La potente y energética Bette Smith deja opiniones encontradas a su paso por Barcelona

Bueno, bueno, bueno!!!

Ya tenemos aquí otro concierto con diversidad de opiniones y, por lo tanto, con la consiguiente y lógica polémica.

Y es que tras finalizar el show ofrecido por Bette Smith el pasado domingo en la más que correcta sala La Nau de Barcelona, las diferentes opiniones que pudieron oírse respecto al mismo eran de lo más variado y, por desgracia, la mayoría de veces claramente contrapuestas y antagónicas.

Cierto es que comenzar el concierto con una versión del “Let’s Dance”, del malogrado David Bowie, creo que no es la forma más indicada para presentarse ante el numeroso público que asistió al evento, pero también es de justicia decir que el resto de las versiones que interpretó Bette, entre las que destacaría “Nutbush City Limits” de Ike & Tina Turner y una enorme “The Thrill is gone” del maestro B. B. King, fueron un total acierto.

También se oyeron comentarios acerca de la visible “ansiedad” que parecía tener la de Brooklyn con las bebidas que tenía a su lado y que no dejaba de consumir precipitadamente durante las primeras canciones. Puede ser que su actitud no fuera la deseable pero, en mi opinión, pienso que sus interpretaciones en ningún momento se resintieron por ello.

Y ya para finalizar con la controversia surgida a raíz de la actuación de Bette Smith, decir que también la banda fue objeto de la misma.

Más de uno opinaba que algunos de los miembros de la banda que trajo como soporte no tenían la calidad que debieran, especialmente el guitarrista.

Vale que no era un virtuoso de las seis cuerdas y que su voz no era ningún prodigio, pero pienso que antes de verter ciertas críticas hay que conocer un poco la trayectoria del artista, en este caso de Bette que es la protagonista. En su única obra en el mercado, el aclamado Jetlagger del año 2017, la música que predomina es el Soul y en este género rara vez el guitarrista suele gozar del protagonismo y la técnica que en otros tipos de música, como pueden ser el Blues o el Rock, en los que su lucimiento es muchísimo más habitual.

En fin, siempre es bueno que existan diferentes opiniones y puntos de vista, eso demuestra, además de la obligada libertad de expresión, lo importante que es la variedad y la diversidad y, lo más importante, que asistimos a los conciertos y prestamos nuestro apoyo a la música en directo por muy diferentes que tengamos nuestros gustos.

En mi opinión el concierto fue excelente, desde la indumentaria que lució Bette, ataviada con unas sorprendentes y muy setenteras botas como de plástico blanco brillante y un deslumbrante vestido dorado, posiblemente demasiado corto pues constantemente debía tirar de él para tapar su partes más nobles, hasta lo visto y oído durante la hora y media que duró el show.

Obviando ese inicial y descolocante “Let’s Dance”, el resto del concierto fue una sucesión de temas de su primer y único disco más unas cuantas covers de algunos clásicos que, como no podía ser de otra forma, siempre levantaban el ánimo de los presentes.

Incansable en escena y con una voz privilegiada, Bette creo que debería replantearse un tanto su repertorio, fue claramente en los momentos más R&B y Bluesy donde sus enormes cualidades brillaron más.

Siempre tendremos que estar agradecidos con el bueno de Ray Charles por descubrir a Bette Smith al gran público, por poco que se lo proponga puede llegar a ser grande, muy grande.

Por cierto, durante la firma de discos y las fotografías que se hizo con los asistentes demostró ser además una gran persona, mostrándose en todo momento entrañable y cercana como pocos.

Yo, si vuelve, repito !!!

Jose Antonio Serrano Sabaté