Siento debilidad por Klone. Es algo que no esconderé. Lo que me hace algo propicio a alabarles. Aunque creo que merecido lo tienen. Pues los franceses te hechizan y enamoran siempre que publican algo nuevo. Y ya son nueve los discos que nos han regalado en casi 25 años de carrera. Casi nada.
La evolución y la innovación siempre han sido los motores que han movido a los galos. Lejos quedan las disonancias y los berridos de Duplicate (2004), un disco de estilo más groove pero con connotaciones progresivas. Su explosión se vislumbró en Black Days (2010), su segundo y último disco con Season of Mist. Un disco excepcional en el que la banda ya mostró su caída casi total hacia el rock progresivo. Con un deje a Tool considerable, los de Châtellerault empezaron su despegue.
Pero el despegue final fue en 2015 con Here Comes the Sun (2015), disco que marcaría la tendencia final de la banda. El olvido de la contundencia, el metal quedaba relegado y las guitarras post rock ganaba el terrero. Algo que consagraron con su obra magna, Le Grand Voyage (2019).
Y siguiendo la estela iniciada en el citado Here Comes the Sun (2015), Klone dan otra vuelta de tuerca a su prog, la fusión perfecta de lineas temporales. A la pasión y luminosidad de Le Grand Voyage (2019) le incorporan oscuridad y unos riffsmetálicos, una chispa de saxofón y, voilà, tenemos trato: Meanwhile. Entre ambos por cierto, publicaron un disco en directo muy interesante titulado Alive (2021).
El noveno disco de Klone, si contabilizamos The Eye of Needle (2011) como un LP y no EP, es algo así como un “cerrar el círculo” a la francesa. El cenit creativo de una banda que no ha dejado nunca de crecer aunque siempre le haya costado horrores despuntar fuera de sus fronteras. Meanwhile vuelve a ser un disco mayúsculo, perfecto. Un disco para disfrutar, para sentir, para vivirlo. Klone son una bocanada de aire fresco dentro del rock progresivo. Los franceses huyen de los virtuosismos y tecnicismos tan usados por las bandas del género, su prog viene envuelto en matices, en temática, en capas luminosas o oscuras en función de lo que se preste.
Arrancando casi donde murió Le Gran Voyage, “Within Reach” nos muestra la contundencia des de sus primeros acordes, vemos una pesadez incidida por los tambores y la siempre espeluznante voz de Yann Ligner, uno de los mejores vocalistas de bandas prog de los últimos lustros.
El disco metafórico y semi conceptual, es una crónica de los mejores y peores aspectos de la humanidad. Las letras metafóricas pintan un cuadro de acontecimientos que suceden al mismo tiempo pero en lugares diferentes, mientras que mientras reflexiona sobre las decisiones tomadas en contra de nuestra voluntad que pueden cambiar el curso de nuestra historia compartida, dando lugar a conmovedoras historia, dando lugar a conmovedoras reflexiones sobre el mundo actual.
El formato envolvente que propone Klone sumerge al oyente, hipnotiza. Vamos pasando por los cortes, embobados, disfrutando cada uno de ellos por su belleza y potencial. Las guitarras te acompañan, pero los momentos más excelsos los vemos cuando aparece el saxofón como en el arranque de la mágica “Blink of an Eye”, una de las canciones más hermosas que la banda ha compuesto nunca.
Otro punto álgido lo encontramos en “Elusive”, una canción de carácter más positivo agudizado por la interpretación de Yann. “Apnea” es delicada y suave y contrasta fuertemente con “The Unknown”, una de las más musculosas del plástico. En la recta final también puedo destacar “Disobedience”, una canción marca de la casa y la magistral y larga “Meanwhile”, el cierre perfecto para el disco y para la tríada de obras maestras de Klone.
Repito lo que he comentado en el primer párrafo, mi debilidad por Klone quizás me ciega y pierdo la neutralidad. Pero Meanwhile, al igual que sus dos predecesores, forman una de las tríadas más exquisitas de rock progresivo moderno de todos los tiempos. Disco perfecto el de Klone, una vez más.