La segunda sesión del festival Tótum Revolútum era, a priori, la más esperada de esta edición por la participación del francés Franck Carducci, que en su última visita de hace dos años vio interrumpida su actuación por la presencia de la policía, debido a las quejas de un vecino por algún fallo en la insonorización del local que obligó a cancelar su show. Era la oportunidad para resarcirse, y resarcirnos, del mal sabor que dejó el incidente en lo que estaba siendo un espectáculo perfecto. Pero vayamos por partes. La jornada también ha contado con dos bandas locales con mucho que decir
Degraey tienen la propuesta más agresiva de la velada. Luc Espinach al bajo, Víctor Paradis a la guitarra y voces, César Perals a la batería y voces y Iván Pizarro a la guitarra y sintetizadores, a quienes ya habíamos conocido en el AMFest de 2017, se presentaban con ‘Reveries’. Su nuevo trabajo con clara base post-Rock, el peso recae en las texturas intrumentales, arpegios y loops, cada tema esta estructurado en forma de espiral descendiente que lo va oscureciendo hasta dejarnos en el más profundo de los abismos. Las leves pinceladas vocales de Víctor, en las voces más cálidas contrastan con los auténticos embates desgarradores de César. Las aportaciones vocales del batería son francamente sorprendentes y determinantes en ese descenso a los infiernos que nos proponen. Su tercer tema, “Woven Conscience”, podría ser el mejor resumen de la propuesta. Seguros de su ultimo trabajo, ‘Reveries’, nos lo desgranaron casi íntegramente. Lo que el tiempo asignado les dio de si, cinco temas de duraciones largas, densas y profundas.
Your Grace es un proyecto musical que nace del deseo de integrar la filosofía antigua, la alquimia y la hermética de la música actual, formado por miembros de Exxasens y Sons of Meteora, en su formación actual podemos disfrutar de la carismática voz de Martha Wood (ex-Santa Rita) que también nos sorprenderá al bajo y a la flauta, Jorge Guinea a la guitarra, Eugeni Pulido con cuerdas varias, guitarras o banjo, Ivor Lugo a la percusión y Ivan Pizarro a los teclados y programaciones, haciendo doblete con la banda anterior, en una posición más a la sombra. También repasarán su reciente segundo trabajo Hills Over Moutain donde nos proponen un viaje contemplativo a través del universo de las pasiones humanas. Desde el primer tema, el ambiente atávico se apodera de la sala de actos de Calabria66. Ritmos hipnóticos y tribales se entrelazan con otros más viscerales y cósmicos. El tono vocal de Martha imprime acento ancestral a la formación y es, sin duda, un punto de distinción con otras bandas del estilo. El uso de instrumentos mas orgánicos como el cuerno o la flauta india son tratados con óptimo tacto y se integran de forma natural al conjunto instrumental.
Ya antes del inicio del show de Franck Carducci Band pudimos ser testigos de la estampida de seguidores y bandas anteriores. Al margen de las preferencias, individuales o grupales, el fenómeno no deja de sorprenderme, sobretodo en un evento donde se intenta apoyar y dar a conocer a esas bandas emergentes. En todo caso Franck Carducci y los suyos dieron una lección de empatía que seguro iría muy bien a todo aquel con pretensión de ampliar su público objetivo.
La propuesta de Carducci no es extrema ni innovadora. Sus referentes son claros y quedan reflejados en su repertorio: Melodías que recuerdan a la época más inspirada de los Beatles o Supertramp se implementan con bases propias del AOR o composiciones prog a la Génesis o evidentemente floydianas. Lo que si es relevante, a parte de la facilidad para navegar en esta amalgama inspiracional, es su gran concepción del espectáculo. Desde el primer segundo toda la banda empieza una representación donde Franck interpreta, cual alter ego escénico a la Bowie, a una superestrella (Arion Superstar) acosada por sus fans con “Slave to Rock and Roll” como avance de su próximo trabajo de estudio. Anuncia que hoy nos va a presentar algún otro tema nuevo (“The After Effect”) y, por ello, temas antiguos dejarán de estar en su repertorio. Como le cuesta decidir con cual de sus “hijos” se queda nos ofrece un fantástico medley con los mejores de sus clásicos (The Quind, Journey Through the Mind, A Brief Tale of Time y The Last Oddity). Todo un lujazo. Como lujazo es contar en sus filas con la carismática y versátil Mary Reynaud, que igual canta, baila, actúa o “improvisa” ante el enigmático theremin. Ella es, sin duda, toda una baza ganadora y Carducci, conocedor de ello le cede “The Angel”, donde Mary, en solitario donde aparece con unas hipnóticas alas de mariposa. El resto de la banda hace su papel: Steve y Christophe a las guitarras imprimen su carácter y podemos reconocer sus influencias en sus solos y sobretodo durante un mix donde van encadenando riffs de los Stones, Jackson, Guns’n’Roses, Maiden, Zeppelin o Purple.
Carducci es de los pocos que consigue levantar (literalmente) la audiencia del Tótum, acostumbrada a recibir las mas dispares propuestas musicales cómodamente sentados en la sala de actos de Calabria66. Esta vez pudimos disfrutar de todo el set programado, y de la versión extendida de su emblemática “Alice’s Eerie Dream” donde Franck como Sombrerero loco y Mary como descarriada Alice junto con el resto de la banda hacen su número final. Bienvenidos al Espectáculo. Para despedirse se guardó “Artificial Paradises”, pidiendo por última vez la participación del público y que derivó en una aclamadísima versión de “Eclipse” de Pink Floyd. Perfecta guinda final para una jornada que, los que quedamos, seguro recordaremos en mucho tiempo.
La iniciativa del Totum Revolútum, festival sin ánimo de lucro, nació con la idea de promocionar bandas nacionales y abriendo horizontes nos han ido presentando bandas más allá de nuestras fronteras. Quedamos a la espera de la última sesión de esta temporada con las actuaciones de los franceses Weend’ô, los sevillanos Malabriega y los catalanes Paraíso Plástico. La cita es el próximo el 15 de junio. En esta edición se ha puesto un precio simbólico de 10€ por las tres bandas de cada sesión, para poder seguir manteniendo la apuesta promocional. Músicos y melómanos ya lo conocen y no faltan a su cita.