Iron Maiden – The Book of Souls: Live Chapter

Nuestra Nota


7.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 17 de noviembre de 2017
Discográfica: EMI Records / Parlophone Records
 
Componentes:
Bruce Dickinson - Voz
Dave Murray - Guitarra
Adrian Smith - Guitarra
Janick Gers - Guitarra
Steve Harris - Bajo
Nicko McBrain - Batería

Temas

1. If Eternity Should Fail (live) (7:46)
2. Speed Of Light (live) (5:08)
3. Wrathchild (live) (2:59)
4. Children Of The Damned (live) (5:14)
5. Death Or Glory (live) (5:15)
6. The Red And The Black (13:17)
7. The Trooper (live) (4:05)
8. Powerslave (live) (7:31)
9. The Great Unknown (live) (6:50)
10. The Book Of Souls (live) (10:49)
11. Fear Of The Dark (live) (7:34)
12. Iron Maiden (live) (6:05)
13. The Number Of The Beast (live) (5:06)
14. Blood Brothers (live) (7:35)
15. Wasted Years (live) (05:38)

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No se me ocurre ninguna banda en el mundillo del heavy metal cuyas giras estén rodeadas de tanta mística como Iron Maiden. ¿Cuál será el setlist? ¿Cómo será el escenario? ¿Tocarán «Infinite Dreams»? ¿Y «Alexander The Great»? Cada gira supone una unidad indivisible, temática y con un repertorio inamovible (como mucho pueden cambiar algunos pequeños matices entre las diferentes mangas: un aquí te saco un «Afraid To Shoot Strangers» y te meto un «Revelations», pero poca cosa más). Además, más o menos desde casi siempre, y especialmente en los últimos años, los británicos se han acostumbrado a dejar para el recuerdo un documento audiovisual de (casi) cada una de estas giras. Desde que revolucionaran el mundo de los discos en directo con aquel lejano y mítico Live After Death (1985), han caído una decena de trabajos en vivo para que no nos perdamos detalles de sus evoluciones, habiendo incluso sitio para algun que otro recopilatorio entre medias. Iron Maiden contarán con soporte cero de los medios más generalistas, eso es indudablemente cierto, pero hay pocas bandas más icónicas, con fans más devotos o que sepan explotar mejor su imagen y su mercadotecnia.

Ahora toca el turno de poner el punto y final a la era The Book Of Souls, un disco que a mí me gustó y me gusta mucho a pesar de su controvertida e inusitada longitud, y de hecho son precisamente sus temas más largos, épicos y progresivos los que brillan con más fuerza en mi mundo. En este The Book Of Souls: Live Chapter, para horror de los fans old school más radicales, a los que cualquier cosa posterior a Fear Of The Dark les parece «nuevo» y prescindible (hace 25 años de ese disco ya eh, chicos), sonarán un buen puñado de estas canciones que disfruté sinceramente en su momento y que había dejado un poco de lado en los últimos meses. Así que la escucha de este nuevo trabajo en directo me ha servido como excusa para recuperarlos y, de paso, recordar el día en que yo mismo fui partícipe de esta gira, un caluroso sábado de julio en el Rock Fest barcelonés de 2016. Recuerdo la marabunta de camisetas llenas de Eddies que coparon el recinto de Can Zam durante todo el día, así como la infantil excitación que se vivía en el ambiente minutos antes de que Bruce, Steve y los suyos saltaran al escenario. También recuerdo a mi amigo vinagre (al que sigo intentando convencer para que escriba su propia columna aquí, que creo que tendria mucho exito!) afirmando con la ceja levantada que lo que veíamos se parecía más a una película de Indiana Jones que a un concierto de una banda de heavy metal.

Y es posible que, en parte, hubiera algo de razón en su afirmación, pero es que Iron Maiden es justamente eso: es un teatro, un cómic, hasta un circo para dejarse llevar, olvidar la capacidad crítica durante un rato y disfrutar de forma desenfadada. En el momento que te los tomas demasiado en serio y empiezas a juzgar algunas puestas en escena, los múltiples Eddies infantiloides o a las tonterías de Jannick Gers (un tío que a mí, al contrario de muchos fans, me gusta bastante, pero que a veces parece más preocupado en darle volteretas a la guitarra que en tocar), creo que has perdido un poco el punto. Pero ojo, al margen de eso, Iron Maiden tienen docenas de temazos iconicos que son historia viva del rock, y en directo son un espectáculo que va más allá de la música, suenan como un cañón y, como se puede ver en el infeccioso DVD que acompaña a este disco, no paran quietos de principio a fin a pesar de ser ya unos señores entrados en años. Y el pack lo incluye todo, así que o lo tomas o lo dejas.

