Empiezo a estar en esa época de la vida en la que hay ciertas cosas que me hacen pensar en el pasado y notar que el tiempo transcurre demasiado rápido. Echar la vista atrás supone el ya ser consciente de que hay cosas que ya no regresaran, ciertas ilusiones, ciertas personas, la propia juventud. Y en este proceso hay dos elementos que cobran más fuerza que nunca: la nostalgia y los recuerdos. El pasado miércoles Sum 41 me regaló un concierto plagado de nostalgia que me agitó la caja de recuerdos personal como hacía años que no me pasaba.
Su icónico disco debut All Killer No Filler (2001) fue uno de los primeros cd’s que me compré de adolescente, a mis 15 años descubrí a la banda de Ontario tras ver repetidas veces la película American Pie 2 (2001). Como muchos de mi generación, nuestra juventud fue animada por las estupideces épicas de Jim Levenstein, Stifler, Chris Oz, Kevin Myers y Paul Finch. ¡Qué tiempos!, ¿Quién no fantaseó con la madre de Stifler? El estribillo de “Fat Lip” fue la canción que sonaba en la fiesta final de la película, el clímax a un viaje de peripecias adornado por una canción increíble. Sum 41 puso música a uno de los mejores momentos de la película y gracias a ello su popularidad fue instantánea. All Killer No Filler seguramente fue el disco más ripeado del año grabado en esos Vertabim y la carátula descargada de Coveralia e imprimida en la Epson Stylus.
El triunfo de Sum 41 llenando 2/3 del Palau Sant Jordi tras casi llenar también el WiZink Center de Madrid, es algo insólito e inusual. Conscientemente la banda canadiense nunca hubiera soñado en llenar recintos de estos tamaños, pero su gira de despedida ha conmovido al fan cuarentón y ha animado a que las pocas nuevas generaciones de punkrockeros se animaran a dar una cálida despedida a la banda. El triunfo de Sum 41 llevando unas 13.000 almas al Palau es un hito inmenso, más allá de Green Day o Blink-182, no ha habido más bandas punk capaces de ser un reclamo tan grande en nuestras tierras. Seamos conscientes, Sum 41 no han sido nunca ni serán una banda mainstream como las dos citadas.
Este 20 de noviembre será eternamente recordado por miles de fans, porqué realmente el Palau estaba relleno de fans, miles de gargantas seguramente hoy afónicas de gritar a pulmón las dos horas de concierto que los de Ajax nos regalaron, animados a recitar de forma salomónica todas y cada una de las casi treinta canciones que Deryck Whibley nos obligó a cantar. Bueno, obligó tampoco, pues nadie obligó a nadie a cantar las canciones que amenizaban la espera, sonaron a todo volumen “Dookie”, “Last Resort”, “American Idiot”… la fiesta empezó minutos antes de que se aparagan las luces y “TNT” de AC/DC retumbara en el Palau.
Y tras la caída del negro telón arrancó un largo, épico, nostálgico show que fue mucho más de lo que cualquiera podía soñar. Dos horas y casi treinta canciones de un concierto sin fisuras en los que vimos a la banda dando más del 100%, vimos a una banda infinitamente agradecida a que tanta gente fuera a verles y a que les hayamos acompañado durante casi 30 años sin quejas. “We will miss you”, soltó Deryck. Nosotros también les echaremos de menos. Cerrando esta etapa, despidiendo a esta banda, podemos confirmar que hoy somos un poco huérfanos de nuestra juventud. Perder a Sum 41 simboliza mucho más de lo que muchos puedan pensar, es un cierre de etapa que no gusta cerrar.
La banda soltó un repertorio perfecto, combinando todos y cada uno de los trabajos que han publicado en estas tres décadas pero haciendo especial énfasis en las “oldest songs” y en repasar su último disco titulado Heaven :x: Hell (2024). No faltó nada, nada. Dos horas que se hicieron cortas en las que vimos en acción por última vez al que seguramente es el mejor frontman de las bandas míticas de punk rock de los 90/00, Deryck se comió el escenario de una forma increíble. Pero no quedaron atrás el resto de compañeros que nos regalaron unas interpretaciones suculentas, contando incluso con dos snippets de “Raining Blood” y “Master of Puppets” y también con un gran solo de batería del virtuoso Frank Zummo.
Los momentos más épicos de la noche fueron adornados (evidentemente) por las notas y letras de canciones atemporales como “Still Waiting”, “The Hell Song”, “Pieces”, “With Me” y “Underclass Hero”. Aunque más allá de la épica, el Sant Jordi tembló con el duo “Fat Lip” y una “In Too Deep” magistral que se convirtió en el fin de fiesta soñado pero no deseado, pues sería la última vez, la despedida final.
No faltó himno alguno, no dejamos de cantar durante dos horas. Pudimos revivir nuestras juventudes y despedir a una banda que es mucho más grande de lo que incluso ellos mismos podían imaginar. Podríamos decir que fue una noche perfecta, ¿verdad? Gracias por tanto Sum 41, se os va a echar y mucho de menos.
Setlist Sum 41:
Motivation
The Hell Song
Over My Head (Better Off Dead)
No Reason
Out for Blood
War
Underclass Hero
Noots
Landmines
Dopamine
Raining Blood (Slayer cover)
Master of Puppets (Metallica cover)
We’re All to Blame
Some Say
Screaming Bloody Murder
Walking Disaster
With Me
Makes No Difference
My Direction / No Brains / All Messed Up
Solo de batería
Preparasi a salire
Rise Up
Pieces
Fat Lip
Still Waiting
—-
Summer
Waiting on a Twist of Fate
In Too Deep
—-
So Long Goodbye