Interpol – Turn on the Bright Lights (Especial 20º Aniversario)

Año 2003. Preocupado por la perjudicial afectación de la piratería, física (la masificación del top manta) y digital (la proliferación de páginas de intercambio gratuito de archivos), en mi modesto negocio y hastiado de lanzamientos discográficos insulsos o muy trillados, no le presté demasiada atención, excepto por su rendimiento comercial, al post-punk revival protagonizado inicialmente por bandas como The White Stripes, The Strokes, Black Rebel Motorcycle Club, The Libertines, Yeah Yeah Yeahs, Liars o The Rapture, y acto seguido por superventas como Franz Ferdinand, The Killers y Arctic Monkeys. Y entonces, cuando menos me lo esperaba, apareció en una lista de novedades una referencia que decidí comprar solo por su sugerente título: The Black EP, firmado por un conjunto extrañamente llamado Interpol. Aquel compacto, que contenía la vigorosa «Say Hello to the Angels», una demo de la sombría «NYC» y grabaciones en vivo de las fundamentales «Obstacle 1», «PDA», «Leif Erikson» y la impresionante cara B «Specialist», me cautivó al instante, provocando que recuperara, saboreara y no dejara de recomendar el debut de larga duración del cuarteto de Manhattan, que incomprensiblemente había ignorado doce meses antes.

Verano de 2017. Ilusionado con los nuevos retos que tenía por delante después de una agotadora gerencia en un local de noche de mi ciudad, acepté la invitación de un buen amigo y exigente cliente de mi antigua tienda, Edu Salicru, para asistir al concierto en la sala Razzmatazz de Barcelona de la gira de celebración del decimoquinto aniversario de Turn on the Bright Lights, acompañados por su hijo Pol. Casi al mismo tiempo, el emprendedor Albert Vila, director de Science of Noise, me instó a que me estrenara en esta apasionante web musical escribiendo una crónica completamente subjetiva del bolo del elegante grupo neoyorquino. Así pues, si os pica la curiosidad, podéis leer mis impresiones de dicho recital clicando mi perfil en la revista y avanzando hasta el primer artículo. Spoiler: por diferentes razones, no acabó de cumplir mis elevadas expectativas.

Agosto de 2022. Tras darle una escucha de arriba abajo a todas las publicaciones de la formación y a algunos de los proyectos alternativos de su líder Paul Banks (en solitario, como Julian Plenti o con el trío Muzz) con la excusa de la efeméride que nos ocupa, certifico que su mejor cosecha compositiva está recopilada en Antics (con cortes tan arrebatadores como “A Time to Be So Small”, “Take You on a Cruise”, “Public Pervert”, “Narc”, “Evil”, “C’mere”, “Slow Hands”, “Not Even Jail” o “Next Exit”) y en el álbum con la cinematográfica pantalla iluminada por lucecitas rojas en su atrayente portada, en el cuál, aparte de las canciones anteriormente citadas, también destacan las penetrantes “Stella Was a Diver and She Was Always Down”, “The New” y “Hands Away”. Y aunque este alto nivel creativo no lo mantienen en los siguientes trabajos, pese a las sutiles variaciones en su estilo sonoro, aún ofrecen temas excepcionales como mi preferido “Try It On”, incluido en su cuarto y homónimo redondo, “Rest My Chemistry” de Our Love to Admire, “Breaker 1” del anagrámico El Pintor, “It Probably Matters” de Marauder o “Toni” y “Go Easy (Palermo)” que abren y cierran, respectivamente, el reciente The Other Side of Make-Believe.

Tras el exhaustivo repaso al catálogo del oscuro combo estadounidense, reanudo la sesión de necesaria terapia auditiva pinchando Disintegration de The Cure, Gentlemen de The Afghan Whigs y Without You I’m Nothing de Placebo.

Xavi Garriga Giol