Interpol – Antics (Especial 20º Aniversario)

Antics (2004), el segundo disco de los newyorkinos Interpol, cumple hoy dos décadas de existencia. Veinte años en los que su leyenda no ha dejado de crecer hasta el punto que tanto este disco como su debut, el impecable Turn on the Bright Lights (2002) han acabado devorando el resto de la discografía de la banda liderada por el enigmático Paul Banks.

Pero para comprender Antics, es preciso y obligado tirar dos años más atrás en el tiempo y citarnos en el momento en que Interpol publicó su debut. Es casi imposible arrancar una carrera de forma formal y hacerlo con un disco tan perfecto como Turn on the Bright Lights (2002). El cuarteto newyorkino debutó a lo grande y por desgracia nunca fueron capaces de superar el impacto, la calidad y la magnitud de tal disco. El post-punk que los nortemericanos idearon para el despegue de su carrera nada tiene que envidiar al de bandas célebres como Joy Division (salvando las evidentes diferencias y equidistancias claro está). Turn on the Bright Lights devolvió el post-punk a la primera línea, con un nuevo género de acoplamiento: el indie rock.

Turn on the Bright Lights no sólo fue uno de los mejores álbumes de la década, sino también uno de los más influyentes. Pero el encanto del álbum está en el contraste del título. Interpol nos pide que encendamos las luces brillantes, cuando todo el álbum parece transcurrir en calles y callejones poco iluminados de zonas de Nueva York poco frecuentadas por los turistas. Esta atmósfera oscura está creada por guitarras hábilmente distorsionadas que siempre tocan melodías y contramelodías complementarias a un ritmo lo suficientemente rápido como para perderse la belleza en la primera escucha.

Antics (2004)

Ahora sí, vamos a lo que nos ocupa, hablar sobre Antics. Tras un despegue del calibre de Turn on the Bright Lights, apostar a caballo ganador hubiera sido repetir la fórmula mágica. Si bien es cierto que el estilo sigue con los bajos definidos, una batería potente y guitarras distorsionadas, así como evocativas letras cantadas por la resonante voz del vocalista Paul Banks, Antics es un disco más positivo y luminoso que su predecesor.

Aún así es necesario recordar y entender que, pese a que el disco es más brillante con un sonido más pulcro e incluso más rockero, Interpol mantiene la melancolía y el dramatismo como sello en las diez canciones que componen este segundo álbum. Este “nuevo” sonido comenzó a caracterizarles desde aquel entonces y que les permitió la consagración inmediata gracias a los grandes clásicos que se desprendieron de este disco que fue potenciado por la cadena televisiva MTV que en aquellos años, vivía sus años más gloriosos.

La sobria y simple portada del disco esconde un artwork interior lleno de detalles. La estética visual del disco también es notable, con una portada que presenta una imagen en blanco y negro que refleja la atmósfera oscura y sofisticada de su música. La fotografía de la banda utilizada en el interior del álbum fue realizada por Ami Barwell. El código Morse se utiliza en varios lugares del envoltorio del álbum, en consonancia con la temática náutica de algunas de las letras de las canciones (“Take You on a Cruise”, “Public Pervert”, “A Time to Be So Small”). El código de la palabra «antics» se utiliza en el panel trasero del slipcase, así como en el libreto; otras palabras incluidas en código son «length», «narc», «cruise» y «exit».

En una entrevista, Paul comentó recientemente que se trata de su disco favorito de la banda: “Realmente puse mucha sangre, sudor y lágrimas en este disco”, también afirmó que su confianza en la calidad del álbum actuó como “el antídoto perfecto contra el bajón del segundo disco” y que el grupo eludió la presión.

En cuanto al disco, musicalmente hablando, contiene 10 canciones que suman 41 minutos de nueva música. Se trata de un disco sin ningún momento flojo y tiene la capacidad de que dependiendo de tu estado personal conectes más o menos según el día con una u otra canción. Entre sus canciones perfectas podríamos destacar “Evil”, “Take You on a Cruise”, “Not Even Jail” y “C’mere”. Las seis restantes son simplemente sensacionales.

