Pocas cosas más excitantes hay en la historia de la música que la serie de los Alive, discos fundamentales en directo que atestiguan las etapas del grupo y sus conciertos míticos. Los dos Alive anteriores son gloria bendita y la historia quiso que demoraran su tercer directo mucho, quizá demasiado, pero lo hicieron ya en la etapa desenmascarada, sin pinturas y con la formación compuesta por Gene Simmons, Paul Stanley, Bruce Kulick y Eric Singer. Recordemos que en aquél entonces el mundo musical había sucumbido al tsunami del grunge y del metal alternativo y los grandes dinosaurios estaban en serio peligro de extinción. Sólo los grandes pudieron capear la gigantesca ola y salir a flote, y entre ellos (por lo menos hasta 1993) Kiss estaban entre ellos.
Este directo fue grabado durante la gira de una gran obra como es el Revenge y las ciudades de las que se extraen las canciones son Cleveland, Indianápolis y como no: Detroit. Es un disco agridulce puesto que Eric Carr había fallecido y Eric Singer ocupaba su puesto tras los timbales. Singer era un recambio ideal y natural, pero la muerte de Eric y la actitud de los dos mandamases hacia él dejó bastantes controversias. Detrás de los controles estuvo Eddie Kramer (que ya estuvo en los dos anteriores Alives) asistido por Garth Richardson.
El disco
Las masas enfervorecidas saludan al grupo y la pirotecnia da aso al griterío y a una fundamental “Creatures of the Night”, un tema de groove pesado y uno de esos singles perfectos que dan título a un señor disco. La actualidad musical les hizo en su día sonar más contundentes y el grupo suena como un cañón, especialmente la base rítmica. Se agradece la participación del gentío en los momentos puntuales, quizá esto retocado en posproducción. “Deuce”, una de las primerizas, suena a gloria y Bruce se lleva la palma con una clase estratosférica.
Quienes reniegan de la etapa 80’s de Kiss deberían darle una buena escucha a un single del tamaño de “I Just Wanna”, puramente festiva y muy de la década. Vacilona, bien apoyada por coros y con momento melosos, mucha melodía, pero con la potencia al 11. Pocos temas se han creado tan claramente para el directo como este. Se adivina la oscuridad en “Unholy”, cantada por Gene siendo el corte que abría el Revenge. El sonido es tan bueno que uno puede imaginarse el estar allí, y es que los coros son tan reales como imperfectos, dando veracidad a un directo que sabes que está retocado.
Hay algún parlamento introductorio como el que nos lleva a la rutilante “Heaven’s on Fire”, sin duda alguna, una de las mejores canciones de la etapa ochentas. De lo festivo pasan al riff duro y a esos inicios con el “Watchin’ You” en la que Kulick vuelve a estar estelar. Simmons a las voces tiene pequeñas imperfecciones lo que hace que el directo suene a real. Es el mismo diablo el que ataca la cadenciosa “Domino”, con ese inicio tan a lo ZZ Top. Un tema original y capaz de dar variedad a un set en el que Revenge es dominante. Por otra parte, se me hace muy cansina “I Was Made for Loving You”, pero aquí suena espectacular con la enorme pegada de Eric Singer repuntada por la explosión de la pirotecnia.
Dramática y sentimental queda “I still Love You” con un esforzado Stanley a las voces que contrasta con la fiesta absoluta que supone “Rock and Roll All Nite” en la que el bajo de Gene está subido y en la que todo el grupo participa en lo vocal. En ese 1993 era una canción que no quedaba todavía en los bises… La fiesta no para con el “Lick It Up”, canción fundamental del repertorio Kissero desde su aparición. Recuperan el “Forever” del Hot in the Shade cargada de acústicas y detalles técnicos por parte de Singer a la batería. Prefiero esta versión, antecesora del unplugged que vendría años más tarde que la original en estudio.
Parlamento lascivo de un Paul que presenta el “Take It Off” del Destroyer con muchas ganas. Luego va más justito de voz, pero capea bien su cometido vocal. Simmons toma las riendas en la fundamental “I Love It Loud”, otra de las que marcaron su década anterior y un single casi perfecto. Y ya llega el fin de fiesta con la imprescindible “Detroit Rock City”, que te acelera el cuerpo y la presenta como que es una canción que está dedicada para los que saben qué esto del rock n’ roll.
“God Gave Rock n’ Roll to You II” es una auténtica delicia, y muy posiblemente estemos ante la mejor versión que ha hecho Kiss a lo largo de su carrera. Remarquemos que no cambian ni una nota casi de la pieza original de Argent, banda del glorioso teclista de mismo apellido que comandó a los Zombies antes de ir en solitario. Y finalmente queda ese momento guitarrero con el himno de “Star Spangled Banner” que tanto gusta en esas latitudes. Sirve para que descarguen toda la pirotecnia que les queda.
Veredicto
Alive III llegó al disco de oro en tiempos de vacas flacas para el rock y metal tradicional, lo cual no estuvo nada mal. Incluso escaló hasta el puesto número 9 en las listas. Incluyeron algo realmente bonito dentro del libreto del disco que era el árbol genealógico del grupo con todas las conexiones de miembros y exmiembros de la familia Kiss. Algo muy respetuoso además de absolutamente todos los nombres de los técnicos que tomaron parte en la gira.
Quizá nos quedemos con las dos anteriores entregas de los Alive, pero el Alive III es plenamente disfrutable y más recordando que estamos en una época en la que el rock duro andaba de capa caída. Kiss padecieron la crisis y llenaron recintos más pequeños a pesar de ser invitados a programas de televisión como los de Howard Stern. Lo más brillante de todo es que el disco representa una era en la que canciones, entonces actuales, estaban a la altura de los grandes clásicos, aunque… lo que vendría a partir de entonces iría claramente de bajada.