IQ por fin aterriza, de nuevo, en Barcelona

Después de numerosas cancelaciones, aplazamientos e inconvenientes varios que han puesto a prueba la resistencia de promotores, público y banda, por fin llegó el día que la aclamada formación británica aterrizaba en la barcelonesa Razzmatazz 2. Desde 2014 que no se conjuraban los astros para tal evento pero la expectación no se vio recompensada por una respuesta de público como merecía la ocasión y así, la sala, hizo una media entrada bastante justa. Unos 300 afortunados supieron valorar la oportunidad de disfrutar de la banda de culto y se dispusieron a disfrutar de una de los grupos más representativos del neo-prog.

Solo bastaron unos segundos para reconocer la tonada de “The Darkest Hour” de su ya pretérito Ever (1993), seguido de “It All Stops Here“ uno de sus primeros temas, de su seminal Seven Stories into Eight (1982). Es una clara declaración de intenciones y una contundente pista de despegue para el concierto de celebración de su 40º Aniversario.

IQ es una banda que ha ido creciendo con cada trabajo y, a diferencia de la mayoría de grupos, sus dos últimos trabajos son los más representativos y recomendables como puerta de entrada para neófitos. Esto se pudo comprobar con “Stay Down” de su última entrega Resistance (2019), con ese inicio tranquilo que parece una balada y que poco a poco se va recrudeciendo y densificando… ¡Oh, sorpresa! Es un recurso de lo más empleado dentro del progresivo pero que siempre me acaba enganchando.

Con una sobria puesta en escena basada en una pantalla a todo lo ancho del escenario y escasos efectos visuales como un desaprovechado láser que necesitó de un continuo efecto de humo. Humo que resultó excesivo para este tipo de propuesta. Los británicos suplen la sobriedad estética con una perfecta ejecución. Sus ya clásicos temas como ”Frequency” o “The Road of Bones”, que dan nombre a sus más recientes trabajos, hacen saltar la lagrimilla por esa intensa y perfecta interpretación.

Es de agradecer que IQ planteara un set tan largo y propusiera un viaje en el tiempo a través de su dilatada carrera. Reconozco que durante los temas que no conozco, pese a la nitidez del sonido y la exquisita ejecución, la larga duración de estos y el extenso set, se me hicieron un pelín largos. Apunte de una sensación completamente subjetiva, pues el público, en su mayoría, disfrutó desde el primer minuto hasta la clausura de “Headlong” y la sensación final es la de haber aprovechado una bonita velada. Esperemos que no se hagan de rogar tanto para próximas incursiones.

Setlist IQ:

The Darkest Hour
It All Stops Here
Stay Down
Frequency
Shallow Bay
High Waters
The Narrow Margin
A Missile
Guiding Light
Nostalgia
Falling Apart at the Seams
The Road of Bones
Further Away
No Love Lost
Headlong

Josep Maria Llovera