La primera gran gira extrema del año es, probablemente, la gran gira extrema del año. Al menos de lo que hay anunciado. Y es que no todos los días se juntan dos bandas con el pedigrí de Behemoth y At the Gates en un mismo cartel: dos bandas rabiosas como ellas solas y que representan dos vertientes muy distintas del metal extremo. Dos bandas que llevan un montón de años dando el callo en esto y que, quizás (en el caso de Behemoth segurísimo, en el de At the Gates es algo más discutible), viven sus momentos de máxima popularidad. Por si esto no fuera poco, les acompañan Wolves in the Throne Room, una de las joyas del nuevo black metal, formando un cartel, sencillamente, acojonante.
Es curioso el fenómeno Behemoth. De ser una banda de blackened death metal muy digna pero más o menos de segunda fila duranta la inmensa mayoría de su carrera, fue sacar el The Satanist en 2015 (un disco impresionante, no hay ninguna duda de ello) y convertirse en la gran sensación, el gran hype y la banda que todo el mundo quería ver. Su nuevo trabajo, I Loved you at your Darkest, tenía la inmensa responsabilidad de alcanzar el nivel de su gran obra, y si bien seguramente estaremos todos de acuerdo en que no lo ha conseguido, se trata de un trabajo más que notable que explota los puntos fuertes que hicieron de The Satanist el éxito que fue: accesibilidad, potencia, satanismo, himnos pegadizos, teatralidad y un aura diabólica simbolizada en la feroz y nerviosa figura de su líder, el cada vez más mediático Nergal.
Después de que en su última gira ya fueran capaces de meterse en la grande de las Razzmatazz (algo que ninguna banda de black metal había conseguido desde que Cradle of Filth – que sí, que ya sé que no son black metal, pero ya me entendéis – o Dimmu Borgir lo petaran en los noventa) junto a bandas de tamaño muy menor como Mgla y Secrets of the Moon, en esta ocasión los teloneros son de lujo. Así que si entonces estuvieron aún bastante lejos de llenarla, esta vez me temo que vamos a vivir una noche verdaderamente para recordar.
Porque si Behemoth son algo nuevos en esto del estrellato metalero, sus compañeros de cartel, los suecos At the Gates, son una leyenda con tanto nivel como cualquiera. Fundadores junto a Dark Tranquillity e In Flames del death metal melódico que nació a principios de los noventa en la ciudad sueca de Göteborg, la banda de los hermanos Bjorler ha sido una influencia absolutamente mayúscula en el devenir del metal extremo, tanto en el propio death metal melódico como, incluso, en toda una hornada de bandas de metalcore que vieron en ellos todo un ejemplo a seguir.
Después de sacar su gran disco en 1995, ese maravilloso Slaughter of the Soul que todo el mundo con dos dedos de frente se llevaría a una isla desierta, y encaramarse en lo más alto, los suecos sorprendieron a todos dejándolo ahí mismo para desesperacíón de muchos. De sus cenizas salieron The Haunted (ni tan mal, oye), y esa separación sirvió para agrandar su mito y su leyenda hasta que en 2015, dos décadas exactas después de su último trabajo de estudio, volvieran con el celebrado At War with Reality. A partir de ahir se han convertido de nuevo en una banda al uso, y aunque ya sin su mastermind Andreas Bjorler, han estado girando frecuentemente hasta la publicación, hace unos meses, de su último trabajo, el también potentísimo To Drink From the Night Itself.
Por último, la banda encargada de abrir estos conciertos será ni más ni menos que Wolves in the Throne Room. Los americanos son una de las propuestas más aclamadas del black metal contemporáneo y no han pisado nuestras salas (sí lo han hecho en el Resu y en el Primavera) desde 2009, tiempos aquellos en los que no los conocía ni el tato. Desde entonces han sacado discazos como Celestial Lineage o su reciente Thrice Woven (y también un repudiado Celestite) que los han mantenido al borde de ese trono del que hablan en el propio nombre de la banda.
Un concierto magnífico que cualquier fan del metal extremo debe tener marcado en rojo en la agenda de estos primeros meses del año. Nosotros, sin duda, ahí estaremos.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.