Amado, odiado y envidiado a partes iguales, es innegable que Tobias Sammet se ha ganado el derecho a que se le considere uno de los grandes de la escena actual. Y se lo ha ganado tanto al frente de su banda de amigos, Edguy, como de su grandilocuente proyecto en solitario, la operística Avantasia.
Lo que empezó como un capricho, una espinita que necesitaba quitarse pero que, ante todo, era un proyecto B, ha acabado siendo el santo y seña del alemán. Aunque no lo digo (por razones obvias), Avantasia se lleva todo el esfuerzo creativo, el sudor, las lágrimas y los aplausos. Tan solo se tiene que seguir a Sammet en sus redes sociales para darse cuenta. Y oye, que no es para menos, ¿eh? Que el muchacho ha sido headliner del Wacken y todos los principales festivales. Que cada disco de esa mezcla de Avalon y Fantasía con logo algo cutre se espera con ansias, y que parece que a cada disco tiene más y mejores colaboradores. Sí, algunos lo llamarán cementerio de elefantes, pero tener a Michael Kiske, Geoff Tate o Jorn Lande, por mencionar solo tres, cantando juntos, no es poca cosa.
El próximo día 26 los tendremos reventando la Razzmatazz. Se rumorea que si aún no es sold out, lo será en breve. Ya pasó en su anterior gira, en 2016, y el propio Tobias dijo que quizá deberían buscar una sala más grande. Bien, no lo han hecho, y es lo único que me genera dudas. De su último disco ya opiné. Moonlgow (2019) está bien, pero no ofrece nada nuevo. De hecho, si me proyecto a un año vista, no creo que esté escuchando más de tres canciones del disco (que ya serán más que de sus dos últimos trabajos), pero me huelo que en directo volverá a ser un absoluto petardazo. Por eso no me lo pienso perder, aunque vuelvan a cerrar con ese medley “The Tower” – “The seven Angels”, dejando de esta última solo el estribillo. Lástima, es el mejor tema de su carrera…
Por cierto, si tienes la entrada, ¡ojo! Han cambiado los horarios. Más abajo tienes los nuevos. Y si aún no la tienes… date prisa, serán tres horas de conciertazo. De eso sí estoy seguro.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.