Hellmode (2023) es el mejor disco de punk (y sus derivados) en muchos, muchos años. Tengo que retroceder demasiado atrás en el tiempo para encontrar un disco de esencia punk que me sobrecogiera de la forma que lo ha hecho el señor Jeff Rosenstock. Actualmente, pocos dudarán de que estamos frente a uno de los mejores compositores del mundillo punk de la actualidad. Con Jeff, el relevo y la originalidad están a buen recaudo.
Porqué su punk es tan ecléctico que puedes escuchar ska, skate, pop o incluso indie cuando viajas a lomos de uno de sus discos. Un viaje siempre placentero, repleto de emociones, de sabores. Es capaz de crear canciones pegadizas pero no por su estribillo, sino por su fragancia, su estilo.
Hellmode es el sexto disco del neoyorquino, si bien todos ellos han sido tocados por la barita mágica, o la gracia de Dios, no ha sido hasta este nuevo disco el que ha colapsado de una forma extrasensorial en mí.
Aunque todo podría hacernos creer que el disco trata sobre el fin del mundo, no es la idea que intenta compartir Jeff. El disco trata de aceptar que no controlas que el mundo se acabe y de hacer algo al respecto. El lirismo de Rosenstock en este disco va desde declaraciones políticas conscientes, reflexiones emocionalmente resonantes sobre el miedo, vívidas imágenes del fin del mundo.
El disco se puede dividir en dos partes más o menos iguales. La primera que va del primer al sexto tema es el disco “punk”. La segunda mitad, del séptimo al décimo-primer corte, es el “soft” por así decirlo. Aunque en esta mitad más tranquilita nos topamos con “I Wanna Be Wrong”, una de las más alegres del disco. Canción que contrasta fuertemente con “Graveyard Song”, la que le sigue en el orden del plástico. Una canción en la que el hilo conductor es básicamente el relato de Jeff junto a la batería, con un despegue con un toque de estilo Irish punk folk en su tramo central.
En la primera mitad, Jeff despliega todos sus recursos más cañeros y enérgicos para crear cinco canciones himno de formato instantáneo. Todo arranca con la carismática “Will U Still U” en la que el creador pregunta “¿Me seguirás queriendo después de que la haya cagado? / Después de demostrar que no merezco tu confianza”, preguntas sobre el compromiso y el perdón, temas recurrentes en todo el disco. Una canción camaleónica que, en poco más de tres minutos se convierte fácilmente en la mejor canción del artista. “Head” es una gran muestra de ira que habla sobre la violencia contra manifestantes, una canción punk con sintetizadores muy, muy lograda.
En “Liked U Better” se notan las fragancias del ska con las guitarras rítmicas. En “Doubt” tenemos un arranque tardío con un crescendo final a doble tiempo muy jugoso. “Future Is Dumb” es lo más cercano a skate punk que podemos encontrar en Hellmode. Sin entrar en el track by track más de lo que ya lo he hecho, incentivar al lector y al oyente a traspasar este ecuador por su propio pie y acabar de gozar y descubrir por uno mismo toda la imaginería que Jeff ha vertido en Hellmode, que no es poca.
Sin esperarlo, Jeff Rosenstock nos ha regalado uno de los mejores discos del año, quizás el más variado y poderoso de su prestigiosa carrera, y uno de los mejores discos de punk y derivados de la última década.