Face This On My Own”, la multitud se volvió loca; la única decepción fue no ver al líder de The Architects, Sam Carter, durante “Band Of Brothers”, que sonó un poco más adelante por petición popular… pero que estoy seguro de que hubiera caído sí o sí. Pelillos a la mar, tal (obvia) ausencia fue compensada por el volumen brutal de una multitud cada vez con más ganas de party. Deez Nuts se caracteriza por ofrecer SIEMPRE bolos de primera clase, y esa noche superaron todas mis expectativas. Era la primer vez que les veía en directo y les tenía ganazas.
Entre la predisposición del vocalista JJ Peters y los calzoncillos de sandías del batería Alex Salinger, enseguida se metieron a todo el mundo en el bolsillo. Fueron, con diferencia, los mejores de la jornada. “Stay True” sonó de perlas tras preguntarnos si estábamos a gustito y cómodos… ¡ya te digo yo que sí! Buena muestra de ello fue el fan que subió al escenario a pegarse unos “I make music ‘cause that’s what I fucking do, I STAY TRUE!”, junto a ellos. Menos mal que, para entonces, ya parecía que los problemas iniciales de sonido se iban solucionando… justo a tiempo para poder disfrutar de los primeros empujones entre el respetable. Jamás entenderé esa manera de bailar (slamdancing); quizá soy más de la generación de los “agarraos”. Con “I Hustle Everyday”, que fue una lástima que no la tocaran en su totalidad, pues sonó a modo de empalme tras “Tonight We’re Gonna Party”, llegó uno de los momentos más álgidos de la noche. No hubo ni un alma que no saltara mientras, tras la petición de Matt Rogers (guitarra), sonaba “Shot After Shot”.
Fueron cayendo los temas, de ayer (“What I Gotta Do”, “Face This On My Own”) y de hoy (“Cakewalk”, “Hedonistic Wasteland” o “Carried By Six”), hasta que llegó el momento de cerrar con la inmensamente colosal “Your Mother Should Have Swallowed You”, incluida en su primer y exitoso larga duración Stay True (2008), tras la cual nos pidió un fuerte aplauso para nosotros mismos y para el resto de las bandas allí presentes. Ace!!!
Setlist Deez Nuts:
Binge
Purgatory
Popular Demand
What’s Good
Stay True
For What It’s Worth
Tonight We’re Gonna Party / I Hustle Everyday
Shot After Shot
Cakewalk
What I Gotta Do
Face This On My Own
Hedonistic Wasteland
Band Of Brothers
Commas & Zeros
Discord
Your Mother Should Have Swallowed You
Emmure
Finalmente, llegó la hora de que la banda de la noche, los poderosos Emmure, nos ofreciera su mezcla de moderno hardcore, sucio thrash y alguna que otra pizca de nu metal. ¡No hay duda de por qué encabezaban el cartel! Y eso que lo tenían dificilísimo tras el show montado por los australianos. ¿Les superaron? En cuanto a número de cuerdas por guitarra (la guitarra de Joshua Travis tiene nueve…) y guturales, sí; en cuanto a farra y diversión, no, ni de coña…
La verdad es que Frankie Palmeri, vocalista y superviviente de la formación, y único responsable de que todos sus compañeros le acaben por abandonar, se lo curró y mucho, aunque se pasara, en ocasiones, más tiempo acurrucado frente al bombo de la batería, de espaldas al público, alabando la buena calidad de las toallas que los de Razz habían tenido a bien proporcionarles, que interactuando con el respetable. Eso sí, es de apreciar el buen ojo que tiene para elegir a sus partners in crime.
La banda nos golpeó con la ayuda de “Shinjuku Masterlord”, de su más reciente Look At Yourself (2017), y fueron recibidos, por parte de los fans, a ritmo de «Do you really think I give a fuck? Beacuse I don’t» durante el icónico estribillo. El resto de la banda, los recién llegados, continuó con esa sensación de unión. El público coreaba cada palabra de temas como “Natural Born Killer”, ‘Most Hated’ y “4 Poisons 3 Words”; sonaron todas de lujo, y fue impresionante ver como el respetable tarareaba incluso sus temas más recientes, como “Smokey”, de mis preferidas de la noche.
La banda encaró el final de su recital con su pesado himno “Solar Flare Homicide” que abrió algunos de los mayores moshpits de la noche para, finalmente, deleitarnos con un clásico total del año 2007, “When Keeping It Real Goes Wrong”, para completar una actuación increíble, con la inestimable ayuda de Tom Barber, sí, el vocalista de Lorna Shore, quien ganó así el premio a persona que más escenario chupó en toda la velada. Toneladas de decibelios, sí señor… ¡así, sí!
Setlist Emmure:
You Asked For It
Shinjuku Masterlord
Smokey
Natural Born Killer
Sunday Bacon
I Thought You Met Telly And Turned Me Into Casper
Most Hated
4 Poisons 3 Words
Torch
Flag Of The Beast
Solar Flare Homicide
Children Of Cybertron
When Keeping It Real Goes Wrong
El Impericon Never Say Die! Tour nunca parece decepcionar cuando se trata de elegir a la alineación de cada año… y este año no ha sido una excepción. Desde algunas nuevas y fantásticas formaciones como Polaris, hasta pesos pesados en este juego como son Deez Nuts y Emmure, cada segundo estaba predestinado a volarnos la cabeza. Pero no fue así. Lo milimétrico y las calculadas actuaciones hicieron que los artistas deslucieran un poco. Mucha prisa vi sobre el escenario en todo momento…
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.