Como casi siempre que asisto a un bolo en la Sala Rocksound… la cual, por cierto, se está convirtiendo en mi sala preferida de la ciudad, antes me dejo caer por la Sonora Sports Tavern. No sé, se está convirtiendo como una tradición. Sus nuggets de pollo con salsa barbacoa elaborada con Jack Daniel’s son de lo mejorcito que tienen y, además, tienen cerveza artesana.
Pues bien, esa noche, lejos de deleitar mi exquisito paladar con alguna artesana, me llamó la atención que tenían la aproximación que el Grupo Damm ha hecho al mundo de las India Pale Ales, la Complot IPA o, como ellos la llaman, una Mediterranean IPA. Si estás metido un poco en el rollo este de la birra artesana, sabrás que los Carceller, lejos de hacer cerveza de calidad (¡joder, que el ingrediente principal de la Estrella Damm es el arroz!), elaboran una mierda que puede, más o menos quitarte la sed si te estás deshidratando en pleno mes de agosto apoltronado en una terracita, La cerveza industrial -si no la puedes o quieres evitar-, cuanto más fría, mejor. Sí, porque es la única forma humanamente posible de tragarte eso.
A lo que iba: la Complot IPA. Me picaba la curiosidad. Quiero decir: si has de criticar al enemigo, hazlo con conocimiento de causa, y si he de criticar a la IPA de Damm, tendré que catarla antes. Para mi sorpresa, he de reconocer que no está nada mal. Que, aún siendo lo que es y sabiendo de quien es, está satisfactoriamente correcta, no por buen hacer, sino porque los magnates de la birra en Catalunya tienen y saben de dónde tirar para hacer algo medianamente correcto que pueda llegar a engañar a aquellos neófitos que quieren adentrarse en este «nuevo» mundillo. Esta gente no ha olido el lúpulo en su vida.
Y yo me dije para mis adentros (que, en ocasiones, son muy profundos): acabo de meterme una IPA industrial y algo me ha gustado (pero no llegado). Aún sabiendo que en esto de las IPA’s no hay quien le sople a la nuca a los americanos (sobre todo los de la West Coast), llamar Mediterranean IPA a una India Pale Ale es, cuanto menos, un cuarto y medio de pecado. Y yo me seguía preguntando: joder, estoy a punto de presenciar un concierto de grunge, perpetrado por bandas de aquí, cuando todo el mundo sabe que si no eres de Seattle, lo llevas crudo. ¿Me la estarán intentando colar estos tíos? La respuesta es sencilla: los de Damm sí, obvio que sí, pero Keloidrop & Co., lejos de intentar colarnos algo, aquella noche demostraron que no es necesario apellidarse Cobain, Staley o Vedder para saber que el grunge no es patrimonio único del estado de Washington.
Leforaster
La velada la abrieron Leforaster, trío instrumental de experimental rock/ambient/noise/post-rock de la periferia de Barcelona. Òscar (guitarra), Àlex (bajo y sintetizadores) e Ivy (batería) demostraron desde el minuto uno que, si una banda ha que prescindir de uno de sus miembros, lo mejor y más acertado es siempre deshacerse del vocalista. Desconozco si la idea inicial siempre ha sido la de presentarse sin frontman, pero dudo mucho que un vocalista pudiera mejorar el resultado, el producto final,
Dedicaron su media hora de actuación a desgranar su, hasta el momento, único trabajo publicado, el EP Leforaster (2017). Y lo hicieron demostrando clase y arrojo. Muy remarcable, pero no solamente, el trabajo del blackie de Àlex; jamás antes había visto tantos pedales postrados ante un bajista.
Además de la pesada (por potencia, no por hastío) «Gens» o la ambientalmente hipnótica «Winy», también nos regalaron tres temas nuevos en primicia: la contundente y dura «Kate Mosh» y dos temas más, que cerraron su setlist, que todavía no tienen título, pero que yo creo que llamaría «Dudes» y «Your Fuckin’ Rule!».
No solo de Mogwai vive el post-rock europeo.
