Ingested – The Tide of Death and Fractured Dreams

Esta primavera están saliendo discos de brutal death como setas, con lanzamientos de Aborted, Benighted, o lo nuevo de Ingested, que reseñamos hoy. Este trío de Manchester lleva casi dos décadas reventando tímpanos a base de música extrema, y este es ya su álbum número ocho.

Este The Tide of Death and Fractured Dreams no es el típico disco de slam. Sí, contiene guturales profundos, breakdowns destructores y guitarras afinadas más graves que el rugido de una bestia, pero también le han metido una dosis sana de melodía y hasta algún pasaje acústico para descansar un poco, como en «Numinous».

Lo primero que llama la atención, por eso, es la espectacular portada, que a priori podría parecer una fumada hecha con inteligencia artificial, pero nada más lejos. Es obra del artista David Seidman, como dice en su web, «artist of the strange and unusual». Y que lo diga. Ha sabido retratar la brutalidad de la música de Ingested, pero también estos matices más coloridos que podemos encontrar de vez en cuando en estas canciones.

No os preocupéis si sois de los puristas que solo les va la tralla, porque la mayoría de lo que suena es pura violencia. Empezando por «Paragon of Purity» y «Endless Machine», cada una con sus grooves y partes aceleradas, pero devastadoras en su totalidad.

«Where No Light Shines» tiene un inicio muy a lo Meshuggah, con ese sencillo patrón de notas agudas que se va repitiendo hasta entrada la canción. Y no parece la única influencia de los gigantes suecos, pues tendremos algunos riffs más de inspiración djent durante la escucha.

Ritmos de deathcore y partes para pegarse en los conciertos en «Expect to Fail», con las voces tiránicas de Jay Evans llevándose el protagonismo. Vuelve ese guitarreo djent en «Starve the Fire», acompañado de unos coros limpios que complementan muy bien los guturales y el tema en general, una de las mejores sin duda.

Más brutalidad sin parangón en «Pantheum», con unas partes de batería demenciales que nos regala Lyn Jeffs. Realmente le han sacado un sonido tremendo al instrumento, puedes sentir la contundencia de cada golpe, incluso en los dobles bombos de infarto de «Kingdom of Sand».

El plástico acaba con «A Path Once Lost», con una buena intro acústica y solemne, con hasta voces limpias que siguen durante el tema. No se si en el pasado las habían llegado a incorporar, pero en este caso les han quedado bien resultonas. No sería de extrañar ver más de eso en el futuro.

Sin ser esto una obra maestra, estamos delante de un sólido esfuerzo por parte de Ingested, que dan pequeños pasos fuera de su zona de comfort, pero mayormente se mantienen en el estilo en el que destacan. Muchas ganas de escuchar estos nuevos temas en directo, y tendremos la oportunidad de hacerlo en las fechas que les van a traer por nuestras salas a finales de mes. Como siempre, en Science of Noise os lo contaremos.

Aleix Besolí

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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.

También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.