Inglorious – Ride to Nowhere

Inglorious siempre han tenido unas influencias claras, pero con este Ride to Nowhere (2019) la banda está tratando de ir más allá del sonido setentero y evolucionar hacia algo más suyo, más personal. Aclamados como el futuro del rock británico, Inglorious se ha ido fortaleciendo a lo largo de su carrera, desde que irrumpió en la escena en 2014. Después del éxito de II (2017) había muchas expectativas y su tercer álbum. Sin embargo, poco después de que se anunciara la grabación, se supo que había una desbandada de sus músicos principales, y que solo el cantante Nathan James (voz) y el batería Phil Beaver se quedaban. El cambio de formación en las bandas de rock no es nada nuevo, y mientras la voz y mente creativa se mantuviesen en su lugar, no debería pasar nada, pero en este mundo loco del fandom impulsado por las redes sociales, todo se convirtió en un circo, casi eclipsando lo que debería haber sido un momento feliz.

Afortunadamente, todo esto es historia y parece que 2019 será un buen año, o así lo constató Nathan:

Creo que en adelante, lo que me emociona es que todos tenemos una gran voz, cosa no teníamos antes, por lo que las voces de respaldo van a sonar bien. Estos muchachos tienen hambre, sienten que tienen algo que demostrarles a nuestros fans e incluso a los escépticos, así que creo que será una gira muy electrizante y creo que la gente realmente va a disfrutar de la energía que traen estos chicos.

Está claro que los nuevos miembros de la banda, Danny de la Cruz (guitarra), Vinnie Colla (bajo) y Dan Stevens (guitarra rítmica), están dispuestos a demostrar su valía. Todo esto viene por el cambio de formación entre la que grabó este magnífico Ride to Nowhere y la actual:

Empezamos con «Where Are You Now?» en la que Nathan muestra que voz tiene a lo largo del álbum. Te engancha sutilmente y prepara el escenario para las canciones que vienen. De todas las pistas en el álbum, esta es la más cercana al sonido clásico de a la banda. Esto decía el cantante:

Suena como nosotros, pero también tiene una nueva versión de un poco de sonido con un gran coro y riffs pegadizos. Es el primer single perfecto.

Las pistas que siguen sintonizan lentamente con el nuevo sonido que la banda está explorando en este Ride to Nowhere, con la optimista y vacilona «Freak Show», la bluesera «Never Alone», «Tomorrow» en un tono más… ¿áspero? y finalmente «Queen» y su groove brutal.

Seguimos con “Liar”, más oscura y clueca que se desliza a través de tu conciencia a medida que se desarrolla. A partir de aquí álbum realmente se encuentra en sí mismo. «Time to Go» tiene un ritmo funk subyacente que lo convierte en una pista destacada desde el principio. «I Don’t Know You» tiene una vena deeppurpleiana clara, y la voz de Nathan es totalmente conmovedora a medida que avanza el tema.

«While She Sleeps» tiene cierto aire prog que la hace muy interesante. Del tema del título «Ride to Nowhere» dice Nathan, «es totalmente diferente a lo que hemos hecho hasta ahora, y mostrará a las personas que no somos solo rockeros de blues que aman los años 70″. Un sonido más pesado, incluso sucio, «Ride to Nowhere» es el claro ejemplo del nuevo sonido de Inglorious. Cuando la canción explota es cuando ocurre la magia. Este es el nuevo Inglorious, y creo que no se va a ir. Acabamos con «Glory Days», balada emotiva acústica.

Todo se combina para hacer de “Ride to Nowhere” un álbum intrigante y muy bueno. Es más restringido y definido que los álbumes anteriores, y aunque comienza con fuerza, es la segunda mitad del álbum que es donde realmente brilla y coge personalidad. Con cuál de las dos facetas te quedas ya es algo que deberás meditar. A mí me cuesta decidir. Si eres fan del soul, el blues-rock con un lado de agallas e introspección, este es el álbum para ti.

Xavi Prat

Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.