“Hicimos alguna visita más a los calabozos, como la vez que entramos en un restaurante con la motosierra por delante para “sorprender”. Para sorprender a unos ejecutivos que estaban allí comiendo. La broma nos salió cara, gastamos más de un millón de dólares en abogados.”
Rednecks sureños, largos bigotes, sierras eléctricas, ventas millonarias, patriotismo del Tío Sam, récords Guinness… Muchos ingredientes de lo más dispares y volátiles para una banda toda actitud, que fue de más a menos y que hoy en día ha quedado como olvidada y desdibujada. Todo aquél que vivió los 90 recordará que Dupree, su cantante y guitarrista, realizaba un solo con una sierra eléctrica, un hito en la historia de la música que haría que el futurista italiano Luigi Russolo se sintiera orgulloso. Él fue quien concibió que los ruidos eran música y que podía representarse sobre un escenario. Los posteriores discos de Jackyl no llegarían al nivel de su primer trabajo, pero, curiosamente, el grupo aguantó y creció cuando la denominada “música alternativa” copaba ya el mercado. Sus provocaciones, odios viscerales hechos canción o récords imposibles de volver a batir son otros de sus grandes logros que demuestran que este grupo tiene cuerda para mucho, disfruta en lo que hace y están metidos en todos los fregados que pueden, desde reality shows televisivos a gamberradas típicas con sierras eléctricas capaces de irritar a presentadores sorprendidos.
Su primer disco, su cima
El inicio de este grupo fue realmente espectacular y dio mucho de que hablar. Jackyl eran unos sureños rednecks y su debut en 1992, bajo el auspicio de la todopoderosa Geffen, les llevó a entrar en las listas con su primera obra: Jackyl, con Brendan O’Brien a la producción. La imagen de la banda reposaba en su vocalista Jesse James Dupree y sus peculiares bigotes dalinianos. Ese disco incluía el tema que les haría célebres “The Lumberjack”. Un corte pegadizo y rockero, muy en onda AC/DC, pero que incluía una idea absolutamente rompedora: un solo de sierra eléctrica. Los otros dos singles de la obra pegaron muy fuerte: Por un lado “Down on Me” y por el otro When Will It Rain”.
La banda era capaz de hacerlo en directo, de cortar madera y lanzarla a un público entregado. No era la única idea rompedora pues había la polémica canción “She Loves My Cock” (“Ella Ama Mi Polla»). Obviamente pronto alguna cadena de grandes superficies les vetó y censuró. Habían conseguido hacer el ruido necesario, pero Jackyl eran unos maestros de la provocación, y que el K-Mart de Georgia se negara a vender su ópera prima era una afrenta a la que había que responder. Dupree y los chicos se plantaron en el parking del recinto e interpretaron todo el disco ante el asombro de los trabajadores de la gran superficie. La banda se plantó tocando en un remolque de tractor y pronto la gente pidió en la tienda el disco. Evidentemente terminaron entre rejas. Son gente de campo e hicieron como con el cerdo, que todo se aprovecha, y el video que grabaron de su gamberra actuación les sirvió para el videoclip de su siguiente single: “I Stand Alone”. Llegaron a escalar en las listas y a ser disco platino. Todo un logro. Llegaron casi al millón de discos vendido, algo que nunca llegarían a repetir.
Su siguiente obra apareció en el año 1994, y mantuvo las expectativas. Push Comes to Shove adolecía de la frescura y del efecto sorpresa de su antecesor, pero llegó a disco de oro en unos tiempos oscuros para el rock. La era de los Nirvana, Soundgarden, Alice in Chains dejaba al rock en el ostracismo, pero ellos resistían a golpe de motosierra. Su popularidad les llevó a participar en el Woodstock de 1994. En 1997, y tras un correcto disco en directo, aparecía Cut the Crap, con el consiguiente bajón de popularidad y ventas. A pesar de ello la banda consiguió contar con todo un Brian Johnson (AC/DC) para colaborar en el tema “Locked and Loaded”. El año 1998 será siempre recordado por la banda como una fecha clave. En un alarde de originalidad se decidieron a hacer un par de récords Guinness que va a ser difícil que los vuelvan a superar- Por un lado el hacer 100 actuaciones en 50 días, y por otro, el tocar 21 shows en 24 horas. La banda siempre ha declarado que nunca lo volvería a repetir. Una locura típica de una gente como la que forma Jackyl.
El 11-S para un redneck
El año 2000 amanece con un intrascendente disco en solitario de Dupree. En 2001 los atentados del 11-S golpean al mundo y los patriotas Jackyl responden con temas como la repetitiva y machacona “I Hate You, Bin Laden” y con “You’ve Got an Open Invitation to Kiss Our Ass”. En 2002 aparece el disco Ralentless en el que volvemos a encontrar una colaboración de Brian Johnson, buen amigo de la banda. Desgraciadamente no hay respuesta mayoritaria por parte del público. En 2010 la banda vuelve a editar un disco y curiosamente entran en listas y consiguen cierta trascendencia. Hacía casi ocho años que el grupo no editaba material nuevo, sólo recopilatorios y directos. Eso sí, en 2008 su líder Dupree editó un interesante segundo disco en solitario: Rev It Up and Go-Go, combinando rock and roll y sonidos puramente sureños como el bluegrass o el country. En un momento de su carrera el polifacético Dupree llegó a posar para la revista PlayGirl y estuvo metido en Realitys y shows musicales televisivos.
La actualidad del grupo
Otra de las locuras de Dupree fue la de sacar disco en solitario a la vez que su hijo Nigel Dupree, justo para el día de la radio, el 17 de julio de 2012. Su última aventura discográfica fecha de 2016 con el disco de Jackyl Rowyco. En la actualidad Dupree es productor y actor en un reality show norteamericano llamado Full Throttle Saloon. Un poco son una banda olvidada que tuvo su momento de gloria a principios de los 90. Han quedado reducidos a Estados Unidos pero tampoco les va mal la cosa. Para Durpee Jackyl ha quedado un proyecto entre muchos pero el pasado 21 de diciembre tocaron en Kansas, se marcaron versiones de Aermosith y DMC y estos últimos terminaron por subir al escenario con ellos ¡armados con motosierras! Como tiene que ser.