Setlist Leforaster:
Gens
Freilos Van
Leforaster
Kate Mosh
Winy
(Tema nuevo 1)
(Tema nuevo 2)
Fuzz Forward
Dediqué el impás entre trío y cuarteto para dejarme caer por la barra a saciar mi sed de lúpulo; en esta ocasión fui a tiro fijo y me pedí una Lagunitas… pero solo una, que la cosa estaba a punto de reanudarse y hacer fotos con la birra en la mano es, cuanto menos, muy poco profesional. Pero bueno, ya habéis visto las fotos que hago… en fin. #nofilter.
Fuzz Forward (o tirar la cinta de cassette muy rápido pa’lante dicho por un murciano), poco a poco, va dejando de ser la banda en la que toca uno de los mejores fotógrafos de por aquí (Edko Fuzz) por méritos propios. Los barceloneses también venían vestidos de domingo a presentarnos su flamante primer trabajo -cuya crítica escribió un servidor hace ya unas semanas-, si bien pasaron por alto «Drained».
El resultado de su música (65% grunge, 35% stoner) es altamente adictivo y te llega de qué manera si hace años que pasaste ya la barrera de los treinta. Riffs pesados, cowbells y un timbre de voz que para sí lo quisiera cualquier vocalista del gremio de las camisas de cuadros y los tejanos gastados.
El acople inicial de «So Fed» convierte a la canción en un tema perfectamente idóneo para abrir cualquiera de sus shows, y así lo creyeron esa noche. A continuación sonó «Summertime Somersaults», cuya medida psicodelia nos arrastró hasta «Thorns in Tongue». El tema sonó especialmente potente gracias a la profundidad del bajo de Jordi. Sin duda, el momento más stoner de la velada.
Momento para la calma a través «Torches», descanso este que dura bien poco pues los intermitentes riffs de Edko enseguida hicieron acto de presencia. El ecuador de su actuación vino marcado por la primera de las dos versiones que cayeron esa noche; de la segunda hablaremos un poco más adelante. Los críticos inicialmente dijeron que Sabotage (1975) era una decepción después de cinco brillantes primeros álbumes, pero el tiempo ha sido muy amable con este disco, hasta el punto de que por momentos, la furia de «Hole in the Sky» se apoderó del lugar.
Tras advertirnos a través de una grabación que nuestros cerebros iban a ser devorados por una vorágine de zombies sedientos de sesos, empezó a sonar «While They Corner», que suena tan a Alice In Chains que podría perfectamente sustituir a «Sea of Sorrow» en su Facelift (1990). Me encanta especialmente esa parada tan Sabbath que hábilmente colocan hacia el meridiano de la pieza.
Si minutos antes nos obsequiaban con una potente versión de los de Birmingham, canción que obviamente allí todos conocíamos, ahora era el momento de sorprendernos con un tema nuevo de cosecha propia, una canción que me recordó mucho al hit de Alice in Chains «Man in the Box», y que posteriormente me enteré que quizá se llame «Shore to Die». Si el sonido de este tema marca los derroteros por los que deambulará Fuzz Forward a partir de ahora, ya os puedo garantizar el éxito. El concierto lo «cerró» el tema que, casualmente, abre su Out of Nowhere (2018), «Despairs», cuyo adictivo riff nos dejó con ganas de más. Y digo «cerró», entrecomillado, pues esa no fue la última canción que sonó durante su actuación pues, acto seguido, Edko nos recordó que era el cumpleaños de Marc, su hermano y batería de la formación. ¡Felicidades! El regaló, lejos de llevárselo él, nos los llevamos nosotros.
Setlist Fuzz Forward:
So Fed
Summertime Somersaults
Thorns in Tongue
Torches
Hole in the Sky (Black Sabbath cover)
While They Corner
Shore to Die
Despairs
Keloidrop
Cuando el vocalista de una banda de rock alternativo que bebe directa y descaradamente de la escena myusical de los años 90 sale a escena con una camiseta blanca con el logo de Red Sun plagiando el logo del sello discográfico fundado en 1986 por Bruce Pavitt, uno ya sabe a qué atenerse. Smells like Bleach…
Muy en la onda de los anteriores, es la propuesta de estos otros catalanes. Las fuentes de las que beben son, en esencia, muy similares, si bien el stoner no está tan presente, dando paso a una propuesta más marcadamente alternativa y menos, por así decirlo, sudorosa.
