Con Jorn Lande siempre hay ese pensamiento recurrente de que nos parece un excepcional cantante, pero que necesita de compositores externos para brillar de verdad. Over the Horizon Radar (2022) es otro disco más en su haber, sin más. Buen hard rock con excelentes músicos y con un grandísimo vocalista de primerísimo nivel, pero sin exceso de brillo más allá que otra colección de hard rock-AOR de alto nivel, pero ya bastante visto.
Es ya el primer tema, el que da nombre al álbum, donde se marca la pauta por lo que vendrá. Hard rock clásico de voz dorada con reminiscencias Rainbow actualizadas y puestas al día. Tema extenso, sinuoso y trabajado. La voz de Jorn es de las más elegantes de toda la escena. Grandes juegos dactilares en el solo de la inspirada “Dead London”, con un estribillo original que atrapa y terminada con ese teclado setentero a lo Moog. Impresiona el trabajo a la guitarra de Adrian SB y de Tore Moren. Ese detalle del sonido del Big Ben es otro de los lujos de la canción.
No hay miedo a buscar desarrollos largos y a huir de esos temas que buscan ser singles instantáneos. “My Rock and Roll” es un claro ejemplo, con los instrumentos muy definidos y sin que la voz del líder tape matices. Es un tema más cercano a esa ópera rock que hizo sobre Drácula y el teclado de Alessandro Del Vecchio. En “Winds of Home” es un tema atípico de voz, guitarra y viento. Original y hasta cierto punto arriesgado.
Uno de los problemas que tiene el disco es que los temas son muy predecibles y se cae en la repetición de esquemas por mucho que un corte como es “One Man War” sea un impecable hard rock de quilates. Mismos derroteros para “Special Edition” que no termina de despegar por mucho que haya grandes agudos y una voz espectacular. Jorn puede haber perdido algunos matices de su voz con la edad, pero sigue siendo imbatible.
De entre lo mejor del disco hallamos esa joya cálida que es “Out to the Black Nightshade”, de derroche de potencia vocal y con una pegada muy pesada por parte de Francesco Jovino. Incluso hay una flauta de entrada que le da un aire bastante solemne a este gran tema. De entre lo más contundente está el “Black Phoenix”, lo más netamente heavy metal, contrastando con el medio tiempo “In the Dirt”. Algo machacona y repetitiva, además. Lande no escatima en minutaje.
Una de las sorpresas es la adaptación de su eurovisivo tema “Faith Bloody Faith”. Pegadiza y de cierto toque festivo, muy apta para todos los públicos, aunque tampoco llegó a nada importante en su día. Y completa la obra “Believer”, sin novedad alguna en el frente. Clase, galones y repetición de esquemas.
El disco no ha llegado a entrar en ninguna de las listas europeas y cuando pude ver a Jorn en directo en el Rock Imperium solo tocó un tema de esta obra. La mayoría de canciones fueron versiones. ¿Falta de confianza? ¿Piloto automático? Sus seguidores disfrutarán y hay algunas canciones más que interesantes, precisamente las que más se salen por la tangente. Recomiendo especialmente “Dead London” y “Out of the Black Nightshade”, y el resto… pues más de lo mismo.