Intoxikado nació en 2016 como el proyecto unipersonal de Benji, que haciéndose cargo de todos los instrumentos publicó su primera maqueta, Mi pequeño desastre. Con el paso del tiempo, se juntaron a él Iosu y Otxoa, y nos presentan esta primera publicación como trío, Músika para ratas, repleta del punk más callejero y provocador, cargado de asfalto y alcohol, al más puro estilo de la vieja escuela más marginal.
Se encarga de abrir este segundo trabajo un rock ‘n’ roll que a golpe de ritmos anfetamínicos rezuma hostilidad con “Harold Lloyd”, que servirá a todos los presentes para hacerse una idea de lo que el trío ha venido a ofrecer: calle, macarrismo, vicio y la esencia del punk más primigenio.
Como declaración de intenciones entra “Suzio”, cuyo sonido y ritmo hace honor a su nombre, hasta que el punk and roll más visceral retoma el testigo con “Ez dakit zer esan”, divertida y rastrera a partes iguales.
Para despejar las mínimas dudas que pudieran quedar sobre la intención que la banda tiene de caer bien a la gente, suena “Es una mierda!”, acabando de poner las cartas sobre la mesa: “Intoxikado es una mierda que se escucha colocado” o “No tengo ni puta idea de cómo cantar, a sabiendas lo hago mal. Ya me puedes criticar” deja claro algo que no debería hacer falta remarcar: aquí importa la actitud, no las formas. Al fin y al cabo, el punk lleva siendo eso casi medio siglo.
En un trabajo de estas características es casi obligación dedicar unos versos a las distintos uniformes policiales del lugar, y no podía ser menos aquí, y de ello se encarga “Qué asco dan”, que cede el sitio a “Quiero salir a la calle”, una nueva oda al desprecio social.
Lejos de alejarse de su línea nihilista, entra “Vidas en bucle”, con sus guitarras puramente eskorbuteras vomitando su sempiterna rabia.
Y si hablamos de autodestrucción, odio y actitud antisocial, era casi inevitable que apareciera el mayor exponente de esas facetas que el siglo XX nos dio: GG Allin, al que los bilbaínos versionean en “Tengo el Sida”, rezumando provocación como hiciera el de New Hamsphire en su época.
“Inestabilidad Emocional” saca la faceta más oscura de la formación, que da paso a “Melomanía”, que cierra el álbum acercándose de nuevo a ritmos más movidos.
Si lo tuyo es el punk con cuidadas melodías y diversos matices, pasa de largo. Pero si disfrutaste en su tiempo de las grabaciones maqueteras cargadas de mala baba y ganas de hacer algo sin importar qué ni cómo, Intoxikado traen de vuelta ese espíritu, así que dale al play y déjate empapar por su personalidad genuinamente destructiva.