Kreator – Violent Revolution: 20 años de su resurgir “mainstream”

Ficha técnica

Publicado el 25 de septiembre de 2001
Discográfica: SPV GmbH / Steamhammer Records
 
Componentes:
Mille Petrozza - Voz, guitarra
Sami Yli-Sirniö - Guitarra
Christian Giesler - Bajo
Jürgen 'Ventor' Reil - Batería

Temas

1. Reconquering the Throne (4:13)
2. The Patriarch (0:52)
3. Violent Revolution (4:55)
4. All of the Same Blood (Unity) (6:12)
5. Servant in Heaven - King in Hell (5:10)
6. Second Awakening (4:48)
7. Ghetto War (5:05)
8. Replicas of Life (7:34)
9. Slave Machinery (3:58)
10. Bitter Sweet Revenge (5:25)
11. Mind on Fire (3:57)
12. System Decay (4:33)

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¿“Mainstream”? Es evidente que Kreator son hoy en día una banda mainstream dentro del metal. Y gran parte de esta consideración viene dada por todo lo que nación con este Violent Revolution el 25 de septiembre de 2001.

¿Porqué podemos considerar mainstream el thrash de Kreator? Antes de este disco podemos ver una tortuosa carrera en el sino de la banda germana. Nadie dudará que su idea de thrash no tiene mucho que ver con la de sus homólogos norteamericanos. Ya en 1995 con Endless Pain, Kreator demostraron que las melodías no eran su punto fuerte. La violencia sonora y la cercanía a lo que sería el death metal en parte por la dureza de las voces de su líder Mille Petrozza hacía de Kreator una banda bastante inaccesible.

Pese a ello, nadie duda hoy en día de la calidad de sus cuatro discos posteiores. De Pleasure to Kill (1986) a Coma of Souls (1990), la creatividad de los alemanes fue impecable. Aún así, no lograban tener el éxito que si tenían las bandas yankees. La crisis del thrash y del metal de los 90 llevó a Kreator a innovar (o al menos a intentarlo). Sus cuatro siguientes discos fueron un descalabro comercial que casi llevó a la banda a la desintegración. Metal gótico, metal industrial… Kreator intentaron tocar todos los palos sin éxito.

Y con el cambio de siglo, dieron con la tecla que buscaban. Se olvidaron de los inventos y emprendieron un viaje a través del thrash con tintes del ascendente melodeath. Y, aunque pese a todo el fan de la banda, hicieron algo parecido al power metal. Personalmente siempre hablo de este híbrido citándolo como el power thrash de Kreator. Canciones veloces y melódicas con la agria interpretación vocal de Petrozza y con unos estribillos más propios del power metal que del thrash o el death metal.

Las canciones de Violent Revolution las puedes cantar, tienen estribillos ágiles y resultones, tienen pasajes en que la voz de Mille es el único recurso usado, sin música. Tienen un ritmo ligeramente “alegre” y siempre buscan el impacto directo. Eso si, el uso de vocablo típico en Kreator no decayó en ningún momento. Caos, muerte, destrucción, violencia, guerra, caída… Kreator en estado puro pero adornado con suficiente azúcar para llegar al máximo número de oyentes.

Y con todo esto expongo mi título. El mainstream de Kreator llegó a sitios a los que nunca había llegado antes. Esto y sus directos siempre finos provocó una nueva oleada de fans de la banda teutona.

Violent Revolution

Este disco esta posiblemente en el top 3 de la banda y, tras 20 años, sigue sonando igual de fresco y moderno que entonces. Un disco que, como comento algo más arriba, basa su fortaleza en unas ricas melodías mucho más nítidas que antaño. También en unos estribillo fáciles que todo fan acabará memorizando.

El disco abre con la ligera y dura “Reconquering the Throne”, una canción thrasher pura que encauza temáticamente a la banda hacía el camino por recuperar su trono dentro del orden de thrash teutón. No hay mejor forma de arrancar esta nueva etapa que con esta pieza de impacto directo. Bienvenidos de nuevo Kreator.

A continuación y de un estilo semejante al de Judas Priest con “The Hellion” tenemos “The Patriarch”, una canción que sirve como entrada triunfal al himno del disco y a uno de los himnos de la banda hoy en día. “Violent Revolution” es sin duda uno de los himnos del thrash más moderno. Una canción sólida con una velocidad punta al galope encumbrada por un trabajo excelente del batería de la banda Ventor. Un una canción que traspasó fronteras y se convirtió de inmediato en una de las piezas preferidas de los fans de la banda.

“All of the Same Blood” arranca con un riff sin complejos que estalla en un solo previo a las cavernosas voces de Mille. Se trata de una canción muy potente en cuanto a instrumentación, veloz, bien elaborada pero no ha acabado de cuajar entre los fans por algún motivo desconocido, pues la canción tiene mucho potencial.

Seguimos con la calmada introducción de “Servant in Heaven – King in Hell”, una canción que tiene una estructura muy parecida a algunas piezas del futuro Phantom Antichrist. Curiosamente aquí, en Violent Revolution la podemos considerar una pieza menor y su homóloga del anticristo si triunfó. Esta canción marca el punto en el que los fans dejaron de prestar atención al disco y las cifras de reproducciones en Spotify subrayan el hecho.

Aún así, nos topamos de bruces on “Second Awakening”, una de las canciones tapadas de este disco. Brutal y directa, la sexta canción es una de las canciones más duras del disco. La segunda mitad del disco arranca con “Ghetto War”. Canción no nos ofrece nada nuevo pero la banda sigue apostando por la nueva fórmula win-win. Se trata de un corte con gancho, ligera, de fácil asimilación por el espectador. Sin ser una canción principal, es otro acierto.

A partir de aquí, la innovación va quedado recluida y la originalidad pierde importancia. “Replicas of Life” arranca como un medio tiempo que estalla entre los berridos de Petrozza pero se difumina en su longitud, más de siete minutos y medio son demasiado para Kreator, pues la canción entra en el bucle de autoplagiarse.

“Sleve Machinery” nos presenta una gran batería de Ventor y poco más. “Bitter Sweet Revenge” es una buena pieza thrasher con buenos cambios de velocidad. “Mind of Fire” es un medio tiempo sin florituras ni gancho. Y “System Decay” cierra el disco con buena actitud pero nos deja la sensación de que sin estos 4 o 5 últimos cortes, Violent Revolution sería mucho más grandioso de lo que es.

Beto Lagarda
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