¡Invoco a cualquier ente inmaterial deseando conseguir la energía suficiente para llegar a los 72 años con la misma vitalidad que el bueno de Chis Slade!
A día de hoy 50 años de trayectoria musical es algo impensable, con ese propósito Chris Slade ha querido celebrar tan suculenta efeméride dándose un homenaje realizando una gira repasando clásicos atemporales de las bandas y músicos con los que ha tocado. Pero desgraciadamente tal efeméride no siempre obtiene la respuesta que se merece.
Me hacía una ilusión tremenda poder acudir a éste concierto, pues me considero fan de AC/DC desde los 15 años. Tener la posibilidad de disfrutar en la cercanía del carismático batería que formó parte de The Razor’s Edge (1990) y el brutalísimo directo Live (1992), siendo las imágenes de éste último las que se me quedarían grabadas durante muchos años más tarde hasta que indagué más en profundidad llegando hasta el éxtasis con la formación clásica de los inicios.
Años más tarde, cuando en su última gira decidieran contar de nuevo con el bueno de Chris para suplir la ausencia de Phil Rudd (tremendo batería a la vez que polémico por todo lo que históricamente le ha rodeado) me pareció la decisión más acertada del mundo.
Así pues, contaminado por la ilusión del pasado adolescente me dirigí hacia Barcelona con la expectativa de vivir una noche de rock inolvidable. Pero al llegar a la puerta de Bóveda un baño de realidad frustró mis expectativas.
Llegué sobre las 19:30 pues para la entrada general no abrían puertas hasta las 20:00. Desde las 19:00 el reducido número de personas que habían adquirido la entrada VIP se encontraban en el interior de la sala compartiendo los momentos previos al concierto y las pruebas de sonido con la banda y el gran protagonista de la noche.
Durante la espera mis temores se iban confirmando, iba a ser un concierto bastante “íntimo”, pues en taquilla se podían adquirir entradas sin problemas ni aglomeraciones.
A las 20:15 pudimos acceder a la gélida sala, no solo por la desolación que me produjo no encontrarme aglomeraciones, sino también por la baja temperatura del aire acondicionado.
La imponente y reluciente batería del veterano protagonista nos daba la bienvenida ocupando el centro y gran parte del reducido escenario de la sala. Se trataba de la misma batería que utilizó en la última gira con AC/DC durante la presentación del Rock or Bust.
Cerveza en mano y tarareando algunos de los clásico que nos amenizaban la espera, íbamos viendo como tímidamente los músicos iban tomando posiciones, los aplausos no arrancaron hasta que Mr. Slade no apareció tras el telón que cubría el fondo del escenario mientras ocupaba su posición.
Rápidamente se propuso calentar al medio centenar de personas que nos encontrábamos allí. Tras un breve y contundente solo empalmó con la introducción de un clásico de mis amados australianos. “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” sirvió para calentar nuestras gargantas y nuestras manos a base de palmas para acompañar a los músicos algo estáticos. Aún no mostrarían la gran calidad y maestría que derrocharían en algunos de los temas que estarían por llegar. Paul “Bun” Davis se encargaría de las voces en las canciones de AC/DC que protagonizarían el set list de la noche derrochando desparpajo y buen hacer interactuando con los presentes.
“Big Gun” nos introdujo de pleno en la fiesta. Curioso tema de la B.S.O. de Last Action Hero (1993), se me viene a la memoria el bochornoso vídeo en el que el gigantón Arnold (“Chuache” para los seguidores del Informal, los viejunos ya me entenderán) imitaba al menudo Angus.
Tras calentar el ambiente, el bueno de Chris interactuaba con nosotros presentando los temas que tocarían esa noche. Nos comentó que serían temas importantes que protagonizado sus 50 años de carrera musical. Reconozco que me hubiera gustado escuchar algún tema de su época con Tom Jones.
Steve Glasscock tomaría el control del micrófono en todos los temas más melódicos y ajenos a AC/DC, dieron rienda suelta a “Davy’s on the Road Again”. Tal como comentó el veterano batería, se trataría de su época en la banda de rock Manfred Mann’s Earth Band.
Desconocía ésta etapa y estaba claro que los temas de AC/DC eran los que iban a acaparar el protagonismo de la noche, genialmente interpretados por la banda y con el enérgico “Bun” Davis animando al personal siendo el perfecto híbrido entre Bon y Brian (vocalmente, claro) para esa noche. Pero la grata sorpresa la encontré en las versiones de otras bandas intercaladas entre los éxitos australianos.