Esa generosa cantidad de álbumes en directo que comentamos más arriba pueden dividirse en dos tipos: algunos plasman conciertos completos, como el Live At Donington, el Rock In Rio, el Death On The Road o el ¡En Vivo!, grabado en Chile. Otros, como el A Real Live / Dead One, el Flight 666 o este que nos ocupa, optan por coger un tema de aquí y otro de allá, pegarlos todos juntos y simular una sensación de continuidad que, en The Book Of Souls: Live Chapter, forma el setlist original exacto que se tocó en esta gira. Por ello, disponemos de canciones grabadas en quince localizaciones distintas, y al igual que ocurre en los casos anteriores, no hay recordatorio alguno de su paso por nuestros escenarios. ¡Y no será que no hayan venido veces!

Encarando el que va a ser la recta final de una impresionante trayectoria, los últimos años de la carrera de Iron Maiden parecen seguir, más o menos, un patrón parecido: 1) disco nuevo, 2) gira presentando el disco con mucha presencia de canciones de éste, 3) disco en directo documentando la gira, 4) gira retrospectiva temática, 5) disco en directo documentando la gira. Y volver a empezar. Ahora mismo nos encontramos en el punto 3), con lo que el repertorio que nos podemos encontrar aquí está masivamente basado en The Book Of Souls. Como hemos dicho, a algunos fans les parece un horror que casi la mitad del minutaje del concierto se vaya en temas nuevos, pero a mí, por el contrario, me parece admirable y elogiable que una banda con su trayectoria y su prácticamente infinita lista de clásicos crea, confíe y apueste por lo que estan haciendo ahora de forma tan decidida en vez de vivir de unas merecidas rentas como hacen tantas otras bandas con mucha menos solera.

Pero es que además, a diferencia de lo que ocurría con su anterior y aburridillo The Final Frontier (2010), The Book Of Souls es un discazo, y por ello incorporan hasta seis temas al repertorio, tres de los largos y complejos y tres de los cortos y directos. Empezamos con la misma dupla que abre el disco: «If Eternity Should Fail» (un temazo, no me digáis), con una inquietante intro que en disco es un poco asá pero que en directo funcionó muy bien junto a los vídeos que la acompañaron, y «Speed Of Light», un tema directo típico de la doncella con un puñado de riffs magníficos y una de las mejores interpretaciones vocales de Bruce en todo este disco. El primer clásico llega de la mano de «Wrathchild», un tema resultón que todo el mundo ama pero que hemos visto y escuchado ya tantas veces que creo que la mayoría sacrificaríamos en favor de una rareza menos habitual. «Children Of the Damned» entra un poquito más dentro de esta categoría, pero aunque no está presente ni mucho menos en todas las giras tampoco podríamos decir que su inclusión en el repertorio sea una sorpresa. La transición entre estos dos temas, por cierto, es sorprendentemente cutre a nivel técnico, notándose mucho el escalón de volumen y tono entre los gritos del público antes que Bruce empiece a introducirla en francés.

Tiempo para dos nuevos temas, de nuevo alternando lo directo con lo más progresivo y culebrero. «Death Or Glory» es rápida e inmediata, divertida pero quizás prescindible, y lo primero que me viene a la cabeza al escucharla es a Bruce haciendo el mono cuando canta eso de «dance like a monkey«. De hecho, dejando de lado a Steve y Adrian, dos tíos más bien serios, el resto de componentes de Iron Maiden son tirando a payasos. Y de eso se trata. «The Red and the Black» es, para muchos y también para mí, el gran temazo de The Book Of Souls, y aunque en esta grabación contiene algunas imperfecciones en ejecución y en sonido, sigue teniendo toda la magia, las melodías y los coros (cantados al unísono por miles de japoneses) que la hacen tan grande en disco. La parte casi final de la canción, a partir del minuto nueve y pico, es particularmente maravillosa, con ese par de punteos de guitarra épicos y dramáticos a la altura de lo mejor que Iron Maiden ha publicado (sí, sí) en toda su carrera. Son casi trece minutos de culebreo progresivo, de solos y de cambios de ritmo que no sé cuánto recorrido tendrán en los sets futuros de la banda, pero sí me preguntaran a qué tema de este disco deberían dar continuidad, no tengo duda en decir que sería éste.

Si hay alguna canción que se mantendrá en todos los setlists de la banda de aquí a que se retiren es obviamente «The Trooper», y bien que harán. No por trillada deja de ser uno de los mejores cortes de la doncella, y en esta grabación en el Estadio Mágico González (¡menudo ídolo, éste también!) de El Salvador suena realmente fantástica. Personalmente, ésta y no otra es la canción que, en mi tierna adolescencia, me atrapó para siempre para la causa «maidenística». Temazo y punto. Y si los ánimos ya andaban caldeados, la inclusión de «Powerslave», de nuevo tras una transición muy mejorable, supone uno de los grandes subidones de toda la noche, y así lo recuerdo en el concierto del Rock Fest, en la que esta interpretación coincidió con los momentos de mi máximo engorilamiento. Uno de mis temas favoritos de la carrera de la banda y del espectacular disco homónimo que la incluye.

