¿Cuántos de vosotros flipáis por igual con el doom melancólico de Swallow the Sun, con el hard rock macarra de Backyard Babies, con los clásicos gigantes y atemporales de Metallica, con los hitazos pegadizos y bailables de Ghost y con el punk rock maravilloso de NOFX y Bad Religion? Pues si os mola todo este espectro (y unos cuantos más que hay, ojo, que las visitas de The Hellacopters o I Am Morbid también son muy golosas), como a mí, este mes de mayo lo vais a gozar como pequeños gorrinillos en lodazal. La segunda parada de esta delicia de calendario es para una de mis bandas de cabecera y a las que más cariño les tengo. Porque aunque quizás Backyard Babies no practican uno de mis estilos favoritos y, por ello, no controlo del todo a sus contemporáneos, ellos en concreto sí que me han acompañado desde hace ya un porrón de años.
Algunos se quejan de que su último disco, Sliver & Gold, es tirando a insulso y previsible. No supera, claro, a la mágica triada Total 13 / Making Enemies is Good / Stockholm Syndrome, pero también es cierto que ningun disco de la banda está exento de temazos llenos de groove y de melodías coreables, y estas nuevas canciones no son ninguna excepción. Quizás les podemos achacar que, veinticinco años después de su debut y casi veinte después de su época más gloriosa, su actitud malota y peligrosa resulta un poco menos creíble que antes, pero a parte de eso me parece que la banda, tal y como demostraron la última vez que les vi en su visita a la Sala Bikini en un concierto en el que vinieron acompañados de Heavy Tiger y Junkstars, aún lo tiene.
Los suecos son una absoluta rara avis en el mundo de la música contemporánea, ya que a pesar de haber vivido una carrera no exenta de excesos, continúan rockeando con exactamente el mismo line up con el que empezaron, formado por Peder Carlsson a la batería, Johan Blomqvist al bajo y los dos grandes líderes de la banda, Nicke Borg a la voz y a la guitarra y el siempre carismático Dregen a la segunda guitarra. Éste último, por cierto, nos visitará por partida doble durante la primera mitad de este mes de mayo, primero con Backyard Babies y, algo menos de una semana después, con The Hellacopters. Dos bandas prácticamente legendarias de ese hard rock escandinavo que tanto lo petó a principios de los dosmiles y que coincidiran en nuestros escenarios en un breve espacio de tiempo para disfrute y alegría de los fans del estilo.
Sea como fuere, y estén en el momento discográfico que estén (que a mí no me parece malo para nada, ojo), los de Nässjö nos ofrecerán una buena sesión de hard rock sudoroso con infúlas sleazy y punk trufada de temarrales (supongo, porque no he ido a cotillear los potenciales setlists) de todas sus épocas como «Nomadic», «Thir13en or Nothing», «Minus Celsius», «UFO Romeo», «Dysfunctional Professional», «Brand New Hate», «The Clash» o las recientes pero igualmente resultonas «Good Morning Midnight» y «44 Undead». Vamos, que a poco que la sala presente una buena entrada y un ambiente mínimamente caldeado, Backyard Babies son promesa y garantía de disfrute y macarrismo.
Además, en esta ocasión vienen con la compañía excelente de dos bandas que quizás no son masivamente conocidas pero que tienen un nivel brutal. Los noruegos Audrey Horne desbordan clase y potencia con su heavy metal modernizado, revisitando y actualizando lo que fue la NWOBHM a sonidos actuales e incorporando elementos de hard rock melódico y grunge a sus directos y a los seis (grandes) discos de estudio que han publicado durante sus casi quince años de sólida carrera. Lo cachondo es que, escuchándolos, nunca diríais que los miembros de esta banda provienen de otras agrupaciones noruegas tan notorias y tan aparentemente poco dadas al metal clásico y al hard rock elegante como Enslaved, Gorgoroth o Sahg. Todo un puntazo que demuestra que, independientemente del subgénero, esos escandinavos supuran rock and roll por todos sus poros. Y mucha curiosidad para disfrutar de su directo.
Para acabar, las suecas Thundermother también tienen mojo y energía a destajo para repartir, y lo han ido demostrando disco tras disco y concierto tras concierto. Firmemente lideradas por su guitarrista Filippa Nässil y con un line up que ha ido cambiando (quizás más de lo deseado) continuamente durante su aún joven carrera (de hecho en 2017 hubo un reemplazo total de miembros), el ahora cuarteto sueco bebe de bandas como Kiss o AC/DC para ofrecernos un rock and roll clásico lleno de actitud. El año pasado publicaron su tercer disco, titulado como la banda, certificando que esta nueva reencarnación rockea tanto como siempre. Y por cierto, gracias a la incorporación de su nueva vocalista, Guernica Mancini, han sido capaces de regrabar su gran mini hit hasta ahora, «Whatever», en español y bajo el título de «Da Igual». ¿Lo escucharemos así en esta gira? Podéis apostar que sí.
Resumen: ¿os mola el rock and roll con actitud y distorsión? Pues ale, id tirando hacia aquí, que estos conciertos vienen sobrados de lo uno y de lo otro.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.