Fantástica fue la anteriormente mencionada, también cayó «July Morning» de Uriah Heep en los que James Cornford (guitarra, ex Blaze Bayley) y Michael Clark (guitarra y teclados) acapararon todas las miradas en los solos de guitarra y teclados. No podía dejar de fijarme en los largos y delgados dedos de James recorriendo el mástil con una pose estática en la que apenas gesticulaba.
Tras «Hell’s Bells» me quedé sin palabra y con la piel de gallina cuando el bueno de Chris se acordó de su colaboración con Gary Moore para a continuación tocar «Parisienne Walkways». Podría estar escuchando esta canción en bucle sin cansarme durante horas y seguiría poniéndome la piel de gallina y el nudo en la garganta como la primera vez. Y así fue, a ratos cerré los ojos disfrutándola. Mr. Slade ha sabido rodearse de unos músicos que aparentaban ser meros intérpretes y acompañantes pero nada más alejado de la realidad. Incluso Andy Crosby (bajo) con posado tímido y relegado en una esquina del menudo escenario aportaba total confianza y seguridad a la base rítmica.
«Sin City» fue la antesala al magnífico y preciso solo de batería del protagonista de la velada. No me ruborizo al afirmar que estuve embobado ante tal talento. Pocas veces se puede disfrutar la técnica de un batería desde tan cerca. No pasará a la historia como un virtuoso, pero que a la avanzada edad de este señor aún golpee con tanta fuerza y energía es más que admirable.
El tema de Bruce Springsteen, también versionado por Manfred Mann’s Earth Band, «Blinded by the Light» junto al temazo de Pink Floyd «Confortably Numb» fueron posiblemente el bajón de ritmo del concierto. Intercalados entre los potentes «You Shook Me All Night Long» y «Thunderstruck» quedaron algo bajo de ritmo pero no de calidad. Para la versión de Pink Floyd, Steve Glasscock se colgó la guitarra.
Antes de los bises «Let There Be Rock» fue el falso final antes de los bises. La sala era una fiesta en la que los pocos asistentes estaban entregados. “Bun” Davis nos animó a acercarnos al borde del escenario para hacer piña haciendo el amago de hacer mosh. Ante la sorpresa de los que nos conseguimos colocar el centenar de kilos del cantante saltó sobre nuestras cabezas consiguiendo cogerlo con la suficiente fuerza para evitar la caída al suelo. En ningún momento paró de animar y cantar ante la risa de los que allí estábamos. “Bun” continuó cantando entre el público recibiendo todo tipo de muestras de gratitud y las miradas de complicidad de sus compañeros de escenario.
Tras una breve retirada, volvieron para tocar un par de temas antes de dar por finalizado el show. «The Razor’s Edge», temazo inexplicablemente olvidado por los australianos, volvió a ponerme la piel de gallina. Este y otros tantos que tienen olvidados en directo son clásicos a la altura de los que ya conocemos de sobra. Aunque sea algo imposible hoy en día, nunca perderemos la esperanza de poder escucharlos en boca de sus creadores.
Para finalizar, como no, «Highway to Hell» nos unió en hermandad. Como curiosidad, había un padre con su hijo de apenas 8 años disfrutando como el más adulto. No paró de interactuar con “Bun” Davis en cada una de sus intervenciones. Auténtica cara de felicidad la de padre e hijo, por muchos años.
Tras finalizar el concierto, los cazadores de firmas se quedaron para conseguir el preciado autógrafo en algunas de las joyas musicales que habían traído para la ocasión, pues Chris Slade había dicho que les atendería al final del concierto. Yo, en cambio, marché para casa con sensaciones enfrentadas, pues había sido una pequeña fiesta disfrutando de buenos músicos, pero el mal regusto por la baja asistencia restó emotividad a la noche.
Setlist Chris Slade:
Dirty Deeds Done Dirt Cheap
Big Gun
Davy’s on the Road Again (Manfred Mann’s Earth Band cover)
High Voltage
July Morning (Uriah Heep cover)
Hell’s Bells
Parisienne Walkways (Gary Moore cover)
Sin City
Drum solo
Back In Black
Blinded by the Light (Bruce Springsteen cover)
You Shook Me All Night Long
Confortably Numb (Pink Floyd cover)
Thunderstruck
Let There Be Rock
The Razor’s Edge
Highway to Hell
¡Salud y rock ‘n’ roll!
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.