La magia de The Wizards embruja para siempre el Rocksound de Barcelona

Noche anodina en Barcelona. Aburrimiento. Por cuestiones de la vida, me encuentro solo en casa. Whatsappeo a Rubén de Haro. “Oye, ¿no hay concierto de The Wizards en la Rocksound?”. Respuesta del siempre parco en palabras Rubén: “Sí”. Respondo: “¿Vamos, no?”. Responde: “Vamos”. Y sin más, nos encontramos haciendo cola en los adelaños de la mítica Rocksound de Poblenou.

Caras conocidas. Mucha gente de la “escena”. No es una noche fácil, es noche de múltiples conciertos: Disturbed y Battle Beast, por ejemplo. Pero no es competencia para estos amantes de las guitarras de aromas retro del heavy metal old school y las chaquetas de flecos. Así mismo, es un bolo autogestionado. Mínima promo. Sin teloneros. Sin promotora de por medio. Así son The Wizards. Tres trabajos magníficos les preceden: The Wizards (2015), Full Moon in Scorpio (2017) y Rise of the Serpent (2018), en los que han ido creciendo a base de canciones magníficas y absolutamente coherentes hasta el momento, situándolos como una de las bandas a tener muy en cuenta, ya no en el panorama estatal, si no europeo (como mínimo). Mucha constancia y mucho trabajo les puede ayudar a conseguir el ansiado éxito por cualquier banda.

Y a juzgar por lo visto, van -efectivamente- por el camino correcto. Desde el principio, los cinco salieron a comerse literalmente el escenario, con una calidad apabullante y rindiendo tributo (que no plagiando) a las influencias clásicas que los definen. Ni un puto fallo. Un sonido poderoso y rocoso como La Cosa. Un feeling y un carisma espectaculares.

Una voz maravillosa de Lord Ian Summerisle Mason, que en algunos momentos recuerda a Ian Astbury (The Cult), mantiene el pulso durante todo el show. La parte instrumental es absolutamente bestial, con protagonismo de los riffacos de guitarra que salen de las seis cuerdas de Phil the Pain y George Dee y una base rítmica inconmensurable con Count Baraka al bajo y Dave O. Spare a la batería. Todo ello construye esa amalgama sonora que son, heavy clásico, un poquito de doom, un poquito de stoner y un poquito de rock and roll.

Así fueron repasando sus dos discos más conocidos con una incursión en The Wizards, “Conjure” y una versión de Blue Öyster Cult. Tienen mojo. Tienen ese halo de misterio. Tienen lo que hay que tener. Valor, calidad e inspiración. Además, esa mezcla de ocultismo cósmico heredero de Aleister Crowley o HP Lovecraft aún nos vuelve más locos.

La sala (si no sold out, casi) se caía. Sudaban las paredes. Entregados a la magia de estos vascos poseídos por el espíritu maligno del heavy metal. Después de un poco más de una hora nos dijeron adiós con “Stardust”, después de habernos volado la cabeza con cosas como “Apocaliptic Weapons”, “Destiny”, “Aftermad” o “Calliope (Cosmic Revelations)”.

Tienen algo. Y la historia los colocará en su sitio. Sin embargo, los que estuvimos esa noche en la Rocksound, nos llevamos una noche para el recuerdo eterno, para los anales. Un recuerdo de que algo divino nos poseyó durante unos minutos escasos (porque queríamos más).

Joan Calderon

Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop…  en resumen, la música es mi pasión.