Johnny Booth – Storyteller (EP)

Nuestra Nota


8 / 10

Ficha técnica

Publicado el 4 de noviembre de 2022
Discográfica: Booth Records
 
Componentes:
Andrew Herman - Voz
Adam Halpern - Guitarra
Ryan Strong - Guitarra
Nicholas Martell - Bajo
Scott Owens - Batería

Temas

1. Storyteller (feat. Óscar Núñez) (4:05)
2. Deepfake (2:45)
3. Crowd Control (3:31)
4. You Think I Ain't Worth a Dollar, But I Feel Like a Millionaire (3:09)

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Antes de la noche del 14 de abril de 1865, John Wilkes Booth era uno de los actores más famosos de su tiempo, y el presidente Abraham Lincoln incluso le había visto actuar, pero su actuación más significativa en un teatro no tuvo lugar sobre el escenario. Esa noche, Booth se convirtió en uno de los asesinos más infames de la historia cuando le disparó al presidente Lincoln en el Ford’s Theatre en Washington D.C..

Booth era miembro de una prominente familia teatral del siglo XIX de Maryland, y era un actor muy conocido en gran parte del país en la década de 1860. Pero Booth también era un simpatizante de la los Estados Confederados de América -país formado por algunos estados del sur de los Estados Unidos que existió entre 1861 y 1865 en el marco de la Guerra de Secesión, y estaba cada vez más indignado con la Administración de Lincoln. Aunque Robert E. Lee había rendido el Ejército de Virginia del Norte en Appomattox unos días antes, una acción que a menudo se cita como el final de la Guerra Civil, Booth creía que la guerra aún no había terminado porque los soldados confederados al mando del general Joseph E. Johnston todavía estaban peleando, y el extravagante actor esperaba que su conspiración pudiera dar el tipo de golpe que podría cambiar el destino de la Confederación. Los primeros planes para secuestrar y rescatar al presidente Lincoln finalmente dieron paso a una conspiración de gran alcance por parte de Booth y un pequeño grupo para matar a Lincoln y otros altos funcionarios en un intento por decapitar al gobierno federal y ayudar al Sur.

El crimen de Booth aseguró su notoriedad, pero también ensombreció su vida y su carrera, sin mencionar sus actividades en la Guerra Civil y la evolución de su trama. John Wilkes Booth es, sin duda, uno de los asesinos más célebres y famosos de la historia de los Estados Unidos, y un par de siglos más tarde, su figura sirvió para que cinco muchachos formaran un grupo de esos que hacen ruido, mucho ruido, cual disparo en teatro.

Johnny Booth es un quinteto de hardcore/metal con sede en el estado de Nueva York. La banda se formó en noviembre de 2007 y desde entonces han publicado dos álbumes –Connections (2012) y Firsthand Accounts (2019)- y dos EP’s -The Sagua EP (2007) y The Bronze Age (2014)-, por lo que este Storyteller (2022) que hoy nos ocupa es ya su tercer Extended Play. Sus composiciones se caracterizan por los compases impares, ritmos agresivos e interludios experimentales. Sin embargo, Johnny Booth no están comprometido con un solo sonido y disfrutan expandiendo su arte más allá de los límites típicos del metal. Algunas de sus influencias incluyen The Dillinger Escape Plan, Every Time I Die y Between the Buried and Me. La banda es conocida por sus electrizantes shows en directo en los que no solo muestran su maestría musical, sino también su intensa energía.

Mientras esperamos que la banda acabe de explotar el próximo año con un nuevo álbum, el pasado 4 de noviembre veía la luz este Storyteller, un mini trabajo que viene a demostrar que aquello que rezaba el dicho es cierto: a veces, las mejores cosas de la vida son cortas y dulces. En poco menos de 14 minutos, la banda liderada por el vocalista Andrew Herman y el guitarrista Adam Halpern, quien también se encarga del artwork de este EP y de toda la imaginería que rodea a la banda, dejan claro que se les da bastante bien eso de golpearnos en el rostro mientras viajamos en la montaña rusa que es su música. Si os gusta la velocidad, no busquéis más, pues aquí tenemos rectas y curvas, muchas curvas vertiginosas, riffs y caos a raudales. Cuatro pildorazos en forma de cuatro canciones que harán que se te dispare la adrenalina.

Hardcore puramente salvaje, en estado puro. Un continuo tira y afloja entre unas melodías que cambian rápida y constantemente, unos riffs demoledores y unas rupturas empapadas en un caos que dan como resultado algunas de las mejores composiciones jamás paridas por el quinteto. Y todo ello complementado por un excelente trabajo de batería y bajo. Y qué decir del trabajo vocal, muy en la línea del de colosos del business como Norma Jean y He Is Legend.

De las cuatro canciones que componen este trabajo, las tres primeras tienen tantas diferencias como similitudes entre sí; cada una tiene su propia sensación única y enfatiza un género o subgénero ligeramente diferente al de las otras. Es como si quisieran tirar por diferentes derroteros pero, al final, las tres acaban en el mismo destino, manteniendo una unidad cohesiva. Especial mención al opener, «Storyteller» -en el que colabora Óscar Núñez, vocalista de los también neoyorquinos Karma Versa-, y a la segunda, «Deepfake», que es cremita pura, quizá por ser la más salvaje y brutal de las tres.

Lo único que no me gusta es la última canción, «You Think I Ain’t Worth a Dollar, But I Feel Like a Millionaire», que quizá es demasiado diferente -estilísticamente hablando- al resto, y ese contraste no me mola nada. Imagino que al tratarse de una versión del clásico de Queen of the Stone Age (Songs for the Deaf, 2002) tendrá algo que ver. El hecho de que estemos hablando de solo cuatro temas, implica que el nivel de disfrute de este trabajo no sea superior a un 80% por lo que, aunque la canción sea relativamente menor en comparación a las tres primeras, el disfrute general de esta pequeña colección de temas es más que notable.

No sé si os pasa también a vosotr@s, pero últimamente cada vez resuena con más asiduidad dentro de mi cabeza una cantinela que suena tal que así: «Sí, este trabajo ejemplifica a la perfección lo que tendría que ser el el futuro del género», y de alguna forma Johnny Booth lograron eso con su anterior álbum Firsthand Accounts. Cada vez que un@ escucha algo de ellos es como si la banda derribara la puerta de tu habitación a base de alocados riffs y de una actitud que es tan atractiva que a ellos les encanta que tod@s nosotr@s la veamos y disfrutemos.

Al igual que Norma Jean llegó en 2002 con Bless the Martyr & Kiss the Child y preparó el terreno para lo que después se llamaría metalcore, no sería una sorpresa que Johnny Booth terminara haciendo lo mismo dos décadas más tarde. En una época en la que el metalcore sigue dominado por el para much@s odiado djentcore, Storyteller y toda la discografía de la banda es algo así como un oasis muy necesario en el desierto del género. A base de una combinación casi perfecta de hardcore, mathcore y metalcore convencional, los de Nueva York nos proporcionan la dosis necesaria para montarte el moshpit incluso en tu habitación, si quieres.

«Tengo un alma demasiado grande para morir como un criminal.» (John Wilkes Booth)


NOTA: Toda la chapa inicial sobre John Wilkes Booth la he metido con calzador pensando que realmente el nombre de la banda está inspirado en el nombre del infame actorcillo que acabó con la vida de Abraham Lincoln. Pero si no es así, si su nombre no tiene nada que ver, pues eso que os lleváis.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.