El otro día estaba en la aplicación de música por streaming más famosa del mundo y así de manera random me salió, como posible grupo que podía satisfacer mis exquisitos gustos, los It Came From the Void. Le hice una escucha y la verdad que me gustaron mucho. Quería algo nuevo, actual y extremo. Y justo son así.
Me puse a indagar y vi que era el primer trabajo (EP) de este joven grupo, muy joven, por cierto. Me fijé en que este It Came From the Void salió en septiembre de 2021. Y yo pensé: ¿Y donde estaba yo por esas fechas, que me perdí este pedazo de álbum? Pues bien, aunque no lo recordemos, ahora el tema actual es una guerra, (y la viruela del mono) pero ya no se habla de la pandemia que nos afectó durante dos largos años, nah, ¿ya no existe o qué?
¿Hacer una reseña de un álbum que salió hace ya tres trimestres? ¿Hay algún problema? ¿No hacemos re-reseñas de álbumes más que trillados de hace 10, 20, 30, 40 o 50 años? Sin olvidar que nunca es tarde para hablar sobre material bueno, encima cuando es de aquí, por ende, apoyamos a nuestra escena local. Y como digo, por la p¬€@ pandemia a nivel revista bajamos muuuucho nuestro contenido de, justamente, bandas noveles, por lo que aquí estamos para enmendar un poco esto y aportar nuestro pequeño granito de arena.
Vayamos pues a hablar de It Came From the Void y sus grandes virtudes. Como he dicho este grupo es nacional, formado en Barcelona el 2019, por cinco chavales pandemials con ganas de hacer una mezcla más que interesante de deathcore con groove y sobre todo lleno de breackdowns por doquier. Todo amenizado con un ambiente hostil y oscuro, por lo que no es apto para ciertos corazones que necesitan un desfibrilador al lado.
También destacar que, con el nombre del disco, su portada cual película Sci-Fi y con algún título de canción como «Cordyceps» (bicho parásito que te devora por dentro hasta morir) pues me hice mis pajas mentales y pensaba que era una especie de disco conceptual y que todo pasaba dentro de una nave espacial claustrofóbica llena de entes perturbadores que habrían hecho incluso que Lovecraft, se encerrara llorando en el primer habitáculo que se encontrara en cualquiera de los pasadizos de la Nostromo. Nada más lejos de la realidad una vez escuchada las letras atentamente, sí que habla de monstruos, pero monstruos metafóricos, aunque a la vez reales, como la presión social, la adicción, la traición, cosas así. El resumen que podría decir sobre esto es que al fin y al cabo me han transmitido lo que querían expresar en el álbum, monstruos perturbadores, ya sean reales o ficticios y sensación claustrofóbica y de agobio, ya sea en una nave en medio del espacio o en el trabajo, con los amigos o en las RRSS. Chapeau por ellos.
Ahora ya hechas mis perogrulladas habituales, empecemos por fin a hablar un poco sobre el álbum. El primer tema «Chapter One» tiene un inicio angustioso para ir preparándote para un sonido áspero, grave y crudo. Una voz demencial acompaña este deathcore/groovecore que bebe mucho de grupos actuales como Thy Art Is Murder o Fit for an Autopsy. A destacar los estribillos turbios y oscuros. La siguiente «Crystal Wall» empieza con unas guitarras más afiladas, pero rápidamente entramos a los sonidos y breakdowns de estar todo el rato moviendo la cabeza en plan trance. Nos encontramos con riffs muy Panteriles y a medio tema una pequeña parte que me ha gustado, con voz susurrante como de locura, recordándome a The Cure.
«Aiming Mirrors» es un tema más trepidante, al menos de inicio, con una batería trotadora y unos riffs más thrashers. Aquí a destacar unos estribillos acompañados de voz “clara”, aunque sin destacar sobre la principal, más de fondo vaya, o sea que tranquilos, el ritmo brutal y trallero no baja en ningún instante. Acabando con unos, eso sí, riffs armónicos muy de twin guitars metalcorienses. «Cordyceps» es una canción de ritmo machacón y quizá la más perturbadora y siniestra, pero con cambios tanto de core actual como groove que me han gustado mucho.
La penúltima canción «Grief» empieza de manera grimosa y disonante para presentarnos quizá el tema que más me ha gustado, si es que hay alguno que destaque por encima del resto por la calidad que atesoran, aunando lo mejor del metal actual y lo old school, ¿modern metal? Todo esto con unos estribillos con un fondo inquietante. Y acabamos con «No Place To Hide» que continúa deleitándonos con un sonido brutal, lleno de cambios non stop, aunque aquí sí, unos estribillos “melódicos” acompañados de una bella voz y un solo muy melódico, demasiado corto para mi gusto, pero que dicho cambio de registro queda perfecto con tanta dolorosa angustia perturbadora.
En fin, buena primera toma de contacto para estos chicos que, aunque como he dicho se nota mucho sus influencias, cosa bastante normal en un primer trabajo, ya dejan ver un estilo muy compacto, duro y trabajado que no deja ni un momento de respiro. Disco muy disfrutable con bastantes cambios y sutilezas en sus temas, donde destaca la ambientación que te hace meter de lleno en su música, por lo que recomiendo escuchar y dejarse llevar por la brutalidad de It Came From the Void. Estaremos atentos a su evolución.
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.