Kings of Leon – When You See Yourself

Bueno, bueno, al fin llegó el esperado nuevo disco de Kings of Leon. Esperado al menos para un servidor. Cuatro años y medio distan entre Walls (2016) y When You See Yourself. El octavo disco de los Followill llega con el obligado retraso en el que estamos todos inmersos. Y parece que este retraso ha ayudado en el resultado final del disco. Vamos a analizarlo.

Los de Nashville se presentan en la cresta de la ola de sus carreras, una carrera notable que les ha alzado a ser cabezas de cartel en la mayoría de festivales de verano del planeta. Recordaremos que son cabezas de cartel en el “próximo” Mad Cool 2021 entre otros.

Con el tiempo, los Followill – por si alguien va perdido, los cuatro componentes de la banda son familia -, han cultivado una base de fans acorde a una discografía a veces menospreciada pero, seamos sinceros, llena de éxitos. Para muchos, Kings of Leon son un banda sobrevalorada.

Entrando en When You See Yourself, lo primero que se puede avistar es una cierta madurez como banda. El disco presenta una lógica evolución ya iniciada en Walls (2016), aunque se echan de menos las canciones himno de éste, When You See Yourself es mucho más cohesivo y cálido. Se detecta a leguas el mimo con el que la banda ha elaborado el disco.

Y voy a incidir en el tema de himnos, en éste nuevo disco no vas a encontrar un “Sex on Fire” o un “Waste A Moment”. En su lugar nos topamos con las inspiradísimas “Golden Restless Age” o “Echoing”. Dos cortes enormes que, lejos de encandilarte con estribillos fáciles y coreables, te enamoran con su fragancia y su potencial intrínseco.

When You See Yourself es un disco menos rockero, quizás el menos rockero de la carrera de Kings of Leon. Pero cuando aparecen los pasajes más rockeros, se disfrutan como nunca, véase los interludios en “Time in Disguise” o “When You See Yourself, Are Yor Far Away”. Otra canción memorable es “Stormy Weather”, una de las canciones más cálidas del disco con un gran trabajo de teclados.

Éste disco tiene esa fragancia de la música americana pero adornado con sabrosos teclados, por qué los teclados son una parte fundamental del nuevo sonido de la banda. Matthew se aplica como nunca en sus funciones melódicas y armónicas aportando un estilo novedoso con tintes algo retro.

La falta de himnos viene contrastada con, posiblemente, las canciones más personales de la familia. Aquí podemos ver entre líneas el nivel de cohesión existente entre los artistas. La sintonía es evidente cuando compruebas el resultado de unos largos meses de gestación y grabación del disco. When You See Yourself es un trabajo cocinado sin prisas, repasado por los artistas con la perspectiva que da el tiempo y la distancia, pues de ésto nos sobra en estos tiempos.

Un disco no directo, pero que crece infinito con las escuchas. Es un trabajo amable y agradable. Pero sobre todo, es un trabajo de una calidez abrumadora, reconfortante. Con este trabajo, la banda compensa su carrera. De los inicios más garage, un establishment de masas con himnos de estadio y un colofón final con el disco más personal y sensual de su carrera. Quizás no es un disco perfecto, pero no lo necesitamos.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones