Hay relevo en el hard rock clásicoy en el sleazy, o si más no, hay un buen par de bandas en ciernes capaces de devolverte la fe en estos estilos clásicos, siendo capaces de sonar actuales. Kissin’ Dynamite y BlackRain tienen mucho por aportar, y tened claro que han venido para quedarse. Se jugaban ambos el estar en algunos festivales hispanos y se lo ganaron a pulso ante un Boveda lleno a medias, pero, sorpresivamente, participativo y entregado. Directos muy trabajados y un sonido que por momentos fue exquisito, algo que no siempre sucede en esta mítica sala barcelonesa. Fantástica noche de miércoles con dos agrupaciones destinadas a seguir creciendo.
BlackRain se ganan plaza para los festivales hispanos
Sus dos últimos discos son fabulosos así que tocaba confirmar todo lo apuntado sobre las tablas. Impresionante, no hay otra palabra. Lo de BlackRain en el Boveda fue un concierto para caer rendido tanto en sonido, como por temas como por actitud. Sus 15 años de trayectoria y sus seis discos les avalan. Desgranaron sobre todo su último Dying Breed empezando por la homónima y continuando con “Hellfire”. Los ramalazos a Mötley Crüe y a los primeros W.A.S.P. son evidentes. Van maqueados y tienen posturitas muy ensayadas. La mayoría de sus coros son reales y Swan, armado con su guitarra y sus pintas de rockstar, va para estrella. Espectacular voz en “Wild Wild Wild” a pesar de la ayuda tecnológica en el apoyo a sus cuerdas vocales. Swan canta agudísimo, pasa a grave y rasga luego su voz con una facilidad pasmosa.
“Innocent Rosie” gustó a los presentes, pero fue “Blast Me Off” la que se lo llevó de calle. Aquí Max2 demostró que una de sus bazas son los rapidísimos solos compuestos con sumo gusto y musicalidad. El líder hizo eso de hacer gritar al público a derecha e izquierda para luego tirar del pop-metal desenfadado en la brillante “Call from the Inside” y un single en potencia como es “Nobody Can Change”. “Overloaded” anticipaba el final y se le añadió al final el riff del “Sweet Child O’ Mine” de los Guns. Nos quedamos sin catar el material de Released y se marcaron un sobrero “We’re Not Gonna Take It” de Twisted Sister en versión metalizada. Impresionante la versatilidad de voz de Swan y la excelente base rítmica. 45 minutos para el recuerdo a manos de un grupo que enamora. Queremos un show completo ya.
Kissin’ Dynamite apuntan a liderar el hard rock germano
Les vimos de teloneros de Powerwolf y demostraron unas maneras exquisitas. Estos alemanes le insuflan al hard rock nueva vida y borran de un plumazo a la mayoría de bandas veteranas germanas, que son muchas y buenas. El futuro es suyo y más cuando dotas al show de vistosidad y elementos estéticos que le dan al show un ritmo trepidante y lleno de sorpresas. El quinteto salió apoyado por pregrabados en los estribillos, pero espectaculares ya desde “I’ve Got the Fire”. Hannes Braun disfrutó de un ventilador para lucir melena y lució escote descamisado de impoluto blanco. Sonoro “Bona nit” para lanzarse a por “Somebody’s Gotta Do It” (con talk box introductorio por parte de André Braun) y “Love Me, Hate Me”, ambas de estribillos infecciosos y pura positividad. Sonrisas, mucha movilidad y con Andréy Steffen jugando con un ensayado headbanging en el que parece que van a chocar ambas cabezas.
A todo este festín de hard rock añadirle unas dinamitas gigantes y luminosas sobre los bafles, también unas luces azules dibujadas en los mismos que subrayan el logo del combo. Antes de la efectiva “DNA” nos dijo eso de “dadme vuestra energía y nosotros os daremos la nuestra”, para continuar con “Sex Is War”, con la gente cantando y moviendo los brazos al unísono. El sonido no alcanzó la perfección de Blackrain pero mantuvo un altísimo nivel. Las sorpresas constantes continuaron cuando apareció Anna Brunner de Exit Eden para cantar un par de temas con el grupo: “Ecstasy” y “Sleazy Deluxe”. Hannes y Anna (muy de voz rasgada) empastan perfectamente sus voces y los temas lucieron en sobremanera. Abandonó la sala la vocalista y se aprovechó para instalar un piano (enorme) con velitas incorporadas. El cantante nos dijo eso de: “haced como en 1986 y prended mecheros o encended móviles”. Momento bellísimo al que le sobró algo de luz, aunque fue puro sentimiento. Preciosa interpretación de “Heart of Stone”.
Venían a presentarnos su nuevo Ecstasyasí que era turno para “Waging War” amenizada por una bandera enorme y negra con el logo del grupo. También hubo un fragmento de guitarra española por parte de Jim Müller. La recta final de sus conciertos es siempre lo más brillante de este grupo así que bucearon en el disco Money Sex and Power. Temas como “Six Feet Under” hicieron cantar a toda la sala, llegando a sonar totalmente a Gotthard, banda con la que guardan muchos paralelismos. “I Will Be King” es de ese mismo disco y vino con trono, capa y un roadie-súbdito. Juegos con el respetable y excelente interpretación de uno de sus mejores temas escritos hasta la fecha. Cayeron dos bises y una fue “You’re Not Alone” de su última obra, sonando excesivamente al “Sweet Dreams” de Eurythmics. Gran final con “Flying Colours”, delicioso himno, y con esa pose acrobática entre guitarristas y vocalista que tanto recuerda a los buenos tiempos de Scorpions.
Disfrutamos enormemente de dos grupos que están en un momento dulce y que se ven capaces de revitalizar y rejuvenecer el hard rock. ¿Volverán las verdes praderas del estilo o son sólo dos brotes verdes aislados? Tanto da, ambos van a estar en festivales patrios así que si tienes oportunidad acércate y déjate seducir. Son las típicas bandas que son capaces de ser revelación en un festival. En lo personal me quedo sin duda con los franceses Blackrain, pero creo que Kissin’ Dynamite tienen más posibilidades de triunfar y crecer. Veremos…