Con tal apoteosis se acaba la primer parte del concierto (el primero de los dos CDs), con lo que se apagan los gritos del público italiano para que, al cabo de unos segundos, nazcan las palmas de los fans de la ciudad inglesa de Newcastle acompañando los primeros compases de «The Great Unknown», quizás el tema menos memorable de todos los escogidos de su último disco. Siguiendo con las parejitas, «The Book Of Souls» es otra canción épica y de tintes decididamente progresivos, y aunque la banda intenta colocarla como pieza central del concierto para mí le falta algo del punch que sí que tienen otros de los temas más largos de este álbum. Sea cuál sea el tour en que nos encontremos, otra que no puede faltar nunca es, evidentemente, «Fear Of The Dark», en el que decenas de miles de fans brasileños se desgañitan en cada uno de sus épicos y archiconocidos punteos. Y de la misma manera, «Iron Maiden» sirve para cerrar el set principal tal y como hace en todas y cada una de sus giras y conciertos, con Eddie subiendo a pelearse con Janick Gers y Bruce anunciando al público que la doncella de hierro los va a pillar a todos. Todo deliciosamente previsible y disfrutable. Aunque esta canción, para mí, es bastante mediocre y palidece al lado de casi cualquier otro clásico de la doncella, su inclusión en el repertorio es tan inevitable y necesaria como las carreras de Steve Harris o la sonrisa eternamente sorprendida de Mr. «Cara de patata» Murray.

Después de dejar unos segundos de «oé oés» y «otra otra», se trasladan al Wacken Open Air para empezar el bis con la voz de pseudoultratumba del mismísimo diablo anunciándonos que «Woe to you oh Earth and Sea, for the Devil sends the Beast with wrath» y que su número, amigos, es el «six hundred and sixty-six». «The Number Of The Beast» no necesita mucha presentación ni justificación, y todos y cada uno de los fans congregados frente a cualquier escenario la disfrutan sin matices. Un poco más rara es la inclusión de los dos últimos temas: entiendo el espíritu de «Blood Brothers» y su afán de hermanar a todos los metaleros del mundo, pero da la sensación que, con tantos clásicos por meter y tan pocas casillas para meter clásicos, esta canción dulce y emocionante pero algo falta de fuerza sobra un poquillo. Para acabar, «Wasted Years» es un temazo, claro, pero la verdad es que tanto en el Rock Fest al que asistí como en esta grabación no acaba de sonar del todo bien, ni musicalmente ni vocalmente, siendo además extraño dejar para el final uno de los temas más exigentes para el ya veterano cantante británico. Y aún así, Bruce es un jefazo y se defiende bastante bien. Por cierto, que el bis ha tenido lugar enteramente en festivales: Wacken, Download inglés y, finalmente, Rock In Rio, donde ya grabaron su disco en directo de 2001. Habría molado más que hubiera habido sitio para sus actuaciones en el Rock Fest o en el Resu, pero bueno, otra vez será, o no.

¿Es este disco el mejor directo que ha sacado Maiden? Indudablemente no. ¿Es una obra necesaria para entender la carrera de los británicos? Probablemente tampoco. Como documento para dejar constancia de esta gira y de esta etapa, The Book Of Souls: Live Chapter es perfectamente válido, y para recordar la propia experiencia de cada uno de nosotros en esta gira funciona la mar de bien, pero tampoco va mucho más allá. Por otro lado, no me voy a meter en la elección de las canciones, que me parece tan buena como cualquier otra, ni en la ejecución mayoritariamente infalible de los miembros de la banda, con el magnífico Nicko McBrain y su icónico galope a la cabeza. Lo que sí que quiero apuntar es que, técnicamente, qué queréis que os diga: hay canciones que suenan muy bien pero otras no tanto, y los fallos en algunas transiciones son evidentes siempre que la intención fuera mantener una cierta continuidad y simular una experiencia conciertil unitaria. En este sentido, los A Real Live / Dead One de hace casi 25 años lo hacen bastante mejor que éste.

Acabado el ciclo de The Book Of Souls toca abrir el de The Legacy Of The Beast, un tour, tal y como toca, en el que repasarán los mejores momentos de su carrera al completo, desde sus inicios hasta sus últimos discos. Había el rumor (y la esperanza, para mí) que después de las giras de Early Years, de Somewhere Back In Time y de Maiden England, llegaría el momento de un revival de la de Fear Of The Dark, la gira en la que los conocí y que sirvió para cerrar la primera etapa de Bruce al frente de la banda, pero parece que, de momento, no va a ser así. Sea como fuere, esta nueva gira, o al menos su primera manga, pasará en julio del año que viene por el estadio Metropolitano de Madrid en fecha exclusiva para España. Así que, poco a poco, ya empieza a llegar la hora de preguntarse… ¿Cuál será el setlist? ¿Cómo será el escenario? ¿Tocarán «Infinite Dreams»? ¿Y «Alexander The Great»?

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Sobre Albert Vila 954 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.