Inert – Vermin

Inert es un proyecto de death metal formado en el año 2015 a caballo entre Barcelona y Estocolmo en el que se rinde tributo a los grupos pioneros del death metal escandinavo como Entombed, Dismember o Bloodbath aunque también tienen otras influencias de grupos como Death o Carcass. Tras un primer Ep que sacaron en 2016 titulado Obliteration of the Self que me gustó mucho, este 2019 sacan su primer larga duración con nuevas incorporaciones a sus filas. El grupo está formado por Gustavo a las voces, Xavier a la guitarra, Paolo al bajo y Martin a la batería y han creado un total de nueve canciones, una de las cuales es una versión del grupo Anímic que practican un estilo a mucha distancia de Inert pero que la han sabido traer a su terreno.

Lo que nos encontramos aquí es un death metal directo, sin artificios, sencillo pero efectivo aunque en algunos momentos es algo plano y repetitivo. Sobre todo esta sensación nos la da la voz que no tiene mucho dinamismo y usa casi siempre el mismo registro. Otra cosa que me pasa con ellos es lo mismo que me ocurre con los grupos que alternan el inglés con su lengua materna. ¿Por qué razón nos esforzamos en querer hacerlo en una lengua que no es la nuestra? Bueno, es algo que me cuesta entender y cuando no vas a pasar del underground, qué te importa si tu «mensaje» llega o no a los que te escuchan. Añadiendo ese toque exótico puede que incluso te hagan más caso, a saber.

Bueno, después de desahogarme un poco continuemos. El disco arranca con la canción que da nombre a este con unos aires épicos y oscuros que van avanzando como un ejercito del averno. Sorprende el sonido que es potente y nítido pero con la suciedad adecuada. A la que arremeten contra nosotros la cosa se pone seria. La voz me recuerda mucho a la de Decapitated Christ siendo un gutural rasgado como que no acaba de arrancar, que se queda a medias, pero hecho a propósito. Encontramos un buen solo que ensalza la parte central de la canción aunque creo que abusan un poco del estribillo. Final bastante clásico.

Primera canción en catalán con «Bassals de Sang», cruda y directa con unos buenos riffs de guitarra y con una batería que va por faena: tralla y más tralla. El doble bombo es protagonista en lo que parece el estribillo donde repiten Guerra i extermini! siendo estos momentos en los cuales podrían haber apostado por un poco más de experimentación. Momento más calmado tras el segundo estribillo con una parte bastante doom en la que las voces se salen un poco de la dinámica anterior.

Potente y muy movida se nos presenta «Murderer in Me» aunque no varía mucho con lo visto hasta ahora. Una batería a toda prisa acompañada de unas buenas guitarras. El bajo seguro que está pero me cuesta bastante diferenciarlo del resto de instrumentos aunque ya sabemos que en el death metal muchas veces pasa, pero bueno, se disfruta igual.

«Kingdom of Sulphur» tiene ese regusto a la vieja usanza muy acentuado con unas partes donde no mover las greñas y las cervicales debería estar prohibido. Mucha caña burra pero a partir de la mitad se calman y nos muestran unos afilados arreglos de guitarra para luego volver al principio y aquí parece que el registro de voz ya es algo más abierto.

Seguimos con «Values’ Decay» que si os digo la verdad podría decir que es la anterior. Demasiada repetición de patrones y eso hace que pierdas un poco la atención. Si todo suena muy parecido, por lo menos a mí me llega a aburrir y la cosa no varía mucho con la siguiente «Rotten Corpse Feast».

Otra canción en catalán con «La Malura», una canción más lenta que las anteriores y la más larga de todo el disco. La verdad que se agradece que esté en este momento para así encontrar un poco de variedad que se echaba en falta un poco. Una canción más cercana a Bolt Thrower que a las referencias antes nombradas.

A continuación nos encontramos con «Vermin (New Breed)» pero poco tiene que ver con la que abre el disco. Al principio pensaba que sería una especie de remix de la original pero se trata de una canción totalmente original con algún que otro elemento nuevo. Y para terminar la versión de «Horse’s Mane» del grupo Anímic. Se trata de algo original ya que casi siempre nos empeñamos en versionar a grupos que son parecidos pero ellos han decidido tirar por el rock indie. Bien por ellos.

En global no es un mal trabajo ya que tiene calidad pero tienden a repetir patrones y a veces tienes la sensación de deja-vu. Con algo más de dinamismo en las voces y estructuras de las canciones seguro que mejorará bastante su propuesta.

Robert Garcia

Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica… La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.