Katatonia – Dance of December Souls: 25 años de su disco debut

No me hubiese imaginado hace unos años que este grupo pasaría a ser mi favorito de todos los géneros y estilos. Y la verdad es que tardé bastante en adentrarme en su mundo musical. Recuerdo perfectamente que venían Opeth de gira por nuestro país con un par de grupos para mi desconocidos: Novembre y Katatonia. De ambos había oído hablar pero nunca había escuchado nada, así que me fui a la calle Tallers (como no) y entré a la mítica Revolver. Pregunté a Rubén (actualmente lleva la tienda Pentagram) si tenía algo de esta gente. Se fue a la estantería y allí estaba su más reciente disco, el Last Fair Deal Gone Down (2001) en una edición digipak sencillamente espectacular.

En esa época andaba buscando lo más extremo y brutal que hubiese y al poner este disco me pareció demasiado suave y hasta tedioso. Le di varias oportunidades, los vi en directo y siendo sincero, me gustaron pero no me entusiasmaron. Sacaron nuevo material con el que me fui enganchando y sin darme cuenta me fui haciendo con toda su discografía. Sorpresa fue cuando llegué a sus primeros discos y sobre todo a este. El cambio de estilo era patente pero también llegué a la conclusión que no han sacado nunca dos discos iguales, ahora a lo mejor si que se han acomodado pero siempre han intentado no repetirse.

En este disco ya nos encontramos al núcleo duro de la formación con Lord Seth y Blakkheim, los únicos miembros que han estado desde los inicios hasta este hiato que se han tomado. Tras tres demos de dudosa calidad (exceptuando Jhva Elohim Meth (1992)) aunque ya con atisbos de que harían algo grande, sorprendieron al mundo entero con un disco oscuro, de cadencia lenta, lleno de deliciosas melodías y atmósferas opresivas. Doom, death y black en una mixtura muy bien conseguida.

El disco empieza con una simple introducción que da paso a «Gateways of Bereavement», una de las canciones más famosas y varias veces versionada por otros grupos. En este primer disco nos encontramos con una voz que cabalga entre el black y el death sonando agónica, llena de desesperación y angustia. Fue algo que solo hicieron en este disco ya que apostaron por otro tipo de voz en los siguientes (por problemas de garganta de Lord Seth) y ya más adelante fue un cambio radical tanto a nivel vocal como estilistico.

«In Silence Enshrined» es lenta y decadente, atrapándote en su manto de oscuridad pero con algún fugaz destello de luz. Sabían jugar bastante bien a esta polaridad que luego desarrollaron con gran maestría. Su estilo siempre ha tenido toneladas de tristeza y melancolía que no han abandonado nunca, enfatizándolo a veces o dejándolo de lado en otras ocasiones. Aquí me recuerdan hasta a grupos de los 80 en lo que parece un claro homenaje con unos teclados muy bien incluidos.

Posiblemente una de las mejores canciones del disco sea «Without God» (que ya apareció con otros arreglos en la demo Jhva Elohim Meth), no solamente por el mensaje de su letra si no por su música que te atrapa. Doom/death en estado puro, opresivo y rico en matices con un desarrollo sencillo pero muy efectivo.

Un interludio acústico y misterioso de nombre «Elohim Meth» da la bienvenida a la gran «Velvet Thorns (of Drynwhyl)» con casi 14 minutos de múltiples pasajes teniendo como protagonista la lentitud. Pero también tienen trozos más movidos y salvajes con los que poder hacer buen headbanging. Una canción con un estilo que luego desarrollaron un poco más algunos de sus miembros en October Tide adquiriendo influencias de grupos como Paradise Lost, Anathema o My Dying Bride.

Sucia y agresiva, limpia y suave, un mar de contradicciones es lo que nos encontramos en «Tomb of Insomnia» (me encanta este título). También con una duración que supera los 13 minutos se trata de una pieza clave para entender el género de la época, toda una declaración de intenciones. Un clásico instantaneo.

Y llegamos al final con «Dancing December», una canción perfecta para cerrar este gran disco. Una pieza instrumental llena de sentimiento con unas guitarras exquisitas con un sonido muy bien conseguido.

Si escuchas este disco y luego te pones cualquiera de los tres últimos no parece el mismo grupo pero ellos siempre han ido arriesgando la jugada, apostando a veces por endurecer su sonido y otras veces suavizándolo un poco. Pero vamos, no se puede tener mucho criterio cuando amas tanto a un grupo. ¿He dicho que me gustan?

Robert Garcia

Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica… La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.