In Flames ya no son una banda de death metal. No busquéis más. Cuanto antes paséis página antes podréis disfrutar de esta nueva banda que por cierto está en un nivel de forma asombroso.
Esos In Flames que añoráis no regresarán y personalmente afirmo que no es necesario que lo hagan. Dejad de vivir en el pasado, del Clayman original han pasado 20 años. Vosotros, lectores – oyentes no sois los mismos que entonces y los artistas tampoco lo son.
¿Vendidos? Quizás. Al final una banda es un negocio que debe funcionar lo mejor posible. Es evidente que estos nuevos In Flames han alcanzado mucho más público que cuando eran una banda de death metal. Sólo tenéis que acercaros a las cifras de oyentes en la plataforma Spotify. De las diez canciones más escuchadas solo una es anterior al cambio de estilo.
Y con esto entramos a esta reedición del mítico Clayman. Lavado de cara casi completo. In Flames nos dejan constancia de que ni ellos mismos son esos músicos que crearon el disco. Y lo han querido plasmar re-grabando algunos de los temas más famosos del disco original. Unas grabaciones con el sonido actual de la banda. No dicen adiós al death metal melódico pero lo modulan de un modo completamente alternativo. Te gustará más o menos, pero si te alejas de las comparaciones el resultado es muy satisfactorio.
El primer cambio y no menos importante es el trabajo en el artwork. Nunca me ha apasionado la imagen de Clayman y esta nueva versión si logra cautivarme. Gana en prestigio, notoriedad y calidad. El artwork viene acompañado por un librito de 16 páginas. Esta nueva edición viene remasterizada por el prestigioso maestro Ted Jensen, conocido por sus trabajos con Deftones, Gojira e incluso Pantera. Las nuevas canciones más un medley instrumental nuevo han sido producidos por Howard Benson conocido por trabajar con bandas tan dispares como Motörhead y My Chemical Romance. La mezcla ha sido realizada por Lord-Alge quien trabaja para Green Day y Rob Zombie.
Las cuatro canciones regrabadas finalmente han sido “Only for the Weak”, “Bullet Ride”, “Pinball Map” y “Clayman”. Mientras que la nueva medley instrumental se titula “Themes and Variations in D-Minor”.
Arrancamos con citada medley titulada “Themes and Variations in D-Minor”. Algo más de cinco minutos demasiado mundanos e inexplicablemente insulsos. Incluso da la sensación equivocada de desafino.
La nueva “Only for the Weak” rebaja las revoluciones de la original. Encontramos una producción completamente limpia y nítida con un Anders al que se le comprenden casi todos los versos. Las dobles voces de las estrofas se han suprimido dando el total protagonismo a Fridén. Las voces semi limpias sobrepasan por completo las voces raspadas de la edición original. El trabajo de batería también luce más claro, con lo que produce menos efecto de bola de sonido.
En “Bullet Ride” encontramos su principal cambio en las voces a tipo de susurro iniciales y su consiguiente explosión gutural. Algo que en directo ya habían moldeado. El solo de la segunda mitad del corte pierde ahora algo de fuerza así algo parecido nos pasa con las voces posteriores. Unas voces apoyadas esta vez con algo de tintes electrónicos. Esta quizás es la versión menos lograda del nuevo disco.
“Painball Map” mejora en las estrofas pero se diluye demasiado en los estribillos. Seguimos con una producción mejorada, los instrumentos suenan mejor que nunca así como las voces en las estrofas. Una pena que los estribillos hayan flaqueado de esta manera.
Con “Clayman”, el primer anticipo, llegaron las risas y las burlas. Con una producción nítida y un sonido perfecto, el corte suma 10 segundos más de duración ubicados en el arranque del mismo. Juega con el poderío de las nuevas voces de Anders Fridén. También modulan perfectamente las segundas voces algo difuminadas y mal sonantes del corte original. Así como quitar la superposición de instrumentos que en varios pasajes provocaban un efecto demasiado bruto. Si es cierto que en el riff inicial pierden demasiada potencia, el estallido de guitarra y batería a los 11 segundos le da un impacto más demoledor a la base rítmica del tramo inicial del corte. El solo gana en claridad y sonoridad.
Personalmente me inclino a regalar un 7,5 al nuevo disco, no le doy más nota porque no tenemos la originalidad de tener canciones nuevas. In Flames se arriesgan a ser devorados por fans y prensa. El disco es arriesgado y goza de una producción exquisita. Pero estoy seguro de que les importa un comino. Los fans de los nuevos In Flames disfrutaran del disco como lo hacen con los últimos discos de la banda. Los fans de la vieja escuela, no os acerquéis.