Me gusta reseñar álbumes del 1995 porque fue un año de lo más intenso en cuanto a death y black metal con el lanzamiento de albumazos como el Pierced From Within de Suffocation, el Symbolic de Death, el Domination de Morbid Angel, el Panzerfaust de Darkthrone, el Battles in the North de Immortal, o el que hoy venimos a celebrar en su 25º Aniversario, el Upon the Throne of Apocalypse de Incantation.
Este es un álbum que respira puro death metal con la fatalidad del brutal death y la densidad del doom. Además, destaca y es bastante conocido por ser la segunda grabación de su disco del año anterior, Mortal Throne of Nazarene (1994). El CD de 1995 es una edición limitada que repite las mismas canciones que su predecesor, pero con la diferencia de que están colocadas en el orden inverso, o sea, es exactamente el mismo, pero al revés. Entonces, ¿dónde está la utilidad de regrabar un disco ya existente, y que encima, ya era buenísimo?
Desde que salió el segundo álbum, hubo varias opiniones al respecto. Algunos preferían ver al Upon the Throne of Apocalypse como una mejora del anterior, ya que parecía que el grupo no estaba del todo satisfecho con su trabajo del 1994 por la baja calidad de la grabación y creían que dándole un mejor audio y un sonido algo más intenso y escabroso, conseguirían llegar al nivel que querían demostrar a su público. En este caso, la regrabación demostraría un gran compromiso por su parte y la voluntad de entregar siempre lo mejor de sí mismos manteniéndose fieles a su estilo. Además, el hecho de que se escuchara mejor y que todo el conjunto del álbum tuviera más potencia y más gravedad en el tono, logró ganarse a gran parte de sus seguidores.
Los contrarios a la edición limitada veían el Mortal Throne of Nazarene como un lanzamiento suficientemente fuerte por si mismo, con una calidad más que correcta y ninguna necesidad de cambio. Entonces, el Upon the Throne of Apocalypse, les parecía una pérdida de tiempo y una repetición de canciones injustificable, que solo servía para sacar dinero a sus fans. También hay que tener en cuenta que Incantation solo sacó, aproximadamente, unas 1.000 copias del Upon the Throne, con lo que parecía que solo querían atraer a los coleccionistas.
Vistas las dos caras de la moneda, procederemos a comentar el Upon the Throne of Apocalypse en profundidad, a ver qué conclusiones sacamos al final.
Empecemos por el sonido, que es definitivamente más áspero y asimismo más brutal. Estamos hablando de Incantation, que por poco que los conozcáis, sabréis que son una banda de death que poco le tiene que envidiar a la muerte. Por lo tanto, el cambio a unas guitarras más densas y con un tono algo más grave, acompañadas por la tremenda batería de Jim Roe que suena aún mejor que en el Mortal Throne, les concluyó en un resultado super sombrío y sumamente potente. Y bueno, si encima le añadimos a la mezcla la virtuosa combinación con la voz de Craig Pillard, que es tan grave que casi parece que está enterrado, quizás podríamos decir que resulta más fácil meterse en su atmósfera oscura y tenebrosa con este álbum (que no significa que con el anterior no se pudiera, de hecho, lo gracioso está en que si se podía…).
Si nos paramos a escuchar canción por canción, realmente ya en el Mortal Throne of Nazarene, las ocho eran indiscutiblemente buenísimas, y claro, en el Upon the Throne of Apocalypse lo siguen siendo.
Empezamos con «Abolishment of Immaculate Serenity», que es un tema oscurísimo y mortal, con un ritmo lento simplemente brutal que nos lleva hasta la cortísima «Blissful Bloodshower» que, con solo 52 segundos de ruido al estilo grind, nos sirve de introducción para uno de mis temas favoritos del álbum, «The Ibex Moon». Este suena casi como un conjuro asesino que no cesa en la composición extremadamente trabajada y penetrante.
Siguiendo hasta «Nocturnal Dominium», se nos viene encima una avalancha de precisión y gruñidos graves con blast beats vertiginosos que nos transportan a la dimensión cementerial más brumosa. Llegamos a la quinta canción, «Essence Ablaze», un temazo inconfundible por sus riffs trepidantes y los cambios de ritmo que también se hacen muy presentes en la canción que viene a continuación, «Iconoclasm of Catholicism», que es una carga de extremo bestial que desearía que no acabara nunca.
Y finalmente para acabar, nos esperan al acecho «Emaciated Holy Figure», donde la tralla no para y tiene algún toque más doom, y «Demonic Incarnate», que me parece un inicio brillante en el Mortal Throne of Nazarene porque marca un tono rápido y denso que a medida que va avanzando la canción se va ralentizado para crear una atmósfera lóbrega y triste, puro death que se me acorta un poco para el final pero que, definitivamente, es perfecta para inicio.
El hecho de haber cambiado el orden solo tiene sentido si el álbum se escucha entero y seguido, de manera que lo primero que se oye es la apertura con el épico «Abolishment of Immaculate Serenity» y lo último que cierra, es la canción que antes hubiera sido la primera, «Demonic Incarnate». La verdad es que el cambio es relevante a la vez que varía bastante la dinámica del álbum, ya que, al arrancar con la canción de 8 minutos que otorgaba un gran final al Mortal Throne, le saca parte de la epicidad al final del Upon the Throne. Y a ver, que el cierre con «Demonic Incarnate» es igualmente poderoso, pero quizás no tan eficaz.
Personalmente, si me tengo que quedar con uno de los dos álbumes de Incantation que hemos estado comentando, prefiero el Upon the Throne of Apocalypse, simplemente porque el sonido que es bastante más trve y en conjunto creo que le da un toque mucho más cruel y siniestro que acompaña a la perfección al estilo de la banda des de sus inicios. Además, me creo la historia de que los músicos querían mejorar su anterior versión para quedarse completamente satisfechos con su material. Asimismo, sinceramente, no creo que el Mortal Throne of Nazarene necesitara ser regrabado, sin lugar a dudas, es un álbum feroz y crudo que si no hubieran hecho nada y a continuación hubieran sacado directamente el EP The Forsaken Mourning of Angelic Anguish (1997) o el álbum Diabolical Conquest (1998), tampoco hubiera pasado nada y todos tan contentos, pero la verdad es que me parece que en el fondo, le viene bien ese toque de brutalidad extra que vemos en su segundo lanzamiento. Pero bueno, esta es solo mi opinión, a vosotr@s, ¿qué os parece?