“Evil” tiene el sonido característico del post-punk revival, con guitarras melódicas y un ritmo envolvente. La letra aborda temas de desamor y la lucha interna, con un tono algo oscuro y melancólico. La voz de Paul Banks, el vocalista, añade una atmósfera intensa y emocional a la canción. La canción trata (presuntamente) sobre Fred y Rosemary West, un matrimonio que juntos violaron y asesinaron a chicas adolescentes. Entre los años de 1971 y 1987, Fred y Rosemary West, una pareja inglesa aparentemente normal, asesinaron al menos a nueve mujeres, incluida la hija de 8 años de Fred, Charmaine. Desde Gloucester, la pareja atraía a mujeres jóvenes a su casa y las violaba, torturaba y desmembraba sistemáticamente, para satisfacer la sádica satisfacción sexual de Fred. El hombre terminó suicidándose en la cárcel tras su arresto en 1994, mientras que Rosemary sigue encarcelada hasta el día de hoy, con 68 años de edad. Varios años después, un joven Paul Banks se inspiraría en la infame matanza de la pareja inglesa, para escribir una canción que detallara la horrible y retorcida mentalidad de un monstruo de la vida real. “Evil” se lee como una especie de conversación entre Fred y Rosemary, prometiendo la redención en el cielo por sus acciones en la tierra, en una demostración de una perturbada arrogancia. De la misma manera que los asesinos en serie ejercen una atracción morbosa y fascinante sobre el público en general; “Evil” te arrastra a la oscuridad porque parece animada e inofensiva en la superficie.

“Take You on a Cruise” es una canción más intensa, pausada. La letra de la canción evoca temas de deseo y anhelo, con un enfoque en la conexión emocional y la exploración de relaciones. La interpretación esta voz profunda de Paul Banks añade una capa de intensidad a la experiencia auditiva.

En cuanto a “Not Even Jail”, la canción más larga del disco, presuntamente trata sobre un acosador/mirón que no puede, o no quiere, controlar sus hábitos de masturbación. La canción destaca por su sonido característico, que combina guitarras melódicas y un ritmo envolvente, típico del estilo de la banda. La canción aborda temas de aislamiento y la lucha interna, con un tono melancólico que invita a la reflexión. La canción transmite una sensación de urgencia y emoción.

Y por último, “C’mere”, conocida por su sonido melódico y su atmósfera nostálgica. La letra aborda temas de amor y anhelo, con un enfoque en la conexión emocional entre las personas. La producción es bastante pulida, y la instrumentación incluye guitarras prominentes y un ritmo envolvente que complementa la voz Paul. Es una de las canciones más populares de la banda y ha sido bien recibida tanto por críticos como por fans. La canción se tocó muchas veces en sus conciertos en directo antes del lanzamiento de Antics, y ha pasado a llamarse “Strangers in the Night”, con algunos cambios melódicos y líricos entre las distintas versiones. Cada vez que la banda toca esta canción en directo, la banda suelta los primeros acordes y deja al público completar y cantar la tan característica primera frase.

Parece que todo gira en torno a Paul Banks en este artículo, pero no voy a pasar por alto el papel fundamental de Daniel Kessler, Carlos Dengler y Sam Fogarino. El trío de músicos despliegan su artillería durante 41 minutos secundando de forma magistral el papel de Paul con las voces y su guitarra. La base melódica de Interpol es incluso más apabullante que la parte de las voces. Sino, acercate a escuchar con detalle “Not Even Jail” para caer rendido al papel de Daniel Kessler. Por citar solamente un momento.

Tras vivir la experiencia de escuchar estas diez canciones uno queda con una rara sensación en el cuerpo. Sabes que te ha tocado muy para dentro de tu ser. Es uno de los atributos principales que Interpol ha logrado crear con su música. El poderío del post punk, en este caso revival, vivido en nuestras carnes, en nuestras entrañas. Antics es un disco increíble, quizás su mejor disco, quizás. Para un servidor, un disco de esos que considero perfectos.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones