A pesar de que no acostumbro a ir a muchos conciertos de bandas del estilo del que practican Arcane Roots, guardo una relación especial con este trío británico desde que los descubriera en el BBK Live de 2013 (un año en el que recuerdo disfrutar de Depeche Mode, Biffy Clyro, The Hives, Billy Talent, Gary Clark Jr., Mike Lanegan o los post rockeros Syberia… un cartel bastante improbable de ver en Kobetamendi a día de hoy). Ese año los ingleses fueron la banda encargada de abrir los tres días de música en la capital vizcaína, y disfruté mucho tanto del concierto como del disco que venían a presentar, así que aunque nunca me he preocupado demasiado de bandas del palo como Reuben o Black Peaks, Arcane Roots siempre han estado más o menos ahí.
Pocos días antes del concierto podíamos ver como en múltiples revistas web e incluso en el facebook oficial de la Sala Razzmatazz regalaban entradas para este evento de forma casi indiscriminada. Por supuesto, eso no es una buena señal, y me hizo albergar algunos de temores de que fuéramos a ser cuatro gatos al igual que ocurrió tres días atrás en la vecina Rocksound, en motivo del atronador concierto de Anciients y Black Wizard. Lo cierto es que el desolador panorama que presentaban los bares de la zona no auguraba un gran éxito, pero una vez dentro, el algo más de un centenar de personas que nos reunimos me parecieron una cifra bastante respetable, y más aún al certificar que, en su inmensa mayoría, vivieron el concierto con total entrega.
Grumble Bee
Mira que me gusta ir preparado a los conciertos, pero confieso que no había escuchado casi nada sobre los teloneros de hoy (hay momentos en los que no doy el abasto, oye). En todo caso, sabía que detrás del nombre de Grumble Bee se esconde el alter ego del joven multi instrumentalista británico Jack Bennett, y por lo poco que he oído, también sabía que lo suyo es una especie de math rock alternativo bastante acorde con lo que hacen los protagonistas de hoy, en especial lo que hacían antes de empezar a experimentar intensamente con elementos electrónicos.
Al cabo de bien poco de plantarme ante el escenario, y entre tímidos aplausos, apareció el tal Jack para parapetarse en una esquina con una generosa pedalera a sus pies y lanzarse, él solo con su guitarra, a interpretar un tema muy popero con voz melosa. Empecé a temer (¡oh no, pánico!) que fuera a ser exactamente esto lo que nos ibamos a encontrar durante todo el concierto, pero por suerte, al cabo de esta primera canción se subieron a acompañarle un batería y un bajista y, pasada una larga intro pregrabada, arrancaron decididos para intentar aprovechar lo mejor posible la breve media hora de la que dispusieron.
Y la verdad es que no nos podemos quejar: llenos de energía, se pasearon entre la dulzura del pop y la tralla del math y el post hardcore con total naturalidad. La timidez que Jack demostraba al hablar entre canciones, cortada por algunas bromas que le hacían desde el público un grupo de británicos, quizás amigos, se convertía en fuerza y contundencia al empezar la música, saliendo de su cueva a la que tenía la oportunidad a bailar espasmódiamente junto a su bajista (que, este sí, no paró de moverse en todo el concierto).
Acabaron con una canción que, imagino, habla de ballenas, ya que antes de presentarla preguntó a la gente como se dice ballena en español. De los susurros poperos del principio surgieron ansias por desmelenarse (en el caso del bajista, literalmente, ya que se sacó la coleta para sacudir su melena leonina) con un final apoteósico que acabó en sinceros aplausos. Quizás no me convencieron lo suficiente como para correr a escuchar su corta discografía, pero el concierto de Grumble Bee fue indudablemente ameno y entretenido. Una introducción muy apropiada a lo que estaba por venir.
Setlist Grumble Bee:
Bravest Soul
Sky Writer
Francium
Heron
Red
H.C.A.D.C.
Arcane Roots
Los componentes de Arcane Roots se subieron al escenario casi inmediatamente y se tiraron media hora (tanto rato como había durado el concierto de Grumble Bee) en prepararlo todo para su descarga. Cierto que si la pedalera de Jack Bennett era de aúpa, la de Andrew Groves tenía casi el doble de tamaño. Delante del bajista Adam Burton había otra que tal, y justo enmedio del escenario, delante de la batería y frente a frente uno con otro, colocaron un teclado y un sintetizador que les permitieran reproducir las múltiples capas y efectos electrónicos que trufan su último disco. Además, justo delante del público plantaron una cámara para poder grabar sus evoluciones durante un par de temas.
Tanta infraestructura nos revela una verdad remarcable (¡y aplaudible!) en los tiempos que corren, en los que una inmensa mayoría de bandas no tienen ningun pudor en lanzar teclados, coros y efectos pregrabados directamente por la P.A.: Arcane Roots lo tocaron todo, fuera lo complejo que fuera, y eso ayudó a generar una intensidad y un dinamismo que, junto a su habilidad por controlar los tiempos y la fluidez y la naturalidad con la que gestionaron las transiciones entre momentos expansivos y otros más íntimos, acabaron dando forma a un bolazo contundente, emotivo y absolutamente redondo de forma, para mí, algo inesperada.