Con su recientemente publicado More Mass (2018), el grupo liderado por Marcos López (voz y guitarra) es una de las apuestas más fuertes por parte de los capos de Red Sun. Con un nuevo disco bajo el brazo y con la Rocksound a puntito lo tenía todo a su favor, y vaya si aprovecharon la oportunidad. Sonaron compactos, distorsionados, con una base rítmica sólida y unos riffs (por partida doble) de esos de reventar tímpanos. Creo que Ori, guitarrista de la banda, aprovechó la ocasión para dejarse hasta el flequillo, pues esa iba a ser su última actuación con la banda. El multimillonario de «What’s Going On» abandona la mansión. Desde la redacción de Science of Noise le deseamos lo mejor.
La propuesta de estos tipos es muy sencilla: traer el grunge a Barcelona a base de rock basado en la distorsión y en riffs potentes de guitarra eléctrica, y en líneas de bajo pesadas para apoyar las melodías de las canciones. Así, sobre el papel, queda todo muy bonito, pero todavía lo es más cuando una banda lo plasma, y de qué manera, en una actuación en vivo. Y Keloidrop lo hizo.
Me gustó mucho, quizá porque también soy batería, la aparente sencillez y la precisión con la que toca el Albert Sanromà. Es un tipo que, a simple vista, no parece batería de un grupo de rock pero que cuando se pone tras los parches marca la pauta a seguir, como ha de ser. Junto con Ian García (bajo), el señor de InMune, forman una sólida base rítmica,
Cuando haces tuyo un estilo de hacer música importado del noroeste de los Estados Unidos, corres el riesgo de sonar como una burda copia, como un refrito de algo tan manido como lo fue (y es) la música grunge. Pero nada más lejos de la realidad. La voz de Marcos López si nos recuerda mucho a la de uno de los titanes del género, pero el resultado final, el todo, suena muy de aquí y bastante más fresco. Es como una Mediterranean IPA, pero mejor hecha y definida.
Desde la intro inicial y hasta el final de los finales, fueron desgranando su última obra con alguna que otra visita a su anterior aportación musical, a su 5 sHits del pasado año, y al álbum homónimo del año 2015. De hecho, More Mass (2018) no es más que 5 sHits EP (2017) más tres temas nuevos («A Big Circle», «Front Facing» y «Feel Nothing»).
«Voices in my Head» suena mucho a Nirvana, sobre todo ese «When to pretend, is to pretend», que recorrió hasta el último y recóndito rincón de la sala. Y lo mismo sucede con «Runway» derrumbó muros y destrozó nucas; creo que Ori echó de menos su flequillo aquella noche… Y todavía sin regresar al presente, nos mantuvimos unos minutos más en el año 2015 a través de «The Suffering».
La siguiente en caer, tras «Front Facing», que es quizá el único tema que no me llegó del todo, fue «What’s Going On», que es adictiva porque sí. Un tema facilón, no nos engañemos, pero resultón y altamente pegadizo. En directo gana muchos enteros.
El momento más potente de la noche (o, mejor dicho, uno de ellos) llegó con «On My Own», tema también extraído de Keloidrop (2015), que sonó mucho más burra y cruda, con un Ori dejándose hasta la última de sus cuerdas vocales.
Y por si la fiesta no fuera poca, la banda creyó conveniente acabarla con una versión del clásico de Nirvana «Stay Away». Broche de oro y plomo ideal para una noche de riffs, sudor y mucho S>U>B P<O<P… quiero decir, R>E>D S<U<N.
Setlist Keloidrop:
Intro
Manipulation
Voices in my Head
Runway
The Suffering
Front Facing
What’s Going On
On My Own
Feel Nothing
Headache
Stay Away (Nirvana cover)
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.