Desde Albacete nos llega una propuesta muy interesante de black metal mezclado con elementos de metal industrial principalmente, aunque veremos que no son las únicas bazas con las que juegan. Insaniam nos trae su tercer álbum de estudio, Homo Insecta (2020), que pretende mostrarnos el lado misantrópico de la banda a la vez que nos muestran la oscuridad que puede morar dentro de las mentes de todos y cada uno de nosotros.
Homo Insecta inicia con “The Birth of…” una intro que rápidamente nos pone en situación de lo que está por venir y de la tormenta que se avecina. El sintetizador da un ambiente muy denso, y el hierro chirriante de fondo termina de dar esa sensación malrollera, terminando con un crujido que da paso al tema homónimo del disco.
La canción empieza con unas guitarras limpias que suenan a depresión pura, a las que en breves se les unen el resto de instrumentos a ritmo de puro DSBM (Depresive Suicidal Black Metal). Sublime el trabajo de Hymna con su bajo, que suena jodidamente punzante.
En general la canción es bastante variada, tiene pasajes muy doomeros, torbellinos de blast beats y un pequeño breakdown, en poco menos de cuatro minutos, lo que la hace muy versátil y muy poco monótona.
“Homo Insecta” va reduciendo la intensidad poco a poco, hasta que termina meciéndote entre, de nuevo, unas guitarras limpias que dan el punto y final al tema para dar paso a “A Wolf With Hunger”, que, a diferencia de su predecesor, entra a degüello. Lo dicho. “A Wolf With Hunger” entra con todo, y suena muy en su sitio, de verdad que el bajo es sublime en este álbum. La voz de Neuros suena simplemente desgarradora, la batería es seca y punzante. Las guitarras, en cambio, suenan bastante en segundo plano, dándoles el protagonismo justo y necesario en ciertos momentos de la canción. También se juegan con baterías a medio tiempo, que terminan de darle ese toque furioso y aplastante.
Un tema muy intenso, que nos prepara para lo que está por venir con “Sadistic Eyes”, que ya empieza con un snare dando la señal de salida a un riff de guitarra potente y machacón digno de partirse el cuello con él.
Como bien sabemos, la banda basa sus letras en enfermedades mentales mayoritariamente, por lo que es muy destacable la crudeza con la que se describen durante el trabajo, como es el caso de esta canción, que nos describe la demencia y la depresión a través de sus líricas:
“They didn’t choose to see the light and returned to the shadows
like crooked lines of Goddess Nature
Souls in sorrow, optimal flesh to experience
Repelled by themselves, tortured by their own brain
They were touched by the divine hand of dementia
Sentenced by it to undertake a unique destiny.”
Como podemos ver, se relatan estos síntomas de una forma muy vívida, y junto a la música, Insaniam consigue darnos un pellizco de lo que puede a llegar a pasar por las malaventuradas mentes que padecen estos trastornos.
«Sadistic Eyes» se desvanece poco a poco para dejarnos con «The Abode of My Darkest Thoughts», una canción pesada y lenta, excepto por algún pasaje repleto de blast beats, que siguen sin cambiar esa atmósfera densa y desesperante que se nos transmite al principio, muy rollo funeral doom, que, sin duda, consiguen transmitir como es el estar enfrente de la morada de nuestros pensamientos más oscuros. Como podemos ver, la lírica es otro de los puntos fuertes de la canción:
“I walk to the darkness, I down through the madness
My life my soul upside down, beliefs and hopes are broken downI dwell in a ungrateful place, dismal dwelling and repelling
The abode of my darkest thoughts, where life turns offLies, Secrets, Rush Through my head
Lies, Regrets, Rush Through my veinsI try to run away from this illness, escape and change my reality
Distorted and shaked for the others
I wish to stop the monster of this fucking nightmare.”
La canción continúa en un trance de trémolo y arpegios jodidamente depresivos, hasta que finalmente se hace el silencio y nos damos de bruces contra “Moral Transgressor”, un tema cortito que empieza con unas baterías furiosas y un riff thrash/death metal a más no poder, que de tanto en cuanto se ve alterado en ciertos pasajes más atmosféricos.
La canción avanza sin muchas más florituras, dejándonos con “Psychoparasite”, que se introduce con un sample bastante perturbador, al que se le añaden unas guitarras limpias que te invaden con ese sentimiento de paz, pero a la vez, de mucha melancolía.
De nuevo, las pinceladas DSBM se hacen presentes con las voces susurradas y la simpleza musical de las guitarras limpias. Esto pronto se verá perturbado por el resto de instrumentos, dándole un toque más agresivo.
A partir de la mitad del tema, éste adquiere una tonalidad más black ’n’ roll, hasta que de nuevo adopta esos blast beats y trémolos que dan a este proyecto la categoría de black metal, y, finalmente, el sistema nervioso para en seco.
Empieza, lo que, para mí, es el mejor tema del disco. “Dear Dogs”, que arremete con unos riffs diatónicos potentísimos, y unas baterías que suenan atronadoras, todo ello seguido de un breakdown machacón que no desentona para nada. Furia, dolor y asco destilados de principio a fin.
Y llegamos al final del álbum con “Sweet Demential Song”, que empieza con la voz de Neuros taladrándote los oídos, para dar paso a unos arpegios que suenan a depresión y desesperación total. Una canción que transmite muy bien la sensación de densidad en el ambiente y carga mental y emocional, con sus diversos solos a lo largo de casi nueve minutazos que dura este tema, poniendo así, fin a Homo Insecta.
Un álbum con una mezcla muy interesante entre DSBM, black/death y elementos de industrial que sin duda merece algunas escuchas. Como digo, para mí, el punto fuerte son las letras, que tratan algo tan oscuro como lo puede llegar a ser la mente humana, y sin duda, consiguen transmitir la crudeza de las enfermedades que pueden afligir a la misma.
¡Gracias por tomarte el tiempo de llegar hasta el final del artículo! Me apasiona el metal extremo en la gran mayoría de sus vertientes, así que me veréis por aquí escribiendo a menudo sobre Black, Death, Grind y algún que otro proyecto underground de la escena local, a la que también aporto mi granito de arena de forma activa como músico.