Ataviados con un uniforme informal consistente en pantalones grises (diría que de chándal) y camiseta negra de pico, empezaron con tres temas de su último disco, un Melancholia Hymns que crece y crece con las escuchas (y más que lo hará, almenos en mí, después de este concierto). Empezaron con una creciente y pegadiza «Off the Floor» que ya engoriló al público de buenas a primeras, y continuaron con los potentes redobles y la voz ultra aguda de «Matter», un temazo progresivo que lo flipas y que en algun momento llega a recordar incluso a Leprous. La bombástica y melódica «Solemn», que tiene cosas de Placebo, de Muse, de Black Sabbath y de un puñado más, acabó de certificar que la banda venía con ganas de comerse el escenario, y que tenían todos los utensilios para ello.
Que el concierto estuviera casi enteramente centrado en Melancholia Hymns no es ninguna sorpresa: Arcane Roots solo han sacado dos discos y un EP en sus seis años de vida, con lo que el repertorio gravitó alrededor de ocho de los diez temas que forman su último trabajo, dejando el minutaje sobrante para ofrecer algunas pinceladas de su cancionero anterior (que en buena parte no son las que yo habria escogido, pero bien). Entre ellas, «Landslide», «Leaving» y la maravillosa «Tryptich», con su estribillo pegadizo y ese riff absurdamente complejo con el que Andrew nos demostró su habilidad por cantar y tocar pasajes complicadísimos a la vez, como si de un Dave Mustaine de la vida se tratara (bien, y el bueno de Dave tampoco es que cante particularmente bien)
Mirando a mi alrededor se podía apreciar una interesante mezcolanza de gentes: desde modernos de barbas cuidadísimas y peinados perfectos a progresivos de toda la vida, desde gente desaliñada con camisetas de Radiohead a jóvenes con parches de TesseracT, chicas con el pelo de múltiples colores e incluso algún que otro metalero (en clara minoría, eso sí). La particular mezcla de math rock, rock progresivo, post hardcore, rock alternativo, electrónica, pop, épica, tralla y sensibilidad que sale con frescura de los instrumentos y las voces de Arcane Roots es capaz de atraer a jóvenes, medianos y mayores, e incluso me atrevería a decir que les convierte en el grupo favorito de mas de uno. Además, ese eclecticismo les ha convertido en una banda capaz de encajar en el Download, en el BBK, en Lollapalooza o en Reading.
Aunque Melancholia Hymns tiene un componente electrónico muy pronunciado, en directo sus canciones sonaron bastante más tralleras, por momentos incluso muy tralleras. Andrew intercalaba gritos desgarrados, solos histéricos y energéticos guitarrazos (no por nada su instrumento tenía todo el área sobre las pastillas rasgada y sin pintura como si hubiera pertenecido a un blackmetalero con muñeca de pinchos, porque le metía una caña bastante interesante) con dulces falsetes y sentadas al piano llenas de melancolía y sensibilidad. Mientras tanto, el bajista Adam Burton (un tio que se parece y mucho al cantante de Agent Fresco) llenó todos los huecos que quedaban con su potente bajo y con múltiples «oh-oh-ohs» que llenaban de color las canciones, encontrando tiempo también para programar todas las bases sintetizadas, muy presentes en temas como «Before Me», que traen a la cabeza a los Anathema más experimentales y etéreos.
Con ese tema empezó una fase más tranquila, que continuó con «Indigo» y con un «Slow Dance» que va creciendo hasta hacernos sacudir la columna vertebral entera arriba y abajo. Ese pequeño crescendo sirvió para enseñarnos solo la puntita, ya que mediante «Arp» volvieron a recuperar la tranquilidad y la melancolía dominante en este tramo. También esta canción sube de volumen y de energía hacia el final, y ahora ya no íbamos a bajar de nuevo el pistón. «You Are» es quizás uno de sus temas más conocidos, y como tal fue recibido por el público, especialmente, por supuesto, ese repetitivo, pegadizo y luminoso «Let’s build a house but I don’t know how…».
En «Courtains» vuelven de nuevo los Anathema electrónicos de «Closer» y demás cosas por el estilo, y no fue hasta casi el final del concierto que Andrew Groves se atrevió a dirigirse por primera vez al público para revelar, como ya nos imaginábamos, a un tío dulce y sensible (como no podía ser de otra manera en alguien que se pone de puntillas para cantar), y dar las gracias a un público que, ciertamente, lo dio todo y difrutó de su actuación con una sonrisa en la boca. «If Nothing Breaks, Nothing Moves» fue disfrutada como otra de las grandes, y para cerrar su hora y media de concierto (que se hizo incluso un poco corta) escogieron la épica y emocionante «Half the World».
Es curioso, porque hay bastantes conciertos a los que si no tuviera la motivación y la responsabilidad de cubrirlos para Science of Noise, posiblemente no iría. Estoy seguro que éste habría sido uno de ellos, ya que Arcane Roots me gustan, pero tampoco son precisaemente una banda que escuche todos los días. Pues me habría perdido una de las demostraciones de calidad y contundencia más insultantes del año. Qué cosas tan bonitas que tiene la música, ¿verdad?
Setlist Arcane Roots:
Off The Floor
Matter
Solemn
Landslide
Leaving
Triptytch
Before me
Indigo
Slow Dance
Arp
You Are
Curtains
If Nothing Breaks, Nothing Moves
Half The World
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.