Kramer y su supergrupo incendian la sala Apolo repasando la carrera de MC50

Llegó el viernes 16 de Noviembre, una de esas fechas que están marcadas en rojo en la agenda. Mira que la capital catalana tiene una buena oferta de conciertos, pero una de las apuestas de la presente edición del Festival Mil·lenni era la conmemoración del 50 aniversario de MC50. Presentados como MC50, Wayne Kramer, único miembro original de la legendaria banda de Detroit, unió a un conjunto de músicos tan excepcionales como prestigiosos.

Cierto es que desde hace años atrás la banda se había reunido con algunos miembros originales e invitados tan especiales como Nicke Andersson de The Hellacopters, Dave Vanian de The Damned o Dick Nobita de The Dictators, pero los acompañantes de esta nueva gira no tienen nada que envidiar, así que con una base rítmica que sería la envidia de cualquier banda formada por la pareja Brendan Canty de Fugazi y Billy Gould de Faith No More, la guitarra de Kim Thayil de Soundgarden para acompañar a Kramer y la presencia de Marcus Durant de Zen Guerrilla a las voces, MC50 subían al escenario de la Sala Apolo para rememorar aquellos viejos clásicos que acabaron siendo la fuente de inspiración de las grandes bandas de punk-rock o de hard-rock de los ’80 y ’90.

Desde un buen inicio y hasta el último suspiro del concierto, Kramer acumuló gran parte del protagonismo, siendo el encargado de la interacción con el público y el más dinámico en el escenario. Saltó, se movió, habló, gesticuló… dio el espectáculo que se espera y que a veces, los grupos que están de revival, ya no tienen fuerzas de dar. De alguna manera era su fiesta y así lo pareció desde debajo de la tarima. Los demás, siendo quienes eran, parecían ya emocionados en ser parte de eso y no necesitaban destacar más de lo que ya hicieron con su trabajo instrumental. El caso de Durant fue distinto, la voz de un concierto de rock fija siempre todas las miradas y el vocalista de Zen Guerrilla estuvo espléndido dándolo todo y acabando dentro del charco de sudor en el que se convirtió su camisa. En una hora y media tenían el repaso hecho incluyendo castañazos como ‘I can only Give You Everything’, ‘Tonight’, ‘Sister Anne’, la blusera ‘Let Me Try’ o ‘Looking At You’ que nos hicieron los personajes más felices del mundo durante unos instantes.

Me sorprendió que la sala no tuviera una excesiva buena entrada, ya que entre los fans de la propia banda y los seguidores de grupos como Fugazi o Soundgarden que difícilmente volveremos a ver o Faith No More que, en caso de reunirse de nuevo, los veríamos en grandes escenarios; el evento parecía especialmente llamativo por la oportunidad de ver a estos titanes en un escenario tan cercano como el de la Sala Apolo, pero si tod@s pensáramos igual la vida sería muy aburrida.

Willy

Maestro de Primaria de dia, curioso de la fotografía en sus ratos libres y amante de la música las 24 horas del día. Lleva seis años inmortalizando conciertos, ya sea a heavys cargados de tachuelas como a finos cantautores.