Implore son un grupo formado en Alemania en el año 2012 que cuenta en sus filas con gente de varias procedencias y su base la tienen repartida entre varias capitales europeas. Este es su tercer trabajo y el segundo que editan bajo el sello Century Media Records con el que han conseguido mucha más visibilidad, pero bueno, con su propia música ya se la dan ellos mismos.
«Alienated Despair» son 30 minutos de masacre sonora en la que escucharemos muchos géneros diferentes: death, d-beat, crust, punk, hardcore, grind, etc. todo ello aderezado con una suciedad brutal y una producción exquisita a manos de Markus Matzinger, Paul Bacher y Johannes en los Headlight Studios de Austria. También han habido cambios en la formación y con ella han encontrado una nueva formula que personalmente ha ganado muchos enteros. Gabriel Dubko ha dejado el bajo para dedicarse en exclusiva a la voz, Eduard Petrolillo sigue con su potente guitarra, Carol Lieb, novedad en sus filas, se encarga del bajo y de los coros y Markus Matzinger ha dejado la guitarra para pasarse a la batería.
Solo darle al play ya te dan una buena hostia en toda la cara con «Faculties of Time». Acople y desparrame total. Grindcore vacilón con altas dosis de agresividad con aromas hardcore. Las guitarras suenan potentes con esa suciedad comentada antes, el sonido buzzsaw en todo su esplendor. Gabbo está tremendo a las voces escupiendo con rabia y determinación. Nos sorprenden con una parte muy death’n’roll del que también maman mucho para su propuesta musical.
«Abandoned Desires» empieza atropellándote sin compasión. Yo los noto mucho más maduros y con unas ideas, que aunque no inventen nada, suenan frescas y divertidas, que de eso se trata. En sus conciertos no podrás parar de mover las greñas y dejarte las cervicales. Mucho más experimentales sin miedo a salirse un poco de la norma y eso a mi me encanta. En poco más de dos minutos la de cosas que llegan a pasar.
Curiosa es «Parallax», que además de ser la canción más larga (casi 4 minutos) que han compuesto en toda su carrera, es una burrada de dimensiones cósmicas. Nos encontramos con unas voces mucho más oscuras alternadas con otras más agresivas y directas que recuerdan a los grandes maestros del grindcore Napalm Death. Mención para el curro del batería que lo clava todo y sus ritmos se te clavan en la mente. Una parte muy death metal nos lleva hasta el final de esta genial canción.
Vuelven a apretar el acelerador en «All Is Not Lost Is Long Forgotten» y a base de blast beats y tupa tupas nos van volando la cabeza. Junto a esas voces cavernosas nos llevan hasta una parte que roza el black para luego sumirnos en la miseria con una parte a medio tempo decadente y mezclada con un doble bombo excelente. Desesperación y desasosiego.
Más clásica y en una onda death metal es «The Constant Dissonance» con unas partes lentas y ominosas, oscuras y pesadas con unas muy buenas guitarras. Le sigue una de mis preferidas del disco que es «Never Again» en la que nos encontramos una colaboración de lujo con Tomas Lindberg (At the Gates, Disfear) a las voces. El conjunto de guitarras con unos riffs muy abiertos y unas buenas disonancias, el bajo que lo envuelve todo con su manto de graves y las voces es sencillamente sublime. Pure fucking crust/grind.
«All Consuming Filth» fue el adelanto en formato lyric video que podéis encontrar en el apartado multimedia. Vacilona y muy death’n’roll en algunas partes aunque los blast beats os van a dejar locos. Y una cosa que me pasa es que las partes lentas me encantan, tanto o más que las rápidas pero no saben estar mucho rato con ellas, son muy dinámicos. Final brutal.
«Let the Pleasure Destroy Me» es la canción más corta del disco con 1:51 de duración en la que la experimentación es total. Me recuerdan mucho a Burnt by the Sun en una especie de mathcore lleno de cambios, disonancias y sonidos nuevamente hardcore en una onda oscura en la que también me vienen a la cabeza los geniales Earth Crisis. La pieza más extraña que da un soplo de aire fresco a estas alturas. Lástima que sea tan corta.
Sin apenas haberte podido reponer de la locura anterior te vuelven a pasar como un rodillo en «In Apathetic Isolation» con dos minutos frenéticos de puro grind. Algo parecido nos encontramos con la siguiente canción pero que atesora unos buenos arreglos de guitarra que harán las delicias de los amantes del death’n’roll. Cambios y más cambios, de medio tiempo al total frenesí, otra vez calma y vuelta a la locura. Menudos pogos me estoy imaginando, si te estás quieto en un concierto de ellos no tienes alma.
Y llegamos a la última canción con «Despondency» que sigue con la misma formula aunque jugando bien con las guitarras y unos toques melódicos que quedan muy auténticos. Aunque se mueve en unos territorios bastante clásicos si que hay momentos que no hemos encontrado antes sonando de nuevo frescos y captando tu atención. Final muy hardcore.
Gran disco que se han marcado con una buena colección de canciones que sobre todo son agresivas, poderosas y divertidas de escuchar. Su corta duración lo hace idóneo para escucharlo del tirón y quedar más que satisfecho.