Como tantos otros artistas, descubrí a la británica A.A. Williams a través de su participación en el AMFest de 2022. Y mira que ese domingo por la tarde ni las circunstancias externas a nivel de luz e iluminación ni las internas en lo referente a la atención que puede prestarle no fueron ni mucho menos las más óptimas, pero aún así hubo algo irracional en su sencilla e aparentemente obvia mezcla de dulzura y tragedia que consiguió atraparme con fascinante y sorprendente facilidad.
Tras ese flechazo primigenio, me metí de lleno en su discografía hasta el punto de llegar a catalogar su más reciente As the Moon Rests como uno de mis álbumes favoritos del año pasado. Sucesivas escuchas no hicieron más que reafirmarme en que si bien los elementos que componen su música parecen muy sencillos, esta especie de folk doom susurrante y post gótico que hace (o, como lo llama ella misma, death gospel) tiene todos los componentes de épica, crudeza, oscuridad, intimidad, melancolía y accesibilidad necesarios para, tras poco más de cinco años de carrera, postularse muy seriamente como una alternativa a petarlo entre las masas.
Más allá de un par de discos llenos de composiciones propias de notable alto, ya en 2021 A.A. Williams publicó Songs from Isolation, un compendio de versiones intimistas en el que interpretaba sus temas favoritos de bandas como Pixies, Radiohead o The Cure. Y parece que esto de darle una vuelta a canciones de otros artistas le atrae bastante (y no se le da nada mal), ya que hace pocas semanas ha publicado una más que interesante rendición de una de mis canciones predilectas de Placebo (ya de por sí, una de mis bandas predilectas) como es la tremenda «Without You I’m Nothing». No sé si tienen intención de tocarla en estos conciertos, pero por si no fuera poco con poder disfrutar de su inquietante y evocador directo en las circunstancias correctas, esto es un aliciente aún mayor para verlos.
Algunos podrían argumentar que los noruegos Kalandra merecerían liderar este cartel, y no les faltaría del todo razón. El cuarteto afincado en Oslo ha sabido unir toda la tradición dark folk nórdica de bandas contemporáneas como Wardruna con un cierto aire luminoso y (permitidme usar esta palabra) «pop» que los hace accesibles a un gran abanico de sensibilidades musicales. Con más de una década de carrera, varios discos verdaderamente interesantes a sus espaldas y tras demostrarme a principios de este año junto a Leprous que su hype está más que justificado, me parecen una banda ideal para compartir protagonismo con los cabezas de cartel de hoy.
Y para acabar de cerrar un cartel muy personal y con un toque muy femenino, me alegra ver el nombre de Lys Morke abriendo la velada. Tras algunos años en un cierto segundo plano, el nuevo proyecto de la que fuera guitarrista de Obsidian Kingdom Irene Talló vé por fin la luz y lo hace por todo lo alto, con actuaciones en el AMFest, en festivales internacionales y, ahora, completando esta interesante gira. Lo que he podido escuchar hasta ahora tiene mucho de electrónica y de noise, pero a nivel espiritual la propuesta de Irene está muy cerca de sus compañeros de cartel, formando una combinación realmente apetecible para una oscura tarde de noviembre.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.