Hay veces en que un cartel te puede entrar por sus nombres, y es innegable que una gira encabezada por Amorphis y Soilwork y que además cuenta con el soporte de unas bestias del directo como Jinjer y de una banda tan solvente como Nailed to Obscurity cumple esas premisas más que de sobras. Pero es que además, lejos de tirar de nombre y de prestigio histórico, estamos hablando de unas bandas que, en mi humilde opinión, se encuentran en el mejor momento de toda su carrera. Tanto Soilwork como Amorphis le han dado varias vueltas de tuerca a sus carreras, pero ahora, después de más de dos décadas en la brecha (tres en el caso de los finlandeses), me parece que se encuentran en un estado de madurez y confianza verdaderamente delicioso.
Lejos de ser lo amorfos que pregona su nombre, los finlandeses Amorphis tienen su estilo más que definido. Después de unos años formativos en los que practicaban un death metal estricto con toques folk que acabó por resultar pivotal en el desarrollo tanto del folk metal como del death metal melódico (y que nos dejó una obra maestra como Tales From the Thousand Lakes y otros discos brutales como The Karelian Isthmus), Amorphis hicieron lo posible por escapar de la rutina y evolucionaron hacia un estilo totalmente personal, lleno de dulzura, de luminosidad y de melodía bastante complicado de definir. En sus sets actuales hay muy poco espacio para esos primeros días de gloria (seguramente solo «Black Winter Day») y, por el contrario, sus últimas obras (con los geniales Queen of Time y Under the Red Cloud) toman completo protagonismo junto a temas ya clásicos como «House of Sleep» o «Silver Bride».
Si Amorphis han sido valientes toda su carrera, de Soilwork ya ni os cuento. Empezaron como una banda de death metal
melódico, evolucinaron hacia una especie de metal alternativo, juguetearon con el metalcore y ahora han añadido elementos hard rockeros a una amalgama sónica totalmente única que cambia de cara a cada nuevo disco. Si tanto The Living Infinite como The Ride Majestic eran discazos que demostraron que la incorporación de David Andersson (compañero de Bjorn Strid en mis adorados The Night Flight Orchestra), en este último Verkligheten se han superado a si mismos, dejando de lado todo tipo de expectaciones para marcarse un disco original y lleno de himnos que, en directo, se van a mezclar con los favoritos de todas sus épocas (aunque he de confesar que, visto el spoiler del setlist, a mí no me convence del todo)
Los ucranianos Jinjer son bastante habituales por estos lares: hace cosa de un año estuvieron abriendo la gira de Arch Enemy, Wintersun y Tribulation, mientras que en verano aprovecharon su presencia en el Leyendas del Rock para dejarse caer junto a DevilDriver en Barcelona. Pero a pesar de una cierta sobreexposición, Tatiana Shmaylyuk y los suyos no parecen hacérsele pesados a nadie, al contrario. Su mezcla de death metal melódico, death metal progresivo, djent y metalcore, unido con la brutalidad de su ejecución y con la presencia escénica de su vocalista les convierten en un grupo verdaderamente a tener en cuenta en el futuro (y el presente!)
Por último, los grandes desconocidos (aunque no tanto) son los alemanes Nailed to Obscurity. Con su death metal melódico de inspiración doom y toques prog que recuerda (a veces mucho) a bandas como Opeth, Katatonia o Paradise Lost. En sus diez años de carrera han publicado cuatro discos más que disfrutables, el último de ellos el reciente Black Frost. Una banda suficienteemente interesante como para que no seamos rancios y entremos en la sala a primera hora.
El público ha sabido darse cuenta perfectamente de que este concierto no es uno más, y por ello las entradas han volado tanto en Madrid como en Barcelona. En la capital se ha podido mover a última hora al box de Vistalegre, pero en Barcelona tendremos que vivirlo en una abarrotada Sala Salamandra. Personalmente, y en un principio de año repleto como nunca de bolos de renombre y calidad, este es el concierto que más ganas tengo de ver. Y apostaría que no van a decepcionarnos.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.