Después de haber escuchado el gran Extreme Aggression (1989) y los dos siguientes, llegó a mis oídos este disco en formato cinta y me flipó mucho. Su intensidad y su tribalismo en la batería siempre me ha fascinado. Un trabajo diferente y que hoy cumple 25 años.
La punzante y agresiva «Prevail» es la encargada de abrir el disco con una brutalidad inusitada encerrada en un thrash metal acelerado con un sonido sólido y potente derrochando buen gusto en las líneas vocales y ofreciendo un conjunto mucho más orgánico. En la siguiente «Catholic Despot» se vuelven más un tipo Sepultura o Nailbomb con una clara influencia industrial pero sin perder la velocidad recordando también a los grandes Vader. Vaya poderío. Juegan con efectos muy característicos de los años 90 llevando el rumbo hacia una parte muy épica con un ritmo que te rompe las cervicales para terminar a toda castaña.
En «Progressive Proletarians» el batería Joe Cangelosi se luce con unos buenos redobles para luego dar paso a un extremo y agresivo thrash metal en toda la cara con unos cambios muy dinámicos y rompedores. Breaks muy bien puestos nos llevan hacia una parte nuevamente rápida para acabar en un medio tiempo tremendo. La parte final es pura crema.
«Crisis of Disorder» tiene un inicio mucho más tirando a Death notándose las influencias que fueron adquiriendo en esa década. Con un efecto extraño en la voz avanzan convencidos de su potencial y poderío. Este disco pocas veces se nombra cuando se habla de este grupo y no lo entiendo muy bien ya que tiene un gran equilibrio entre su pasado y lo que nos deparaba el futuro. El sonido es impresionante con unas guitarras punzantes y un bajo redondo que junto a una portentosa batería hacen un conjunto arrollador.
Seguimos con la contundente «Hatred Inside Your Head» con unos cortes que hielan la sangre. Me recuerdan mucho por el sonido al Arise de Sepultura y se nota mucho pero se les pasa. Pura agresividad. No se detienen ante nada y siguen con decisión con unos buenos arreglos de guitarra. Velocidad no falta en esta pieza con unos detalles de bombo sencillamente geniales. Las voces del final son escalofriantes.
«Bomb Threat» tal y como indica su título es una bomba. Una puta locura que no para ni un momento taladrando tu cerebro a base de tupa tupas sin parar aunque con paradas oportunas mientras una sirena nos avisa de la inminente destrucción total. Ese rollo industrial me sigue pareciendo genial y te das cuenta como todos nos alimentamos de todos y adquirimos de aquí y de allí para crear cada uno su propia visión.
No aflojan mucho en «Men Without God» en la que se ponen a por faena bien pronto cabalgando sin cesar en una maraña de riffs muy bien elaborados y ejecutados a la perfección. La agresividad está en las guitarras y en la voz se ha calmado en comparación a trabajos más antiguos pero es que los solos y arreglos de las seis cuerdas son encomiables y dignos de estudio, hechos con muy buen gusto. Se ponen bien vacilones y no puedes evitar mover la cabeza al ritmo de su compás con acelerones puntuales.
Llegamos al single que presentaron de este disco llamado «Lost» y que podría ser la canción más comercial del trabajo. Se enfoca más en una estructura sencilla aunque efectiva de repetición de patrones con ese aroma thrasher. Se entiende que la pusieran como referencia ya que abarca sus diversas épocas y tiene mucha agresividad en su interior. Pero es sobre todo en comparación con otras canciones que esta la veo como menos ambiciosa y más hacia donde tiraron más adelante poniendo más melodía en su propuesta. Eso no quiere decir que no tenga momentos memorables y que recuerdan a viejas joyas pero se me hace extraña.
«Dogmatic Authority» nos devuelve a la realidad a base de una batería destructiva que no tiene piedad. Las guitarras aceleradas hasta el infinito y todo se arremolina para desembocar en una brutalidad sin fin. Esto en directo es muerte segura, minuto y medio de magia.
Nos vemos imbuidos por un espiral de melancolía y desesperación con la introducción de la impresionante «Sculpture of Regret». Cambios y más cambios se suceden recordando al Beneath the Remains por su dinamismo encajando los solos en los momentos adecuados. La verdad que ha envejecido muy bien y sigue sonando atronador, una gran influencia para mucha gente.
La parte heavy no podía faltar y en «Celestial Deliverance» nos la muestran sin tapujos. Mucho más clásicos y comedidos pero no exentos de alardes que demuestran su calidad. Los riffs siguen siendo muy marcados y contienen toda la tralla del grupo sostenidos por la base rítmica. En esta canción también se vuelven un poco más accesibles con partes que recuerdan a groove metal experimentando un poco.
Algunas versiones llevaban una bonus track en forma de versión de Raw Power llamada «State Oppression», una pieza muy punk pero con su estilo más metalero no lo hacen mal llevándola a su terreno. Corta y directa.
Finaliza el disco con «Isolation» en la que se nos presentan mucho más místicos y experimentales. Ponen punto y final a un trabajo muy digno con momentos memorables, canciones icónicas que no pueden faltar en un directo suyo y que debemos recordar con mimo. Por lo menos yo lo haré. Por cierto, al final nos deleitan con sonidos sacados del mismo infierno para acabar como es debido.