Kreator – Hate Über Alles

Hate über Alles es el nombre del esperado nuevo disco de Kreator. Un disco vendido como una “re evolución” por parte de la banda y la discográfica. Tras cinco años de espera amenizado por continuas giras y por un disco en directo, ¿ha valido la pena el hype?

Kreator son una banda incombustible que ha encontrado una fórmula ganadora. Pero las fórmulas ganadoras también tienen a caer. Vamos a ver un ejemplo o paralelismo fácil de entender. Pese a que no soy muy seguidor del fútbol, todos hemos visto que el concepto de “toque” y “posesión” del Barça fue una fórmula ganadora brillante. Con el tiempo, el estilo del Barça ha sido imitado e incluso auto imitado. Hoy en día este estilo de juego no sirve, la fórmula ganadora caducó.

Pues algo así le pasa a Kreator. Llevan 20 años repitiendo esta fórmula. Tras tocar fondo con el infravalorado Endorama(1999), Mille Petrozza afianzó una nueva idea en Violent Revultion (2001) y Enemy of God (2005). Una fórmula que bien podríamos denominar pop thrash, o power thrash. Así quitamos la etiqueta pop que se que escuece. Los últimos seis discos de la máquina germana son clones con más o menos soltura. Y en Gods of Violence (2017) ya se le vio el plumero a la banda, pues ese disco fue muy pobre.

Y con toda esta entrada, vamos a analizar el potencial y los puntos más flojos de Hate Über Alles, el decimoquinto disco de Petrozza. Un genial coverart adorna el disco y nos da la entada con una introducción instrumental que roza el minuto de duración. “Sergio Corbucci is Dead” no pega con nada, alguien tenía que decirlo. Es más una intro de western que de un disco de thrash alemán.

Post intro, encontramos una descarga brutal de violencia y velocidad con varios cortes que se comen entre ellos. “Hate Über Alles”, “Killer of Jesus” y “Strongest of the Strong” son tres rádioformulas clásicas de Kreator. Caña, solo melódico, estribillo fácil, velocidad y violencia. Esta es la famosa fórmula que comentaba anteriormente. “Crush the Tyrants” se sitúa entre ellas aportando una dosis de tranquilidad controlada que no llega a sorprender a nadie.

Estas tres canciones son lo mejor de este nuevo disco. A partir de allí, todo se diluye en un mar de riffs y bombos. Pasearte por Hate Über Alles es como re escuchar Phantom Antichrist (2012) pero sin el gancho que impregnó ese plástico. Pese a haber tenido 5 años y una pandemia para pulir este disco, se nota tosco, pero no esa suciedad de sus inicios, sino como que no acaba de encajar todo como debería.

Se van deslizando con cierto grado de molestia las canciones, una tras otras, sin aportar nada nuevo. Hay momentos en que la banda intenta abrazar la épica, pero no logran conectar con ella. Cortes como “Midnight Sun” o “Become Immortal” son algunas de las peores canciones de Kreator en más de 20 años. Incluso el cierre con la larga “Dying Planet” es aburrida como pocas.

En resumidas cuentas, Hate Über Alles no solamente no aporta nada nuevo pese a que nos lo vendieron como tal. Sino que nos muestra que la fórmula ganadora de la banda ha caducado. Un disco tirando a mediocre con dos o máximo tres canciones notables y el resto totalmente olvidable.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones