KEN mode – NULL

Nuestra Nota


8 / 10

Ficha técnica

Publicado el 23 de septiembre de 2022
Discográfica: Artoffact Records
 
Componentes:
Jesse Matthewson - Voz, guitarra, piano
Scott Hamilton - Bajo, coros
Shane Matthewson - Batería
Kathryn Kerr - Saxofón, sintetizadores, piano, percusión, coros

Temas

1. A Love Letter (5:47)
2. Throw Your Phone in the River (2:01)
3. The Tie (2:52)
4. But They Respect My Tactics (3:07)
5. Not My Fault (4:23)
6. Lost Grip (10:02)
7. The Desperate Search for an Enemy (3:10)
8. Unresponsive (4:05)

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Cuando KEN mode (aka Kill Everything Now mode) anunciaron su primer disco en cuatro años, NULL (2022), a través de la -obviamente- experimental y ruidosa «A Love Letter», lo primero que me vino a la cabeza es porqué demonios no hice en su día una reseña como Dio manda de su anterior Loved (2018), el que posiblemente fuera su trabajo más sombrío y desagradable hasta la fecha; toda una catarsis y una bienvenida frente a un mundo que, poco a poco, pierde la cordura. Así que en esta ocasión no me va a pasar lo mismo. Además, es el primer trabajo de los canadienses (con este, ya tienen ocho discos publicados) en forma de cuarteto, tras añadir a su lineup a Kathryn Kerr, quien ya llevaba colaborando con ellos unos cuantos años, contribuyendo con todo: saxofón, sintetizadores, coros, percusión…

NULL lo componen ocho temas -por cinco minutos no es un EP– grabados y producidos por Andrew Schneider (Converge, The Red Chord, Cave In), masterizados por Carl Saff y con ilustraciones y diseños del colaborador de la banda Randy Ortiz, autor, por ejemplo, de la magnífica portada de Jane Live (2016), o lo que es lo mismo: el Jane Doe (2001) de Converge interpretado y grabado en directo en su totalidad en el Roadburn holandés.

Estamos ante un álbum denso que cuesta de digerir de una tacada, pero quizá un poco más accesible que sus predecesores. Una nueva abrasión auditiva por parte de una banda que ha condensado en poco más de 35 minutos toda la desesperación y el colapso mental que se ha apoderado de la Humanidad en estos dos últimos años y medio de pandemia. Ruidos desgarradores, marchas industriales inspiradas en bandas como Swans o incluso Nine Inch Nails, a través de las cuales, la banda liderada por Jesse Matthewson trata de redefinir eso que comúnmente conocemos como extreme noise rock, pero con un toque de metal/hardcore.

Como adelantaba antes, en NULL, el tono general del sonido de la banda ha cambiado, quizá gracias a la incorporación de un cuarto miembro a sus filas; digamos que es gracias a Kerr que la banda ha alcanzado un nuevo nivel de miseria. Me encantan esos detalles de saxofón, que si bien no es algo nuevo en KEN mode, se implementan en momentos perfectos a lo largo de este disco, para romper repentinamente los ritmos pulsantes que están a punto de hacerte explotar la cabeza. Un claro ejemplo de esto que digo lo encontramos, por ejemplo, hacia el final de «The Desperate Search for an Enemy»; muy John Zorn todo.

Entre tanto caos y desánimo generalizado, encontramos un tema como «Lost Grip», que se lleva 10 de los 35 minutos que dura NULL. La lentitud se apodera de ti mientras un bajo lento y siniestro da paso a unos redobles de batería al más puro estilo militar. Kerr entra en escena a través de unas leves notas de piano que rezuman tristeza. Y así hasta el minuto cuatro y medio, cuando desaparece todo y la ira vuelve a entrar en escena:

«We deserve it!»

Aunque «Lost Grip» actúe un poco a modo de resumen de lo que es NULL, los cambios de humor están presentes en todo momento, viniendo a demostrar que la banda aún sabe cómo hacer estallar los tímpanos de sus más fervientes admiradores a base de ruidos discordantes e hiriente hardcore metalizado a través de temas como «Throw Your Phone in the River», una pieza que solo dura dos minutos pero que está repleta de ritmos irregulares muy Dillinger. Por no hablar de «Not My Fault» y su riff hipnótico cargado de groove.

Por último, un apunte sobre la voz de Matthewson, que ha sufrido una leve transformación. Aquí, suena más variada pero menos punzante e hiriente que, por ejemplo, en Loved. Cada vez que lanza un grito al aire, no se le nota compulgido de estar a solo unos milímetros de que el llanto se apodere de él. Menuda manera de transmitir, pero es que su voz más suave («Unresponsive») es casi tan escalofriante como sus berrinches más perversos. Todo un portento, la verdad.

Si eres un enamorado de lo duro, de lo triste, de la ira… incluso del trastorno, NULL es para ti. Como decía al inicio, es difícil escucharlo del tirón y caer rendido a sus pies, pero KEN mode han logrado, una vez más, cabrearse más allá de las expectativas para ofrecernos una válvula de escape para nuestras propias frustraciones y hacernos sentir, de paso, un poco mejor. Si tu vida es una mierda, deja que KEN mode le ponga banda sonora.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.