Kim Gordon – The Collective

El poder de confusión así como el mestizaje de todo el sonido que comprendieron tres las décadas que Sonic Youth permanecieron en activo son una de las experiencias más complejas de asimilar para la mayoría de amantes de rock y derivados. Posiblemente, los neoyorquinos son una de las bandas más difíciles de abordar de todos los tiempos y, siendo fiel a estos principios, por aritmética básica podemos concluir que lo que sus dos líderes (y ex pareja durante dos décadas) han hecho desde su ruptura es tan o más disruptivo que lo que hicieron antaño.

Kim Gordon arrancó formalmente su carrera en solitario en 2019 con No Home Record, un disco de aromas industriales con un moderado uso de sintetizadores. No fue tan amado como la veterana artista pretendía y, tras cinco años de silencio nos azota con un triunfal The Collective (2024), un disco que, ahora sí, tiene todo eso que necesitamos.

Escondido tras una sugerente imagen de portada, crítica voraz a las redes sociales y al nuevo mundo que nos rodea, The Collective es un disco feroz y transgresor muy distinto a todo lo que has podido escuchar hasta la fecha. Intentar explicar la experiencia auditiva que supone abordar este trabajo es tan complejo como irrelevante: no wave, hip hop, industrial, post rock, trap, noise, darkwave. Cada cual que lo adapte a lo que más le plazca.

La crítica y la profundad con la que Kim recita todas las letras del disco, de forma sumamente solemne y algo estática nos da un prisma de frialdad enorme. Sus lapidarios versos nos muestran que, a sus 70 años, tiene más que decir que la mayoría de hip-hoperos del planeta. Porque toda la estética del disco viene marcada por los ritmos de hip-hop edulcorados con estas premisas industriales oscuras que comentaba anteriormente.

Es sumamente complicado exponer mucho más, pues la complejidad con la que abordas cada escucha es diferente en función del momento en que lo haces. Solo el tiempo será capaz de juzgar la magnitud de The Collective. Por el momento, descubrir cada una de las inspiraciones y voluntades de cada una de las once canciones que lo conforman. Entender la crítica y el lamento que nos expone y disfrutar de este mestizo y ecléctico sonido tan disonante como cautivador. Kim Gordon era, es y será una de las mentes más privilegiadas de la música moderna.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones